Capítulo 28: Origen de la "Nena Wilson".

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Josephine

Saben de esa sensación que aparece cuando estás cantando tu canción favorita o cuando escuchas esa risa que hace que sonrías o esa complicidad que aparece cuando estás haciendo cosas traviesas con alguien. Sí, eso sentía cuando estaba con Dann McDuggents.

O creía hacerlo.

Me he quedado atrapada en un bucle repetitivo de lo ocurrido aquella noche en la que mi vida cambio. Sobre todo, porque existen personas que se aferran a que lo recuerde cada vez que me ven y cantan esa maldita canción que no debería sentirse como una desgracia para mí, pero, que lo hace.

NUEVE HORAS ANTES

Había superado el tercer ataque de pánico de la semana con éxito. No debería celebrar ello de forma tan natural, pero, lo hago.

¿Cuándo empezaron?

En la preparatoria en la clase de la profesora Nelly Osman cuando Amber Carson me interrumpió en mi exposición sobre la estructura celular vegetal para corregir mis notas investigativas.

Ya lo saben, ¿no?

Hay cosas que no digo, y esta es una de ellas porque siento que, si nadie lo sabe, y actuó como si todo estuviera bien, lo estará. Justo como mi cumpleaños porque lo único que quise hacer allí fue echarme a llorar tan pronto escuché a mis padres discutir. Claro que, también está el hecho de que se enteraron de la calificación esa misma tarde y no pude soportar la mirada decepcionada de ellos.

Entonces, empezó haciendo que sintiera que podría desmayarme en cualquier momento. No sé si agradecer a Ross Hamilton por guardarme el secreto o no porque sé que cuando Maya se enteré de que él lo sabía y no se lo dijo, o que yo no se lo dije será el momento en que desvele las mentiras que le he estado diciendo desde hace meses.

No me gusta mentirle a ella, enserio que no y creo que he llegado a un punto en que el cansancio está agobiándome.

Además, no sé qué demonios está ocurriendo conmigo, pero, he vuelto a reprobar y no me está generando buenas emociones. Siempre he sido muy metódica en cuanto a las calificaciones, y siquiera una B me parecía un ultraje, sin embargo, la primera F cayó como un golpe directo a mis costillas y las que le siguieron me dieron una paliza. Entonces, tras aquello debería quedarme en casa a estudiar y corregir lo que está mal conmigo, sin embargo, me encuentro pasando el rato en las mesas de descanso con mi mejor amigo.

—Entonces, le dije a Damien que no trabajaría los fines de semana si no me pagaba más. —me cuenta Bucky mientras le da un sorbo a su malteada. Alzo mi mirada dejando mi donut en su caja para responder.

—Era hora porque enserio que cantas increíble, y no es egocentrismo querer cobrar más si te hace trabajar más horas de lo permitido.

—Exacto. Porque estoy allí desde las 7 de la noche hasta la madrugada, debo ganar lo justo. —se queja. —Oh, y quiero comprarme una guitarra nueva. —añade.

—Pero, si la que llevas es una pasada. —comentó. Le doy un mordisco a mi donut. —Me gusta la púa que usas tiene unos detalles bonitos.

—Dejaré la acústica por un tiempo, Josy. —habla con una sonrisa en su rostro.

—Espera un momento. Acaso es... lo que creo que es. —mencionó con un poco de emoción.

Hace unos meses atrás Bucky estaba empezando a pensar sobre el cambio de aires en instrumentos.

—Lo es. Tendré a la guitarra eléctrica como mi nueva compañera. —asegura. Deja la malteada sobre la mesa para enseñarme su teléfono, dónde, aparecen varios modelos de guitarras. —He estado buscando algunas para apartarlas cuando tenga el dinero exacto.

«Todo lo que quiero» (GC #2)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora