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Después de todo lo sucedido, el cachorro se sentía más tranquilo, le había contado su temor a alguien que sabría que no lo traicionará, que no se aprovecharía de él, pues bien sabía quién era, dignamente quien no conocía a Park Sunghoon en todo el instituto.

Sunghoon por otro lado tenía que terminar un papeleo que su querida y adorada madre le había dado, porque la señora se iba de vacaciones a una playa por el Caribe. Por lo tanto, no podía pasar más tiempo con Sunoo, pero a cambio le dejó el catálogo de películas disponibles en Exfolie, le preparó un poco de canguil y le dijo que disfrutara todo lo que quiera.

— Gracias Hyung —Era todo lo que le había respondido para que se acomodase en el sofá y buscara la película que más le llamara la atención, y podría olvidarse de todo su alrededor, por un momento.

Sunghoon se volvió al pequeño estudio que tenía, pero también soñaba que en vez de tener una mini oficina prefería mil veces un estudio con todo lo que tenía que ver con la música, eso sí que lo haría feliz.

Dos horas sin saber que hacer para que le cuadre el saldo de la primera partida doble, lo había intentado todo, revisó una y mil veces, pero nada, no había solución. Se recostó en la silla y pudo observar a Sunoo.

Tenía cara de dormido, y parecía más tierno de lo normal, pues el que el pequeño omega se esté restregando el ojo con sumo cuidado, solo eso bastó para que el pudiera ver brillos al alrededor expresando lo hermoso que se veía.

— ¿Hyung está ocupado?

Diablos casi le da un ataque de diabetes.

— Sí, ¿Por qué lo preguntas Sunoo?

— Quiero que venga a ver películas conmigo, me siento muy solito.

Ganas no le falta en darse un descanso, pero si no terminaba eso que le había encargado la señora, se le armaría una buena.

— Lo siento Sunoo, pero estoy algo ocupado. —habló mostrando el centenar de papeles que tenía esparcido por toda la diminuta mesa.— Necesito terminar primero.

Al pequeño omega pareció darle curiosidad, por lo que se acercó más y los analizó.

— ¡Pero Hyung!, acaso no se da cuenta que tenía que restarle el saldo del que debe con lo de las cuentas de egreso, solo así podrá cuadrarlo todo en el sistema.

¡Ups! que fallo.

— Sunoo, eso estaba por realizar, pero me distrajiste.

«JA ya quisieras...»

— Esta bien, termino de ordenar y voy para la sala, solo espérame allí ¿sí?

Si al abandonar el estudio, Sunghoon pudo respirar un poco más tranquilo, pues no se le había pasado esa grandiosa idea de restarle el saldo, lo único que hacía era leer los documentos y hacer cualquier cosa que llevara lógica.

Después Sunghoon se cataloga como genio.

— ¡Hyung!

Una risita se asomó de causalidad.— Ya voy, ya voy.

Al llegar a la sala, se encontró con poca luz, pero pudo divisar muy bien gracias al brillo de la televisión como Sunoo había hecho un nidito de cobijas y almohadas sacadas de su habitación, incluso se encontraba el muñeco de Kumamon que le encantaba.

Le encantaba y mucho.

Pero tampoco podia entrar al pequeño espacio construido por el omega y arrebatar el peluche que casualmente se encontraba abrazando mientas miraba la película y comía un poco de canguil. Oh no eso era muy mal visto y de poca educación, que una persona no autorizada entrara en el nido del omega, ya que estos con tan solo proteger su cachorro o su espacio personal te atacarían sin importar que. Primero debes pedir su autorización.

Así que, para evitar malos entendidos, primero se dirigió a la cocina a por una cerveza aquellas populares y fáciles de comprar, no bebía mucho, pero de vez en cuando no era malo tomar una.

Cuando regresó a la sala se dirigió al sillón grande para sentarse y poder disfrutar de la película que viera Sunoo, cualquiera que haya elegido esta bien.

— Hyung ¿usted cree que alguna vez pueda bailar así de bien?

No había prestado mucha atención a la película por estar imaginando planes de cómo decirle a Sunoo que le devolviera el peluche, había conseguido muchas excusas, pero ni una convincente para poder tener al peluche en su poder, ni una, así que dirigió la mirada en la tele y vio como una chica danzaba al compás de la música, mientras era guiada por el viento de la melancolía y arrastrada por las palabras de la canción.

¿Acaso él no cree que puede ser capaz de todo? ¿aún no entiende?

— Sunoo, tú puedes ser todo lo que quieras, pero nunca olvides la primera regla de la vida.

— ¿Cuál Hyung?

— Nunca olvides a los que te ayudaron a ser quién eres, la vida da vueltas cachorro.

"Si olvidas a quienes te ayudaron, olvidaras quién eres, si olvidas de donde viniste, olvidaras a dónde vas, no trates de olvidar lo malo, debes leer las advertencias del camino mil veces antes de caminar descalzo, así sepas lo que te espera, trata de hacer caso a los gritos interiores de tu alma y de tu corazón "

Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora