Capítulo 42: ¿Conductores asignados?

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Theodore

El sol se asoma por las ventanillas del auto, apenas y puedo soportar la luz fastidiosa. Me estiro para levantarme, pero, no lo consigo porque mi torso se siente asfixiado cuando me inclino hacia adelante. 

Abro mis ojos en rendijas pequeñas hasta que me acostumbro a la luz y es entonces que analizo el lugar en el que me encuentro. Estoy dentro de un vehículo que conozco muy bien, es el Maserati de Cody Coleman, mi mejor amigo. 

¿Por qué estoy en el auto de Cody? ¿Qué pasó anoche?

Escucho el quejido de alguien a mi lado y cuándo descubro unos ojos oscuros somnolientos mirándome comienzo a parpadear. 

—¡Jodida mierda! —chilla Josephine a mi lado mientras intenta quitarse el cinturón de seguridad, pero, termina fallando. 

Me sorprende que lleva un vestido blanco diferente al que tenía al inicio de la fiesta.

¡Espera! ¿Eso es un vestido de novia?

—Espera, dulzura. ¡Dulzura, déjame hacerlo! —pido mientras ella chilla y gira su cabeza de un lado al otro con desesperación.

—Theo van a matarme en mi casa. —dice con un quejido, acomodando su cabello rubio detrás de su nuca hasta que suelta un grito que me aturde.

—¿Por qué tengo un vestido de novia? —me pregunta. —¿Por qué estás en un traje?

—Estoy casi seguro de que no recuerdo nada desde medianoche en adelante. —murmuro con vergüenza.  

DIECISÉIS HORAS ANTES⌛

El sudor está empapándome la nuca y la frente; cierro mis ojos para evitar el ardor cuando resbala peligrosamente cerca de estos. Sostengo el palo de hockey con fuerza mientras mis dedos se entumecen por unos segundos; luego, procedo a deslizarme sobre el hielo con mis patines. 

El entrenador sigue gritando hacia el equipo, pero, Cody rueda sus ojos mientras ríe junto a Bart. 

Skipper se detiene frente a Simmons para bufar sobre las recomendaciones y le asegura que le ganaremos a Stanford, y no debe preocuparse. Aquello no termina bien porque Simmons Derry nos da un castigo por egocéntricos y es así como nos formamos en medio de la pista de hielo para realizar tiros altos. 

Me duele todo el cuerpo, y probablemente es porque llevo cardenales por el entrenamiento. Más de una vez he quedado contra la valla de cristal templado. Suelto un suspiro agotado contra mi casco al realizar mi cuarto tiro. 

Finalmente, mis oídos receptan el silbato de nuestro entrenador que nos indica que hemos acabado y todos comenzamos a patinar de vuelta a los vestuarios. 

A penas ingreso me recuesto sobre el suelo sin quitarme nada más que el casco y respiró con fuerza con mis ojos cerrados descansando mis pulmones agotados y mi cuerpo adolorido. 

—Oh, mierda. Son unos holgazanes. —chilla Skipper con una energía de tormenta que me hace rodar mis ojos por lo molesto que resulta. —Vamos, cambien y vistan rápido, nenitas. Que está noche tenemos fiesta.

—¿Cómo que una fiesta? —pregunto. —Parece que las palabras del entrenador no se te quedan en la mente, Bart. —regaño desde el suelo.

—No seas tan autoritario, cap. Solo es una pequeña tertulia, tomaremos unas cervecitas, veremos el partido de esta noche de los Bruins contra los Oilers y venga amanecer en casa con alguna conejita guapa. —habla haciendo ademanes. 

«Todo lo que quiero» (GC #2)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora