El omega saltó en su lugar, dejando caer ya solo el corazón de la manzana que había estado comiendo, para agarrar las sabanas y cubrir su desnudez. Mirando aterrorizado al ser que estaba allí, mismo ser que podría ayudarle a salir en libertad.
Un lindo híbrido, de orejitas bicolor junto a su cola que se había crispado al repentino susto del omega. Llevaba una ropa para el clima frío de la noche y parecía estar preocupado por el bienestar de él.
—¡¿Q-Quién eres?!
—Oh... eres un omega... —habló para sí mismo.— ¿Qué haces aquí? Esto está abandonado desde hace tiempo. Deberías estar con tu alfa, la marca se está volviendo gris.
Cuando el omega iba contestar la puerta principal fue abierta de un solo golpe, Sunoo se asusta al saber que es lo que viene a continuación pero el híbrido no hace más que mover su nariz y olfatear el ambiente a peligro.
—Omega... tú estas aquí en muy malas condiciones... —habla el híbrido al ver ya la situación.— Te ayudaré a salir, solo...
—P-Por favor. —llora Sunoo.— ¡E-Encuentra a mi alfa! —zarandea al gato y se espanta más al escuchar ya los pasos cercanos a la puerta.— ¡P-Park Sunghoon! ¡por favor! —grita al ver como el gato escapa por donde vino e inmediatamente la puerta es abierta y su padre entra furioso.
—¡Tu estúpido alfa me pisa los talones! ¡¡Pero tú serás quién pague las consecuencias!!
꒰ ・ ・ ・ ꒱
—Eso ha estado bien... —decía aquel alfa sin una pizca de compasión por aquel que es su hijo, con una burlesca sonrisa mientras se acomodaba la hebilla de su cinturón.— Ya decía yo que te hacía falta unos buenos azotes para que dejes de comportarte como una zorra. —habló mientras se arrodillaba a palmear el trasero lastimado con rastro de semen y sangre que se escurría de su hijo inconsciente en aquel cuarto oscuro y frío.— Ya no falta mucho para el asalto final —susurró sonriente.
Salió de la habitación con aires de superioridad, acomodándose la camisa para después tomar un par de cigarros de su estantería dirigiéndose a otro cuarto un poco más limpio adentrándose en el para ver un cuerpo intentando esconderse en una esquina, cabellera rubia ya sin brillo y todo maltratado, golpes y fuertes tonos morados en lo que fue una cara bonita y de porcelana, piel ya adherida a sus huesos haciéndolos notar. Él sonrió, tenía lo que quería en un solo lugar.
—Vamos querida sal de allí a recibir a tu esposo. —la mujer solo pareció esconderse más a lo que el alfa no lo tomó bien.— Acaso quieres que vaya por tu hijo. —no hubo respuestas.— bien lo has pedido, traeré a tu hijo y tú serás la única culpable de lo que le pueda pasar.
Escuchó el grito ronco de la mujer, salió azotando la puerta para dirigirse al sótano dejando el cigarro en la mesa ya todo aplastado.
La puerta fue abierta más solo tomó de la cabellera del omega quién se quejó y temió por la vida de su cachorro.
—¡P-Papá! —Chilló.— ¡Papá ya basta! Lo siento, perdón ¡¡Perdón!!
—¡¡Cállate de una maldita vez!!
El choque pieles resonó en el lugar más el llanto no cesó, la sangre manchaba y se escurría desde el labio hasta la barbilla debido a la bofeteada, las cadenas que le mantenían preso fueron desatadas para la movilización de un cuarto a otro.
—P-Papá... perdón
Entonces lo vio, una sombra se escurría por el cuarto de manera silenciosa, supo quién era y supo que debía proteger a su cachorro de aquel monstruo. Comenzó a dar golpes insertados en el rostro del alfa mismo que los devolvía con más intensidad y más fuerte.
—¡Quédate quieto de una v...
—¡Maldito! déjalo ir ¡Cachorro corre!
La pelea entre un gato y un lobo, la diferencia era notoria y el vencedor también, mas Sunoo no perdió la oportunidad, se levantó con las pocas fuerzas y agarró lo que quedaba de su ropa, más que una camiseta rasgada pero servible y unos shorts cortos que parecían no haber sufrido ningún daño en todo este tiempo. Corrió aún con el dolor penetrante en su parte baja que solo le hizo chillar más, salió de aquella casa en medio de la nada, corrió todo lo que sus piernas daban, tomando su panza, tratando de proteger a su bebé.
Ya antes de dar con la carretera y lo suficiente lejos de aquel lugar se colocó las prendas, verificando que su bebé estuviera bien, que no haya ningún signo de violencia en su panza que tanto ha protegido.
—¡Omega!
La voz le hizo quedar petrificado por unos momentos, con todo el temor corrió, corrió tanto como pudo, viendo la cuidad, las luces de los postes se apoderaron de él dejando ver lo destrozado que estaba, descalzo y que parecía ser de madrugada por el frío que se colaba en sus huesos al no ver ninguna alma. Aquel parque conectaba con la salida de la cuidad.
—¡Alfa!
Las patrullas sonaron llenando de luces rojas y azules el parque y la salida. Suspiró aliviado, pero el carro de su padre -aquel que estaba reportado y mismo que cuando entró a la cuidad había despertado la alarma- se adentró al parque destrozando todo y acorralándolo en el puente peatonal que contenía el parque.
—¡Maldito! ¡Pagarás por esta! ¡Pagarás por todas!
Correr hasta el otro lado del puente y bajar las escaleras se le haría difícil, su padre lo alcanzaría y todo sería en vano, por lo que salto la reja estando en la zona del ciclista. Su padre furioso y tomándolo del cuello para jalarlo fue lo que vivió, la policía rodeando el lugar con armas, su cachorro pateando en su vientre en busca de aire y él ya no teniendo fuerzas para seguir luchando.
—¡No toques a mi omega maldito!
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Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun
Fanfiction❛ No tenía que ser así. No tenía que soportar tanto. No debía ser un omega débil. No se merecía vivir. ❜ ──⠀۪ ୨୧ ۫sungsun ──⠀۪ ୨୧ ۫smut ──⠀۪ ୨୧ ۫violencia familiar ──⠀۪ ୨୧ ۫alteración de edades ──⠀۪ ୨୧ ۫omegaverse ──⠀۪ ୨୧ ۫adaptación autoriza...