Capítulo 48: Creo que me estoy perdiendo.

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Theodore

El duelo. 

Vivir el duele es lo más complicado de la vida misma. 

Perder a las personas que amas es una maldición gigantesca; muy pocos sobreviven a ello sin derrumbarse por completo.

Estoy contradiciendo todo lo que una vez le dije a Josephine Wilson, y me siento aún peor por hacerlo sabiendo que ella no necesita eso de mí, y también, está el hecho que he decepcionado a Ada.

Realmente es difícil fingir que estás bien cuando no es cierto; y poner una sonrisa me quiebra el alma ahora porque lo único que deseo es echarme a llorar contra la almohada de mi cama mientras siento que el mundo se cae y arde alrededor de mí.

Creo que después de todo si soy Peter Parker; y tengo una mezcla de todos los universos posibles. 

No necesito que una araña me muerda para tener super poderes y perder a mi Gwen porque eso sería todo para mí; me moriría ahí mismo si eso llegará a pasar. 

Suelto un respiro fuerte contra mis labios mientras me sostengo del lavabo de mi baño; abro el grifo y roció algo de agua en mi rostro mientras me mentalizo que debo regresar a la cama.

Arrastro mis piernas fuera de allí, y cuando me asomo a la habitación, mi corazón recibe un choque eléctrico cuando la observo de pie y de espaldas a mí, arreglando el cubrecamas. 

Lleva un short minúsculo que se pierde por la camiseta que lleva puesta, y que es de mi propiedad. 

Es el cuarto día en que se queda a dormir conmigo, y agradezco el apoyo; aunque, no me sienta ni tan mal ni tan bien, solo un punto medio de ello, pero, su presencia me hace desaparecer pensamientos intrusivos negativos, y eso es mejor que nada para mí. 

Me acerco en silencio hasta envolver su estrecha cintura entre mis brazos y dejo reposar mi rostro contra su cuello; su respiración se vuelve un desastre haciéndola temblar y sonrío. 

—Theo... —murmura evitando lanzar un gemido cuando mis labios se divierten en su cuello, y mis manos en el filo de sus bragas. —No haremos esto, ahora. —añade con la voz ahogada.

—¿Por qué no? —pregunto sintiendo el rechazo de manera inmediata. 

Cierro mis ojos mientras sus manos se encargar de apartarme de una vez por todas. 

—Porque no es lo que necesitas ahora. —murmura recobrando seguridad en sus palabras. 

—Necesito sentir que no estoy muriendo, dulzura. Necesito sentirte. —contradigo dejando una sonrisa de lado.

—¿Sabes lo malo que es tener sexo por tristeza? —me pregunta haciendo que suelte un bufido mientras parpadeo sin creérmelo. 

—Sexo por tristeza. —delineo la palabra. —¿Acaso el sexo de emociones es un delito? —le pregunto. 

Dulzura rubia se aproxima hasta mí; entonces, se quita la camiseta de un tirón y eso hace que mis ojos vayan directo a sus tetas bonitas que brillan por la luz de la luna reflejando mi habitación. 

—Sexo por tristeza es malo para todos. —susurra. —Así que, medita tus pensamientos y elige lo que harás. —añade, y cruza sus brazos por encima de su pecho mientras se gira dándome la espalda. 

Benditos cielos, deseo su cuerpo como si la vida me fuera en ello, pero, lo deseo aún más porque me siento abatido, y odio tener que darle la razón justo ahora porque sí es sexo por tristeza, y eso no va a hacer que me sienta mejor y sería usarla. 

«Todo lo que quiero» (GC #2)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora