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El beso era tan cálido y estaba tomando un ligero sabor a dulce. De alguna manera Sunghoon y Sunoo habían terminado así, tan lindo, el cobarde alfa se había dignado a decir lo que sentía, lo que sentían ambos.

—Hyung, no me deje nunca. —hablaba el omega, que miraba al alfa directo a sus ojos.

—Jamás Sunnie, ahora eres alguien importante para mí, no, siempre fuiste alguien importante para mí —acercó su mano a la mejilla del omega y la acarició como si temiera hacerle algún tipo de daño—, de ahora en adelante te protegeré.

Sentados en el sofá del departamento, después de que el alfa se despertara a toda prisa y se cayera de las escaleras con todos los papeles y trabajos que tenía que entregar. El ruido de la caída había despertado a Sunoo que algo somnoliento pudo visualizar al alfa tendido en el piso tratando de estabilizarse, ahogó un grito y salió corriendo para ayudarlo.

El alfa a regañadientes se dejó cuidar por el omega que parecía con más autoridad en la casa y le había dicho claramente que no se levantara del sofá en lo que iba por el botiquín. El alfa no hizo caso se levantó y caminó hasta la cocina a por unas toallitas con que secar la sangre que salía de una esquina de su cabeza, y cuando el omega no lo encontró, le dio una regañada al alfa por su desobediencia.

El alfa no estaba a punto de morir, pero agradecía intensamente por el cuidado y pequeños mimos que le ofrecía el omega. Mientras intentaba desinfectar la herida, Sunoo trataba de no perder el poco autocontrol que tenía, su lobo estaba dispuesto a acercarse más y saborear esos delgados labios que emitían uno que otro quejido al sentir el alcohol arder en la herida, incluso Sunghoon llegó a tomar la mano de Sunoo para que ya no siguiera la tortura.

—Basta... es suficiente cachorro —habló con un poco de súplica.

—Hyung, solo un poco más.

Sunoo siguió con su trabajo, después de estar tratando de desinfectar la herida, hasta colocar la gasa que cubría la herida para que pueda sanar pronto.

—Listo, Sunghoon hyung, ha sido muy valiente. —felicitó— Ahora solo falta limpiar la sangre que se ha escurrido por el costado de su cara.

Dejó en un lado los algodones que ya estaban empapados de sangre, tomó uno nuevo y volvió a mojarlo con el desinfectante para pasarlo y limpiar la sangre.

Más trabajo, Sunghoon parecía que en algún momento tomaría las mejillas y lo besaría, pero también temía que el omega lo malentendiera y no tenga los mismos sentimientos que el hacía a su omega.

Sí, porque Sunoo era su omega.

Sería solo de él.

Lo protegerá incluso de si mismo.

Dejaría su cobardía y le daría sus sentimientos.

Lo haría ahora.

—Sunoo. —el omega hizo un sonido para darle a entender al alfa que le estaba poniendo atención.— Necesito que me mires. —parecía extraño que el alfa pidiera eso, limpió un poco y posó su vista en el alfa, no se había dado cuenta lo cerca que estaba, incluso juró que su aliento chocó contra su rostro— Te amo...

En la cabeza de Sunoo no cabía lo que le había dicho el alfa, podía estarse burlando de él pero por el momento no se sentiría confundido.

—¿Qué?

—Que te amo Sunoo, estoy tan convencido que tú eres mi omega, eres lo que le hace falta a mi vida. Siempre te quise, desde ese momento que me ayudaste en medio de un partido de básquet, donde me lesioné y tú fuiste testigo de eso por grabar casi todo el encuentro, esa fue la primera vez que cuidaste de mí, esa fue la primera vez que me enamoré de verdad. —Sunoo estaba atónito, el alfa le estaba pidiendo ser su pareja— Quiero que me aceptes, que comencemos una vida los dos, nada te faltará, pero tenemos que estar unidos para afrontar a la vida. Sunoo quiero que te dejes enamorar de este alfa tonto.

—Hyung... yo, ¿de verdad quiere estar con alguien que ya está sucio? —sus sentimientos los mantenía a raya, debía primero asegurarse que no era una broma, antes de decir que "sí".

—Quiero que seas mi omega Sunoo. —dijo, decidido.— Eres el único que decide si quieres dejar de atormentarte y volver a ser feliz. Yo quiero que seas feliz a mi lado cachorro.

Sunoo lo pensó, no mucho pero el alfa se había ganado desde ya su corazón, solo que aún se negaba a aceptarlo, debía ser feliz, debía dejar su pasado atrás y comenzar de nuevo, debía ser feliz.

—Mi alfa... usted ya me tiene desde el primer momento, y sí, quiero disfrutar la vida junto a usted. —habló.

El lobo en su interior daba brinquitos debido a la aceptación de su omega, ahora lo cuidará incluso si le costara la vida.

Ahí se encontraba, se había debatido bastante si debía besar al omega. Pero Sunoo fue quien acortó la distancia, cuando sus labios tocó los del alfa sintió una descarga recorriendo todo su cuerpo, sabía que había decidido bien, que no se había equivocado.

Sunghoon estaba realmente feliz, tomó las mejillitas del omega y lo acercó más para poder mover sus labios al ritmo lento y placentero, sabía que ahora tenía más que esforzarse.

—Te quiero hyung. —habló en medio del beso haciendo que el alfa sonriera.

—Te quiero cachorro.

Después del beso lo abrazó, el omega tenía los cachetes pintados de un rosa fuerte, se encontraba avergonzado y cuando lo abrazó pudo esconderse en el cuello del alfa donde su olor lo tranquilizó de alguna manera, comenzando a llorar diciendo un "gracias".

Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora