07

1.6K 211 10
                                    

-Diablos -Park se regañaba por haber perdido dos horas de clases, no es que le importara revivir matemáticas o física, pero amaba la música eso le encantaba. Pero sabía que su padre o "el señor director" se enteraría de cualquier modo y comenzaría con un sermón larguísimo por haber faltado.

Y como buen hijo de padres trabajadores y empresarios debía ser un genio, un superdotado, pero ese no era el caso y le daba igual.

Volvió a la realidad cuando alguien chocó contra él, volvió su vista hasta el suelo y se encontró al omega que hace horas atrás lo había ayudado a curarse, pero ahora lo vio bien estando arrodillado se dio cuenta que estaba peor que cuando lo curó en la enfermería de la institución.

-A-Ayúdame Park Sunghoon.

Dicho esto, el débil omega se desplomó en sus brazos.

Como diablos sabía su nombre, tal vez lo escuchó en la conversación de su padre. Miró alrededor y estaba desolado, si alguien lo viera pensaría que hubiera cometido un homicidio.

«Muévete se puede estar muriendo.»

Lo levantó con cuidado. Quién sería el desgraciado que le haría eso al indefenso omega. ¿Quién podía ser? En la mayoría de veces se avergonzaba de ser un alfa, ellos eran lo que más problemas daban en diferentes aspectos tanto como en la vida laboral y en el matrimonio y como consecuencia el que terminaba pagando los platos rotos eran los omegas o los betas que son unos seres con poca autoridad en la sociedad.

-«Será mejor llevarlo a nuestro departamento» -habló para su alfa que por alguna razón estaba preocupado por lo que le fuera a pasar al omega que cargaba en brazos.

«Y quien dijo que lo llevaríamos a casa de ese estúpido beta que tenemos como padre» -se burló.

-«Te estoy informando que lo llevaremos a nuestro departamento además jamás pedí tu o-pi-nion.»

El omega se había aferrado a su camiseta y trataba de restregarse de alguna manera quién sabe porque, pero necesitaban llegar rápido Sunoo estaba sumamente herido y eso a Sunghoon lo tenía nervioso.

Cuando se encontraron frente a la puerta del departamento se las ingenió para poder sacar las llaves de su bolsillo y abrir la puerta, cuando estuvo adentro lo llevo a su habitación subiendo las escaleras para dejarlo en la cama que por estar de buen humor hace una semana atrás había dejado arreglado todo, lo acostó con cuidado, pero en cambio recibió un quejido de dolor por parte de su chico.

«Vamos que esperas para limpiar las heridas... MUÉVETE»

Se dirigió hasta su baño donde tomó una toalla, la mojó con un poco de agua y escurrió lo que sobraba en la prenda; corrió de vuelta a la habitación y se sentó en la orilla de la misma para poder limpiar la sangre que se escurría por el rostro. Trató de hacerlo de la mejor manera, pero el omega no ayudaba se movía a cada rato que el pañuelo tocaba la golpeada piel del menor.

Cuando logró retirar el rastro de sangre se quedó más tranquilo, aunque los golpes se habían plasmado con más color en la piel.

«Que esperas para limpiar las heridas de su cuerpo... acaso una tarjeta de invitación... o que.»

-«Lobo morboso ni creas que caeré en tu sucio juego, mejor me largo para descansar tal vez mañana despierte tengo que hacerle de desayunar por lo menos.»

«JA JA ni tú mismo comes, vas estar alimentando, aunque no es mala idea.»

-«Estúpido.»

Se marchó de la habitación para ir a la de a lado, ese era su cuarto de música que todo compositor debía tener ahí tenía un mueble no muy cómodo, pero serviría para pasar la noche.

Por lo tanto, Sunoo estaba en un profundo sueño, pero no dejó pasar el olor que aún no reconocía del todo, pero le había encantado, aun estando golpeado y herido su omega se sentía más tranquilo y podía dormir en paz sin miedo a ser dañado.

Cuando la mañana apareció y Sunoo sintió estar en un cómodo colchón se desesperó, pensaba que su padre lo había encontrado donde sea que cayó desmayado, y tal vez sintió ser agarrado y protegido por un alfa.

Podía estar delirando a causa de la gravedad de lo golpes.

Se incorporó aun con ojos cerrados y cuando los abrió se encontró con una habitación desconocida pero bien ordenada con colores como gris y un poco de negro, regresó su vista hacia la puerta que había sido golpeada y se abrió dejando ver a un alfa ya conocido, Park Sunghoon, su respiración se tranquilizó.

-Buenos días... te he traído el desayuno -pasó con cuidado y dejó el desayuno en la mensa de noche que estaba en su cuarto, se rascó la nuca sin saber que decir ante la mirada algo apagada del omega.- Aquí te dejo una toalla si deseas tomar un baño -se acercó hacia su ropero y sacó una toalla limpia y perfumada con su olor- Baja cuando acabes, necesito curarte las heridas -«pequeño»- pequeño.

Diablos...

Sunoo solo asintió y comenzó a comer cuando el alfa se retiró de la habitación, se llevó la charola de comida hacia sus piernas que en el momento le dolieron por el peso, pero volvió a comer los waffles con chocolate y fruta picada. Estaba delicioso.

Cuando se terminó toda la comida la charola la volvió a poner en su lugar y trató de bajarse de la cómoda cama, pero cuando sus pies tocaron el piso los mismos no soportaron el dolor que se implantaba por lo sucedido la noche pasada, eso había sido una pesadilla. Con mucho esfuerzo logró tomar la toalla que anteriormente el alfa le había dejado para que tomara un baño, regresó su vista hacia la cama y vio como la había ensuciado por la sangre que su cuerpo había expulsado. Tendría que cambiar las sabanas luego.

Al entrar en el espacioso baño se retiró los pocos pedazos de tela, vio su cuerpo desnudo y lleno de moretones y solo se limitó a llorar en silencio mientras estaba en la tina que estaba llena de agua ya calentita para que su cuerpo se relajara, lavó y restregó con cuidado, pero con la suficiente cantidad de shampoo y jabón líquido como para quitar el aroma de su estúpido padre, al muy imbécil ya no tenía porqué llamarlo así.

Cuando estuvo limpio se retiró y se secó con cuidado, ahora la gran incógnita era que ropa usaría, se dirigió al armario y el olor a menta inundo sus fosas nasales relajándolo al instante, tomó una camisa lo suficiente grande de color negra y se la colocó, rebuscó en los cajones de abajo encontrando del mismo y se sonrojó pero de igual manera tomó uno y se lo colocó, en estos momento se estaba preparando mentalmente para poder salir al piso de abajo donde se encontraría con su Hyung.

Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora