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Sentirse tan ligerito, más de lo normal. Estar entre un paso hacia la luz y a la vez estar atrapado en la plena oscuridad de la realidad, era difícil, lo es porque tratar de despertar lo era, su lobo dormía tranquilamente y alguien agarraba su mano evitándole que diera el paso.

—Riki... despierta por favor.

Se había rendido. Aún tenían bastantes cosas que hacer junto a todos; debía estar para cuando Jungwon de a luz, ser el padrino de algunos de los dos cachorros que prontamente se integrarán en la manada, si... tenía que hacer mucho relajo y sacar canas verdes al alfa Sunghoon como si fuera su segundo hijo.

—¡Riki! Despertaste. ¡Enfermera!

—Deja... de ser bullicioso Jakey —habló con dificultad, analizando el cuarto y el alfa que parecía haber llorado hace un rato.— Me duele la cabeza.

Jake sonrió un poco y bajó la vista hacia la mano que sostenía, Riki también lo hizo -su lobo seguía adormilado- e instantáneamente la retiró. A pesar de todo aun recordaba lo sucedido.

El alfa caminó hacia la puerta.

—Llamaré a Sunoo Hyung y Jungwon Hyung, ellos estaban más ansioso por que despertaras.

El omega suspiró y tocó ligeramente encima de su pecho, un picor le molestaba y sabía que aquella operación dejaría marca. La enfermera beta entró y le sonrió, cambiaron el suero y también limpiaron un poco la zona donde los puntos estaban hechos, evitando más picor.

—Riki... —Sunoo y Jungwon entraban alegremente despidiendo a la enfermera para adentrarse al cuarto. Ni-ki sonrió al ver la ligerita pancita de Sunoo sobresaltar en esa ropa y después vio la de Jungwon que ya estaba a punto de explotar.

El omega rió.— ¿Hyung cuanto falta para que nazca la pequeña fresita?

Jungwon miró su vientre abultado, la acarició por encima y sonrió.— Estoy entrando ya al octavo mes así que pronto la tendremos aquí con nosotros. —sonrió.— Aunque mi doctor de cabecera dijo que por el tamaño de mi barriga pronto fresita estará a punto de salir.

Sunoo también sonrió, porque su alfa ahora parecía complacerlo en todo y evitaba que hiciera algún esfuerzo. Prácticamente lo tenía engordando allí en el sofá de la sala mientras consumía helado de chocolate con galletas y todo lo que contenga dulce.

Aunque las náuseas habían sido un poco más fuertes y los mareos matutinos se habían establecido en un horario fijo, empezaba a convivir con ello y su falta de humor imperativo todo el día.

—Sunghoon está feliz, ha empezado ya hacer planes para la habitación de nuestro cachorro.

—¿Y como va? ¿Ya te has acostumbrado a todo esto?

—Creo que ahora estoy bien, mi alfa ha tratado de estar conmigo en este proceso... —sonrió y acarició la frente del omega que estaba en cama, Riki sonrió también viendo como Sunoo y Jungwon se habían convertido en sus hermanos, creo que más que eso.

La charla estaba bien, reían y contaban cosas que solo quedarían entre los omegas, como un secreto, haciendo por poco pacto de sangre. Sunoo había dicho que Sunghoon cuando dormía profundamente babeaba para luego despertar con la baba seca y pegada al rostro, en cambio Jungwon había estado disfrutando de su estado para que Heeseung le complazca comprando dulces y cosas que a él le encantaba, y cuando este se rehusaba solía fingir sus drásticos cambios de humor, incluso para el deseo sexual él solía pedirlo sin pudor en el departamento.

Aunque Riki no tenía nada que contar, recordaba lo que pasaba en sus días de noviazgo con Jake y había contado que el menor tenía un fetiche. Pero no dejó en claro a los dos omegas que era.

—Disculpen el tiempo de visita a culminado.

La voz de una nueva enfermera opacó la charla de los omegas, Jungwon y Sunoo salieron dejando un beso en su frente. La enfermera no dio mucha cara y tampoco la distinguió al llevar una mascarilla, pero si interrumpió la salida del omega Sunoo.

—¿Disculpe cuanto tiene de embarazo? —preguntó tocando el vientre como si le examinara.

Sunoo se sintió raro por dejar que una beta toque su vientre, su lobo estaba en desacuerdo, aun así respondió porque en realidad parecía examinarlo.

—Ya voy al 3 mes y medio, aunque no se note mucho —dijo cuando la doctora se levantó y pareció pensar.

—Debe tener cuidado, mucho cuidado. —habló caminando hacia otra habitación, eso dejó descolocado a Sunoo, y a Jungwon que oía la conversación.— Ya sabe suele haber muchos accidentes, alfas con hormonas fuertes, secuestro e incluso caídas de un puente. Así que no se confíe —habló para terminar entrando en aquella habitación.

El par de omegas miraron raro por donde la enfermera beta se marchó.

Jungwon emitió un quejido y al poco tiempo sus pantalones ya estaban empapados.

Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora