Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun

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—¡Sunnie! Me alegra tanto que estés en casa, mi cachorrito.

La salida de Sunoo del hospital fue en la mañana, nadie más que Riki y el hermano de Jake lo habían ayudado para llevarlo a lo que sería su nuevo hogar. En los grandes centros, donde los departamentos eran en zonas restringidas, como para celebridades que habitaban allí.

Si Sunoo tuviera un grupo de K-pop favorito, lo vería todos los días.

Riki y Sunoo iban en la parte trasera del vehículo de Sunghoon, iban hablando muy discretamente y poniéndose al día de lo que había pasado en ese triángulo amoroso, más, la mínima discusión que había tenido con Jakey cuando su hermano había plantado un beso muy cerca de sus labios.

Ambos estaban tratando de cortejar al omega Riki.

Ahora Jungwon estaba tan contento como nunca, una porque se había enfrentado a la tipa esa que andaba de perra con Sunghoon queriendo averiguar la nueva dirección de su domicilio y no logrando nada.

La otra era que el secretario de Heeseung había sido cambiado de puesto, así que ahora era otra alfa que ocupaba ese cargo.

¡Y la más preciada era que su cachorrito ya estaba en lo que era su nuevo hogar!

La sorpresa de bienvenida había sido planeada por Jay, todo estaba bien había comida hasta empacharse y bebidas totalmente sanas. Un pastel rico en chocolate con detalles de fresa y durazno hecho por Jungwon.

—Necesitas comer mucho Ddeonu, necesitas estar sano. —habló Jay, poniéndole otra porción de fideos.

Sunoo asintió contento al ver como todos que conformaban su pequeña manada no lo habían rechazado, podía confiar plenamente en ellos, recibir su apoyo y consejos cuando más lo necesite. Aún necesitaba superar aquello y poder librarse de las citas a la psicóloga.

—¡Hey! ¿y ustedes muchachos por qué comen dándose la espalda? ¡Jake! ¡Riki! A ustedes les hablo.

—Jungwon hyung... No ve que no quiero ver al roedor que se está transformando en una rata sexy...

—¡Riki! deja de decirle eso a Jake. ¿Que no estaban saliendo?

—Heeseung hyung, Ni-ki y yo estamos pasando por una crisis de pareja. —habló Jake comiendo tranquilamente.

Las risas no se hicieron esperar, cuando Riki pareció ofendido y haciendo tal berrinche hasta que Jake le metió en la boca una buena porción de tallarines diciendo: "Venga cariño deja de hablar y come esto que está bueno".

La mañana estuvo llena de risa por partes de todos y ahora estaban ya despidiéndose para dejar a la pareja a solas. Disfrutando de su compañía y aclarando cosas que deberían aclarar.

—Sunnie...

—Hyung este lugar es bonito. —habló tímidamente, reconociendo el lugar por completo.— Me agrada que su aroma este en nuestra habitación.

Nuestra habitación...

Toda la habitación estaba bien acomodada, pintadas de colores vivos (blancos para el gusto de Sunghoon) y era de un tamaño considerable, la vista que tenía estaba bien.

El omega conoció cada lugar hasta llegar a la gran cama matrimonial donde se acostó estando un poco cansado por todo. Cerró los ojos y suspiró tratando de calmarse, sabía que su padre no se quedaría de brazos cruzados, algún día tenía que enfrentarlo directamente y decirle todas las verdades.

Fue atraído al pecho del alfa que lo rodeaba y le daba ese calor del que ya estaba acostumbrado a tener por parte de su alfa, lloró allí escondido en su lugar favorito.

—Alfa...

Sunghoon sabía que quería que lo besara, quería sentirse vivo, aunque sea por un momento. Su omega le pedía a gritos que quería mimos para poder tranquilizarse y sanar su corazón.

La unión de sus bocas era el mejor remedio, el suave movimiento y aquellos quejidos que soltaban estaban en armonía. Sus lobos se disfrutaban del uno al otro. La suave tranquilidad y el beso eran complementos que el omega necesitaba. El aire pareció haberse esfumado por un segundo, esto obligó a Sunoo a tomar un poco de oxígeno abriendo un poco su boca en busca de este, más la mordida suave en su labio inferior le hizo soltar un quejido delicioso a los oídos del alfa.

Sus lenguas se encontraron y ahora batallaban para ver quién era la más dominante, los repentinos apegos y desapegos eran más que suficientes para que sus bocas sigan unidas.

Sus respiraciones eran erráticas cuando todo terminó, se acurrucaron el uno con el otro mientras todo volvía a la normalidad, sus respiraciones, ellos y sus vidas.

—Sunoo-ah eres lo más hermoso que me ha pasado —habló Sunghoon, estrechando más al omega en su cuerpo y dándoles palabras lindas que jamás pensó que diría.

Besó la marca haciendo temblar y suspirar al omega. El cortejo estaba dando frutos.

—Te amo.

꒰ ･ ･ ･ ꒱

—Jungwon cariño entiende.

Heeseung estaba desesperado, sabía que su amado se estaba sintiendo así, estaba en estado y era su deber como alfa y cabecilla de su casa velar por sus bienestares.

—Heeseung ya lo decidí, ¡voy a trabajar en el restaurante más famoso de Corea! Deberías felicitarme no regañarme. Siento que no soy de apoyo. —tomando asiento en su mesa de comedor, Jungwon le había dado la sorpresa que trabajaría hasta que el embarazo lo permita y lo había dicho en la bienvenida de Sunoo, en su nuevo hogar. Heeseung no lo tomó nada bien.

—Mi amor... —dijo agarrando su rostro para que lo viera.— ¿Acaso no es suficiente con lo que gano en la empresa de Sunghoon?

—¡Joder Heeseung! Te he dicho que no es eso.

—¿Entonces que es? —trataba de estar calmado, sabía de sus cambios de humor era más fuertes.

Entonces Jungwon comenzó a llorar, el alfa se alarmó y trató de controlar el llanto de su omega.— Seungie... qui-quiero hacer a-algo por los tres, y no depender mucho de ti.

Estaba perdido, sabía que lo estaba chantajeando, seguía siendo aquel omega cascarrabias y llorón a veces. Entonces debería apoyarlo.

—¿Los dueños ya saben de tu condición? —habló llamando la atención del omega que ya comenzaba a soltar feromonas.

—S-sí. Le a-gagrado a la hija del jefe. —hipó

—Te iré a ver y a dejar ¿entendido?

Jungwon lo abrazó sin antes dejar un beso de recompensa.— Te amo alfa.

—Solo no me dejes Jungwon.

—No me dejes Heeseung.