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—¡Jungwon hyung, por favor deje de avergonzarme! —hablo tapándose la cara después de que el mayor dijera cosas... que iban con el tema.

El omega mayor y el otro omega de sonrisa cuadrada rieron por el acto más lindo que han visto.

—Sunnie, eso es normal. —dijo Riki.

—Pero mi querido Sunoo, debes ser cuidadoso. —habló, refiriéndose aquella persona que hablaba con experiencia y fingiendo ser mayor. —Sunghoon llega a ser muy territorial cuando algo lo considera suyo y más si se trata de ti. —rodó los ojos con una risilla socorrida— Dominalo por el bien de todos.

—Cambiando de tema... —Riki se acomodó en las palmas de su mano y miró al mayor.— Como reaccionó Heeseung hyung con la super noticia.

Jungwon rió internamente, esa reacción no lo olvidaría el resto de su vida. Cuando lo había ignorado casi por una semana por puro miedo, pero ahora que lo recuerda ¿miedo a que? ¿a que tenía miedo?

—Hubieras oído —dijo Sunoo—, su grito de emoción se oyó por todo el edificio.

—Realmente lo dije de puro accidente —confesó—, estábamos en el sofá y él solo trataba de sacarme la verdad que era lo que le hacía estar inquieto, pues confesó que por medio del lazo estaba teniendo miedo e inseguridad, y eso le afectó por eso no lograba concentrarse en la empresa.

—¡Oh! Jakey siempre dice eso, cuando me marque quiere compartir bellos momentos por medio del lazo, ¿qué se siente hyung? ¿Duele acaso?

—Sabes.... —dijo llamando la atención de los dos omegas menores.— Primero debes dejar de reprobar materias y después ya verán —rió cuando los dos bufaron de desilusión.— Ayer antes de que Heeseung vaya a dejar a Jakey, tuvieron una plática de alfa a alfa. No me contó los detalles, pero dijo que lo había aconsejado bien.

—Jungwon hyung ahora que saca el tema del colegio ¿usted no debe ir a hacer la práctica?

—Es verdad. Pero tengo que esperar a Heeseung, si no me reclamará por no a verle esperado, está muy sobreprotector por mi estado.

El portazo en la parte interior hizo sobre saltar a los tres omegas que mantenían una charla algo divertida.

Habían contado cosas sobre su relación y como esta había comenzado.

El primero en visitarlo fue Jungwon que llegó con una tarta de vainilla, una cajita de supresores y algo más que avergonzó al menor.

Condones...

—Por si acaso.

Eso había dicho, también había comenzado a contar como conoció a su alfa. Una de aquellas historias de amor lleno de drama.

Cuando Riki interrumpió a su puerta este también llegaba con algo.

Una rica caja de donas, las mismas que Sunghoon le había comprado en el Aeropuerto.

Cuando todos los dulces estuvieron en la mesa, la plática había llevado un ritmo de comedia.

Jungwon había dicho que cuando conoció a Heeseung -el mejor amigo de Sunghoon- le había dicho que llegaba a destruir todo lo que toca. En ese tiempo lo cogió de broma o una manera de molestarle.

Y que Sunghoon había hecho de cupido para que los dos se junten, y ahora ya estaban comenzando su propia manada, la cual Heeseung cuidaría y protegería a toda costa, asegurándose de que su omega y su cachorro llevaran una vida digna.

La historia de Riki también había sido contada y mencionó que todo sucedió cuando ambos habían subido al mismo bus para su primer día de clases en otra ciudad, con la única cosa que Sunghoon le había enseñado en el establecimiento y era quien se haría cargo de él por petición de sus padres. En cambio, el omega había dicho que se había perdido y que faltó las primeras clases, que si no hubiera sido por Jake, jamás encontraría su clase. Él lo había considerado un héroe. Y ahora habían durado dos años de relación con conflictos, celos, enojos y discusiones incluidas.

—¡Wonnie! amor ya vamos que se nos hace tarde —gritó Heeseung.

—¡Que tarde ni nada! Tú no te largas hasta que hayas hecho tu parte del trabajo imbécil. —gritó su alfa.

Cuando bajaron Heeseung corrió hacia su omega quien lo besó y lo abrazó como saludo.

—Buenas Sunoo, por favor controlalo hasta que lleguemos de la prueba. —pidió.

El menor asintió y volvió la vista hasta el alfa que se encontraba como loco colocando en orden el monto de papeles encima de la mesa.

—¡Oye tú! ¡Donde crees que vas imbécil! —gritó Sunghoon cuando vio a Heeseung marcharse lo más antes posible.— ¡TE ESTOY HABLANDO!!

— Lo siento Hyung. —Y se marchó.

—Yo también me voy, adiós Sunnie.

—Adiós Nishi.

El alfa cayó rendido en el sofá, demasiado oprimido por tantos papeleos que hacer.

El omega se acercó y le dio un beso en la mejilla sorprendiendo al mayor quien sonrió después.

—Bienvenido Hyung.

—Gracias cariño.

El alfa volvió a observar todos los papeles, y ahora tenía que hacerlo él solo.

—Hyung yo lo puedo ayudar. —sugirió agarrando uno de los tantos papeles.

—No entenderías cariño, es complicado.

—Oh, claro que puedo hacerlo, son asientos contables, solo no debes equivocarte sino no te cuadrarán los valores al último. —habló analizando.

—¿Entiendes?

—Claro Sunghoon Hyung, estudié eso la mayoría de mi infancia. —tragó duro al recordar aquello.— Se supone que yo trabajaría en la empresa que administraba mi padre.

—¿Entonces Señor Kim, me ayudaría a terminar este papeleo?

—Claro que acepto Señor Park. —rieron.

Sería pan comido terminar todo esto.

«Estoy de vuelta a donde comencé, después del fin del viaje para encontrarme. Lo que necesitaba encontrar es el comienzo y un hito, el mapa del alma. Algo que todos tienen, pero no todos encuentran. Estoy a punto de encontrarlo.»

Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora