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El omega se sentía más acalorado de lo normal y más cuando la tunea voz de Sunghoon golpeó la zona de su cuello.

Hoon agarró la mano de Sunoo y caminaron lo más rápido a su departamento. De reojo observaba al omega ya sonrojado por el calor y las feromonas que se habían extendido más rápido.

Necesitaba de su alfa.

Se habían cruzado con un par de alfas pasados de copas.

Pero eso no fue obstáculo para que el alfa marcara su territorio. Había gruñido cuando los borrachos habían visto a su omega con otros ojos e insinuado más de la cuenta.

Al llegar al departamento, el alfa había ido por un té para aliviar los dolores del omega tirado en el sillón soltando diferentes quejidos, que habían pasado de dolor a ser excitantes.

Cálmate.

Aún no.

Aguanta.

—Hy-hyung~ —se quejaba ya revolcándose en el sillón por los dolores de su parte baja.

—Tómalo Sunnie, es un té, te ayudará para los malestares. Mas tarde iré por supresores.

El omega se sentó y bebió el contenido de la taza humeante.

Cuando terminó de beber, respiró con un poco de dificultad; el te estaba caliente y al beberlo pareció que en vez de calmar su temperatura la elevó un poco más.

El alfa en un santiamén fue y dejó la taza en la cocina volviendo para ver el estado de su omega.

Estaba sentado y se retiraba los mechones de su frente sudorosa, era una imagen tierna asi que se acercó con un pañito y le limpió la cara sin dejar rastro de sudor, sentado en el piso. El omega se bajó del mueble y se recostó en el regazo del alfa como un bebito que yacía sentado en el piso, se mantuvo un poco mejor con el olor a menta y chocolate.

El alfa se dedicó a dejar mimos al omega para tranquilizarlo, pero este se mantenía inquieto debido a los malestares.

—Sunoo será mejor que te des un baño.

Sunoo le respondió con un quejido y se sentó estando a la altura del alfa que bien podía robarle un beso y quizás más, solo por aliviar su dolor.

—Hyung...

—Tranquilo Sunnie, será un baño rápido y podrás dormir bien. —recomendó.

El omega asintió y el alfa lo llevó amarcado hasta la habitación de arriba, lo dejó en la cama y le pidió que se desvistiera hasta preparar el baño.

Cuando todo estuvo listo, fue a ver al omega, mismo que se encontraba echado con la bata puesta.

—Sunoo —llamó.—, el baño está listo.

—Hyung... —volvió a quejarse.

Sunghoon lo ayudó a ponerse de pie logrando ignorar los leves quejidos que el menor hacía debido al roce de la tela con su piel sensible.

Ingresando al baño dejó a Sunoo sentado para que el mismo se adentrara a la tina, sin ser visto por el alfa.

—Me daré la vuelta.

El omega le sonrió y por el momento se desvistió con lentitud para no tocar su piel sensible y soltar más gemidos vergonzosos.

Cuando estuvo ya dentro del agua un poco fría para bajar la temperatura, Sunghoon volvió a girarse para ver al omega quien lo miraba curioso y con una sonrisa llena de confianza.

El lobo de Sunoo estaba más que contento por ser cuidado y mimado por el alfa. Ya no tenía ningún miedo estando con él, sabía que estaba seguro en sus manos que nadie podrá hacerle daño de nuevo.

Su alfa lo protegería.

—Hyung... bañese conmigo.

El alfa lo miró, y analizó el rostro del omega para ver si encontraba algún rastro de miedo o algo parecido, pero no.

Sunoo estaba más que seguro, él quería bañarse con él y estar en contacto con el alfa.

El omega cerró los ojos y se movió para adelante. Después de unos minutos sintió el cuerpo de Sunghoon en la parte trasera quien por el momento lo abrazaba con cariño y posesión al mismo tiempo, llevó sus manos pequeñas y las colocó encima de las manos del alfa.

Movimientos relajantes para el omega, trataba de hacer espuma y terminar con su propia tortura.

Con el paso de algunos momentos, Sunghoon se deshizo de todo rastro del shampoo en la cabecita del omega.

Nadie había dicho ninguna palabra hasta el momento, las acciones del alfa y las pequeñas respiraciones que daba el omega era más que suficiente para que se comuniquen del uno al otro.

Sunghoon agarró la esponja para limpiar el cuerpo mojado y sudoroso del omega, también vertió aquel líquido para el cuerpo y comenzó a pasar la esponja por los hombros de Sunoo robándole quejidos por el movimiento, el espesor de la tela dejando un tono rojizo a su paso.

—Sunoo, la esponja es muy grotesca para tu piel.

Cuando ya no sintió el ardor de la esponja abrió sus ojos y visualizó las manos del alfa sobre su abdomen, tan placentero como en sus sueños. Se recostó en el pecho y dejó caer su cabeza en el hombro del alfa.

Las manos de Hyung son como el mismo cielo

Tan cálidas y frías a la vez.

Que sin prisa recorre mi cuerpo

Sunghoon hyung lo necesito.

Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora