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— Maldito omega, me la vas a pagar, tarde o temprano —escupió con rabia mientras observaba al chico, agarrando unas cosas del estand junto a otro chico, cuando intentó acercarse dos alfas llegaron dejando su plan a medias después se retiraron del lugar.— No sabes la falta que me haces, más una buena dosis de castigo para que tu sumisión vuelva junto con tu cuerpo —habló mientras marcaba el número privado desde su celular.

Aló

—Te necesito cariño.

꒰ ・ ・ ・ ꒱

— Alfa tonto.

— Omega caprichoso

— Arruina helados.

— Gasta dinero.

Esa era la discusión del momento. Donde Sunoo reclamaba a Sunghoon por haber arruinado su helado con la total libertad como si fueran amigos desde hace años, pues el incidente del centro comercial ya se había quedado en el olvido, solo bastó un par de pucheros por parte del omega para que Sunghoon olvidara todo lo que pasó y de paso compró helado en conos donde el pequeño lo disfrutara como si fuera su primera vez probando tan exquisita crema con grageas.

Pues cuando estaba aún viviendo bajo el techo de su padre este le tenía totalmente prohibido el consumo de azúcares, por el simple hecho de que su padre se burlaba de él por ser un poco rellenito y rechoncho, cosa que era total mentira, él ese tiempo estaba en forma y tenía el peso normal de cualquier chico de su edad pero las constantes críticas por parte de su única familia lo hacía odiar a él, su forma de pensar y su cuerpo, terminando de dañar a este último con dietas extremas y dejándose de alimentar por días.

Todas esa críticas y malas palabras de su padre hacia él llegaron a su mente haciendo que mirara la ventana perdiéndose en sus pensamientos y hablando con sentimiento.

— Gracias por arruinar mi helado.

El conductor que era Sunghoon lo observó por un segundo para no descuidar la vista de la carretera y provocar un accidente, eso lo hizo meditar pues hace rato estaban discutiendo como niños pequeños por un helado de vainilla con grageas, cosa que era un delito para Sunoo arruinar tal cosa hermosa según él.

— ¿Por qué?

— Porque me hubiera puesto más gordo —habló como si la realidad se posara en sus hombros haciendo un peso totalmente profundo.

— ¿Quién te dijo semejante barbaridad? —lo miró detenidamente al ver como el semáforo de la avenida principal se puso en rojo, para así comprender la situación que traía Sunoo en estos momentos.— ¿Acaso no te das cuenta que estás demasiado flaco para mi gusto?

— ¿Acaso no te das cuenta que estoy demasiado gordo para mi gusto?

Esto iba en serio.

— Acaso no te das cuenta que estas sumamente flaco, o no te das cuenta que pesar que corten las flores la primavera seguirá.

Esa frase lo había dejado callado pues no comprendía lo que significaba aun estando la respuesta en la punta de su lengüita.

— Mientes. —fue lo único que atinó a decir.

— Jamás lo haría cuando las cosas son realmente graves.

— Pero...

— Pero nada, si realmente te ves de esa manera nunca vas a progresar, estarás estancado en esa fobia, ¿acaso no te das cuenta que tu vida es hermosa? JA, y saber que la única persona que no se da cuenta eres tú —ironía, palabras duras salían de su boca, cosas con sabor a realidad y que te llegan como una cachetada haciéndote reaccionar, tal y como lo había dicho Hee.

— Hablaré contigo seriamente, me contarás todo y te ayudaré.

— No puedo.

— No te pregunté si podías, te estoy diciendo que me contarás, es una orden —aclaró.

No quería seguir hablando así que se limitó a ponerse la capucha del saco de Sunghoon para así dejarse caer en los brazos de Morfeo y dormir tranquilito como hace años, donde su vida no era perfecta, pero al menos tenía a su familia unida, donde las clases de manejo de empresas era lo más aburrido de su día, y como solía escuchar a su madre de lo grandioso que seria. Pero todo se fue por el caño, todos eso esfuerzos y sacrificio fue arruinado el día de su primer celo. Su familia se basó en peleas y gritos, cuando él aún estaba con aquellos tormentosos días, y para cuando su celo terminó su madre se había ido, dejando un destrozado alfa con signos de rencor y a un cachorro sumido en la desesperación y el maltrato.

— Sunghoon, porque haces esto, porque por mi...—habló ya dormido, inconsciente de lo que decía.

— Porque te amo Sunoo —susurró.

"Por más que tu vida te aplaste y que tus sentimientos te atormenten, pues disfrútala, disfruta de esos aplastones que te harán más fuerte para cuando te levantes, y disfruta de esa tormenta jugando con el agua que cae de ella, así para que te hagas más resistente a los cambios de tu vida"

Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora