Totalmente cálido, era tan cálido y acogedor, que quería seguir siendo abrazado por esos brazos y envuelto en el delicioso olor a menta y chocolate amargo, lo tranquilizaba, pero no lo suficiente como para olvidar lo que le había pasado.
Cuando despertó pudo observar la piel blanquecina del cuello del alfa, que sin querer se había dormido abrazado al omega. Trató de alejarse para no causar malos entendidos, pero cuando lo quiso hacer el enredo en sus piernas inmovilizó sus acciones. Parecían una pareja después de darse mimos durante toda la noche.
Sunoo pareció sonrojarse, y lo hizo más cuando alzó la vista y pudo ver con más detalle el rostro del alfa y el charco de saliva que sobresalía en la almohada, tragó en seco por la cercanía y con sumo cuidado intentó escapar de los brazos que lo aprisionaban, pero parecía empeorarlo, pues el alfa lo había atraído más a su cuerpo como si de un peluche se tratara.
— kumamon —susurró el adormilado alfa.
«Sí, tal vez piensa que somos sus peluches, esos que encontramos al fondo del armario...»
Sunoo rió por la ocurrida idea de su lobo, pero eso no pareció importarle, pues el alfa lo apachurró más.
— H-hyung... —trató de despertarlo.
El alfa ni se inmutó, dormía plácidamente, que Sunoo pensaba que si pasaba un torbellino este ni se movería.
Las mejillas de Sunoo obtuvieron un color rojizo cuando el alfa lo soltó por unos breves segundos, haciendo que Sunoo se pudiera dar la vuelta para poder irse sin hacer mucho ruido, pero en cambio el alfa aún dormido fue más rápido y su brazo rodeó su estómago. Para volverlo a arrastrar junto a él, sintiendo el abdomen del alfa con mucha claridad en su espalda. Sonrojándolo demás.
Pegó un brinquito inesperado cuando la cálida mano del alfa sobó con paciencia su pancita, aquella parte muy sensible de los omegas -aparte de su cuello y zona intima-, su estómago era una parte esencial de su vida pues ahí irían los cachorros que cuidaría y protegería con su vida, también sabía que esa parte no debía dejar a la vista de cualquiera, si este no es su alfa, aunque siendo Sunoo tendría pensamiento negativos y más si su mente no dejaba de maquinar cosas.
Comenzó a aguantarse la risa cuando sintió la mano del alfa hacerle cosquillas, Sunghoon se sentía muy avergonzado por haber dicho cosas dormido y cuando despertó pudo apreciar al omega siendo abrazado como si de su kumamon se tratara, si este muñeco hablara le demandaría por un caso de infidelidad, ya que había jurado su amor eterno a ese muñequito, mismo que lo ha acompañado desde que tiene memoria y olvidado desde que comenzó a derrumbarse.
Ahora las risas incontrolables del omega y su intento de zafarse del ataque de cosquillas, fueron las únicas voces del departamento de tan prestigioso residencial. Ahora no solo era Sunoo quien pataleaba descontroladamente si no que Sunghoon se encontraba esquivando los golpes del omega como si de un experto se tratara. Las cosquillas y las grandes carcajadas del omega hicieron perder la noción de lo que le rodeaba, dando por terminada la sesión de cosquillas haciéndolos quedar en una situación algo incómoda.
Sunoo estaba sentado encima del torso de Sunghoon ambos con una respiración agitada como si estuvieran haciendo algo íntimo.
El celular de Sunghoon sonaba incansablemente en la mesita de noche, pero parece que ni uno de los dos podía escuchar las suplicas y fastidiosos tonos de llamadas por entrar a buzón.
Sunoo parecía estar fuera de sí, su lobo estaba más que contento y no parecía tener la gana de estar en sus cinco sentidos, más la única acción que pudo realizar fue la de lamer su dedo pulgar gordito y limpiar el rastro de baba seca que el alfa portaba en la esquina de su labio.
«Dios... es tan hermoso, muérdelo ya...»
Sunghoon en reflejo y petición de su alfa mordió de manera juguetona el dedo rechoncho del omega sin llegar a lastimarlo, y por reflejo del contrario lo retiró a una velocidad.
«¡Imbécil... imbécil, ese tipo de mordida no era, animal!»
El móvil de Sunghoon parecía sonar y sonar más, al punto de ya ser un estorbo en la situación, sacándolos de su burbuja sunghoon se estiró para poder alcanzarlo y contestarlo, pero al no llegar volvió a mirar a Sunoo.
— Necesito contestar Sunnie —eso fue todo para que el omega entendiera y se sonrojara para después retirarse del torso de Sunghoon.— ¿Hola? —contestó, mirando como el omega huía de su habitación como un tomate, cosa que pareció gracioso a la vista del alfa.
—¡NECESITO QUE ME AYUDES PARK SUNGHOON! EL PEQUEÑO JAKE ME QUIERE MATAR!
—Jay, te dije con anterioridad que Jake estaba cortejando a Riki, no cambias ¿verdad?
—Y YO COMO IBA A SABER DE ESO SI SOLO ME DIJISTE MAS O MENOS ASÍ: "NO TE ACERQUES MUCHO A RIKI" —Jay repitió con exageración su voz, haciendo que el alfa rodara los ojos.
—Voy para allá espérame y para la próxima avísame que vas a venir más temprano que lo previsto, adiós.
—MUEVE- —colgó
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Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun
Fanfiction❛ No tenía que ser así. No tenía que soportar tanto. No debía ser un omega débil. No se merecía vivir. ❜ ──⠀۪ ୨୧ ۫sungsun ──⠀۪ ୨୧ ۫smut ──⠀۪ ୨୧ ۫violencia familiar ──⠀۪ ୨୧ ۫alteración de edades ──⠀۪ ୨୧ ۫omegaverse ──⠀۪ ୨୧ ۫adaptación autoriza...