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Jake comenzaba a correr de manera desesperante hacia el departamento de Riki, acababa de enterarse recién sobre aquella enfermedad que padecía su omega, sí, porque a pesar de toda esta mierda de persona que era él aún lo amaba, que no importaba romperle la jeta al prometido de su matrimonio arreglado y le arrancaría la garganta si se atrevía a ponerle un dedo encima a lo que era suyo desde hace tiempo atrás.

¿Como se había enterado? Jungwon no era muy discreto por lo que había escuchado al llegar al departamento de su Hyung, porque otra noticia era que su Sunnie hyung estaba en cinta y eso parecía hacer llorar a Sunghoon, Jungwon estaba encantado sobre eso de Sunoo también y ya le daba unos de esos tips sobre que debía hacer y que no, y que ahora ya los dos podían ir a comprar juntos ropita de bebe.

Todo se había vuelto gris cuando Heeseung accidentalmente había dicho: "Ni-ki debe ser fuerte, su operación saldrá bien", Jake ya había cruzado esa puerta, y a pesar de las grandes suplicas de los mayores no le detuvieron en salir corriendo hacia el departamento.

—Ni-ki... amor, espera un poco más. —corría, evitando a cada persona que se le atravesaba, también hacia oídos sordos a aquellos alfas que le gritaban. Su único objetivo era llegar al departamento y aclarar todo de una buena vez.

Al llegar a la residencia de Riki, subió de inmediato las escaleras tropezando varias veces hasta llegar.

Sus miradas se atravesaron; el omega salía de su departamento mientras que el alfa llegaba todo sudoroso y con una respiración exaltada.

—Jake...

El omega había evadido al menor, el Instituto se había quedado atrás cuando por una práctica de deportes el entrenador le exigió hacer más ejercicio, su cuerpo no soportó el peso de eso y tubo por poco un ataque de asma sabiendo que eso no tenía nada que ver con el tumor que se encontraba en la parte superior de su corazón. Los análisis hechos después de eso, con compañía de Jungwon, habían arrojado que, a pesar de tomar pastillas para eso, el tumor estaba buscando otras vías como llegar a arruinar sus pulmones o alguna médula de esa.

Jake estaba desconcertado y triste por la apariencia del omega, todo demacrado a pesar de llevar unos conductos respiratorios conectados a un tanque de oxígeno.

—Y-Yo debo de irme... —el omega no atinaba que decir, de cierta manera su corazón seguía latiendo con solo ver al alfa. Se dispuso a cerrar la puerta.

—Riki, déjame explicarte. Yo aun te a-

—¡¿Me amas?! —gritó colérico tratando de desalojar toda la rabia frustrada.— ¡A esto le llamas amor!

—Riki tranquilízate... puedo explicártelo.

—¡Qué cosa! ¡Estuve allí cuando la besaste! ¡¿Tu qué crees?! ¡que no me dolió!

El pecho del omega subía y bajaba tomando aire mientras que las lágrimas resbalaban de sus ojos recorriendo sus mejillas hasta que finalmente caían de su rostro.

Jake no tenía nada que decir al ver así a Ni-ki, las palabras pensadas murieron en su boca sin dejarlas salir.

—¡Eso temía! ¡No tienes nada que decir porque es verdad! —gritó colocando su mano a un costado, justo en dónde reposaba el tumor, tambaleándose y terminando por agarrarse de la puerta.

—¡Ni-ki! —gritó tratando de socorrerlo.

—¡ALÉJATE! ¡NO QUIERO VERTE! ¡NO ME TOQUES! NO SABES CUANTO TE ODIO.

—Mentira... —susurró para sí mismo el alfa, tomó el cuerpo del omega con agilidad y como pudo trató de acomodar el tanque de oxígeno mientras que Riki comenzaba a decir barbaridades.

Tomó un taxi de urgencia, el dolor que sentía el omega se hacía más fuerte y el tráfico agobiante no ayudaba en nada. Su corazón latía de manera desesperada no lo ayudaban a calmarse y ahora los balbuceos que decía eran intangibles.

—¡No puede ir un poco más rápido!

Eso era lo más rápido, bajar del taxi y salir corriendo con el omega en brazos fue su opción, por alguna razón las enfermeras y doctores ya se encontraban afuera con la camilla lista.

—Haga lo posible... por favor...

—Lo haremos.

Jay fue el primero en enterarse y de dar el comunicado a los demás, quiénes llegaron rápido hacia la sala de espera donde el alfa menor se encontraba sentado y con la cabeza escondida entre sus piernas y brazos.

—No te preocupes Jakey, Ni-ki estará bien.

Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora