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Sunghoon se encontraba en su oficina tratando de terminar o por lo menos adelantar una gran parte de su trabajo. El pequeño Soobin jugaba en la parte alfombrada del lugar, rodeado de peluches y también de cualquier cosa que desee y deseó el pequeño cachorro.

—Mmm brr~

El pequeño bebé hacia ruidos mientras jugaba con los peluches, Sunghoon debía estar al pendiente de su hijo, pero también del trabajo. Últimamente el trabajo ha crecido de una manera satisfactoria por lo cual él, Heeseung y cualquier empleado que trabaje allí también recibía el aumento de trabajo y era sumamente difícil pasar a ver a Sunoo al Hospital por lo mismo que iba a la hora del almuerzo a pasar con su omega.

—Buenas ¿Como estas Sunghoon? Full trabajo, bien yo también así que te encargo a las gemelas. Adiós.

Heeseung había entrado con las gemelas para dejarlas junto a Soobin por el trabajo, así que ahora la bulla era más notable cuando ese trío comenzó a jugar. Balbuceos y hasta gritos resonaban en la oficina, pero a Sunghoon pareció no importarle, se había acostumbrado a eso; en algunas ocasiones eran en total 5 terremotos andantes en la oficina del alfa, su hijo, las gemelas Lee, el hijo de la secretaria que rara vez venía y la cachorra casi mayor a las gemelas hija de la señora de limpieza. En total eran 5 terremotos que soportar casi a diario.

Y ahora solo eran tres, que alivio.

—Cachorros, dejen trabajar... —se quejaba el alfa al ver como una de las gemelas, en especial Eunbi tiraban del pequeño peluche de kumamon de Soobin, comenzando una batalla para ver quién se lo quedaba, el pobre peluche terminó partido a la mitad, y el llanto de Soobin retumbó en la oficina y en los oídos del alfa que ya resignado dejó caer su rostro en los papeles que estaban por ser firmados.

—¡Aigo! Esto está peor que guardería. —Exclamó Jay, quién ingresaba a la oficina junto a una beta, según Sunghoon esa era la relación más larga que ha tenido. Felices 2 meses.— ¡Ya no lloren por mí! ¡Ya llegue!

—Oye... yo iba a decir eso. —habló la beta reprochándole juguetonamente— ¡Yo también! —habló la chica de nombre Yeji después, compartiendo ese momento de risa por parte de ellos. Un momento que no tenía gracia para el alfa.— Buenas Sunghoon-ssi —saludó la chica haciendo una reverencia.

El alfa asintió y se levantó de su cómoda silla, llegando hacia su hijo alzándolo y meciéndolo para calmar su llanto, soltando sus feromonas para tranquilizarlo.

—Oh pequeño cachorro...—susurró al ver los ojitos llorosos y rojos de su hijo, su lobo se percató del pequeño detalle al parecerse mucho a Sunoo en ese estado.

La pareja tomó al par de mellizas comenzando a juguetear con ellas, el alfa en un descuido salió de la oficina con su hijo en brazos siendo elogiado por el personal de la recepción, llegó hasta la cafetería donde también el pequeño "Bombón" como le decían las personas encargadas del alimento en aquel lugar; quien destacaban al pequeño Soobin como un bombón muy codiciado.

—Muy buenas tardes señor Park y "bombón" —habló refiriéndose al bebé— acaso ya es hora de tu almuerzo.

—Muy buenas señora Lee, será que ya está listo lo que mandé a pedir.

—¡Oh! Si, los biberones están completamente limpios y hervidos como lo solicitó.

Sunghoon asintió esperando a la cocinera mientras traía los biberones, dos biberones que pertenecían a su pequeño hijo. Cuando los biberones fueron puestos en una de las mesas del lugar, el alfa agradeció para comenzar a preparar la comida de su cachorro, una leche preparada de aquellas que venden en el supermercado, mientras tenía al bebé en el brazo con la pierna en la que reposaba en movimiento para que no empezara un berrinche, y con el brazo desocupado comenzaba a preparar la leche. Incluso llegaba a pensar que si no hubiera puesto antes el trabajo y tratar de pensar que era o que le había pasado a su omega cuando lo conoció ellos ahora estarían felices.

Incluso pensó que ahora su hijo podía estar alimentándose de leche materna y no de una fórmula infantil.

Salió de sus pensamientos cuando el bebé comenzó a llorar a mares, el biberón estaba preparado solo le faltaba agitarlo para que se mezcle y nada más.

Dándole de comer hizo que el cachorro parara su escándalo, concentrándose en comer de manera desesperada que pareció querer atragantarse.

—Tranquilo... vamos come despacio, pequeño desesperado.

La cafetería del establecimiento comenzó a llenarse dejando ver sus caras de ternura al ver al alfa que alimentaba a su cachorro. Incluso Sunghoon se avergonzó por las miradas, no era que dar de comer al bebé le daba vergüenza solo era que en su piel pálida se le notaban los colores de manera fuerte y el exceso de atención.

Cuando terminó de comer Soobin, se encaminaron hasta dejar todo lo ocupado en manos de la señora Lee y de nuevo emprendieron su camino hasta la oficina, dándole palmaditas en la espalda del bebé de manera frágil dejando que los gases escaparan de su cuerpo.

—Oh Bin —casi se lamentó de manera divertida.— ¿Acaso para ti es gracioso querer que almuerce tu popo? ¡¿Ah?! —el cachorro rio al ver la expresión de su padre.

Al llegar a su despacho se encontró con una escena divertida, Jay y Yeji corrían desesperados por arreglar todo el desastre que habían ocasionado, Yeji trataba de calmar a una de las gemelas que lloraba, mientras que Jay recogía toda la leche en polvo que estaba esparcida por la mesa y el suelo.

Yeji le reñía por ser descuidado y problemático.

—Jungwon vendrá y tendrán que aceptar su destino. —la pareja se tensó y sonrió con nerviosismo, la pequeña dejó de llorar comenzando a pedir que la cargue.

—¿Que yo qué?

La pareja se paró y Jay miró de manera preocupada a su pareja.— ¡Corre cariño! —Desaparecieron en un santiamén del despacho, Jay cargó a la chica y con la beta en brazos corrió por el pasillo botando un florero y un cuarto de adorno, por poco casi caen al querer entrar al elevador así.

—Son unos desastrosos. —Exclamó el omega quien tomaba a la melliza chillona. Sunghoon no dijo nada, solo fue hasta el sillón especial donde podría cambiar el pañal a Soobin en calma.— ¿Como ha estado Sunoo? —preguntó mientras arreglaba.

—Bien, es solo cuestión de tiempo para que despierte, su cuerpo parece estar reaccionado bien a la medicación. —Limpiando el rabito de su cachorro con toallas húmedas habló.— Aunque... nada es seguro. Puede que despierte al estar aferrado a su cachorro ya que asi su omega tendrá una razón para estar aquí. —Comentó.— La otra es que sea mi lobo quien no pueda vivir sin su omega por lo aferrado que esta, no lo quiere dejar ir. No puede.

—¿Qué piensas tú?

—Me he planteado dejarlo ir, es duro, pero aun está en "veremos". No quiero llegar a eso.

—Y...

—Pienso... —le cortó— Pienso que Sunoo solo está sufriendo, si quisiera estar aquí ya estaría despierto; las heridas han sanado completamente.

—Piensa en las heridas que debe tener por dentro. Y sabes que no le refiero al físico sino al corazón. No cualquier omega puede soportar tanto.

—Ese es otro punto para dejarlo descansar, no quiero que sufra más.

El omega mayor dejó limpio la oficina, tomando a Jihye y a Eunbi para alimentarlas. Ahora Sunghoon tenía a un Soobin limpio y dormido, lo tomó en sus brazos dejándolo en la pequeña cuna que había en el lugar. Una especialmente para el cachorro y sus sueños en la oficina.

—¿Crees que él también lo extrañe?

—¿Que?

—Después de todo es su madre, puede que conmigo no esté cómodo.

—Sunghoon...

—No da lo mismo que el instinto que tienen los omegas, ni su aura maternal.

Jungwon resopló ya fastidiado por aquellos comentarios negativos que el alfa se auto-decía. Sin tomar en cuenta sus sentimientos.

—Creo que sería mejor que Sunoo descanse en paz.

Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora