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Sunghoon había convencido de alguna manera a su padre y supuesta madre, debía faltar al instituto, pero sabiendo de quien estaba a cargo, podía faltar el año entero y pasaría como unos de los mejores estudiantes. Desgracia de padre.

La secretaria de su "madre" había confirmado la inasistencia a la empresa en lo que se recupera, ja, no sonaban nada preocupados.

No quería amargarse más, estaba entrando en la etapa más feliz y melosa de su vida, esta vez sí haría las cosas bien, lo protegería.

Sunoo aún cuidaba del alfa, cosa que después de esa declaración se había teñido sus mejillas una cantidad de veces.

Su alfa, suena lindo ¿verdad?, el omega trataba de no verlo, no quería cambiar mucho y terminar avergonzado demás; escondido en el cuello del alfa, donde sus fragancias dominaban el ambiente.

Su alfa...

—Sunnie. —ese apodo lo traía loco, sonaba lindo y eso hacia teñir las mejillas del omega de manera preciosa y linda.— Amo que te sonrojes.

—H-hyung me avergüenza. —protestó.

Sunghoon mantenía una sonrisa sincera, no aquellas programadas para las juntas de la empresa donde casualmente los asociados eran unos rabos verdes.

—Hyung será mejor que coma, no ha probado bocado desde la mañana y pronto será medio día —aclaró.

No habían comido nada después curar la herida y dar semejante giro a sus vidas. El alfa solo se había atrevido a abrazar al omega en ese sofá, compartiendo calorcito y mínimas muestras de afecto. Se sentía hermoso tener personas que significan mucho en la vida.

—Hyung... —habló, llamando la atención del alfa mientras enterraba la nariz en sus cabellos aspirando el olor a shampoo de donas que utiliza.

—Cinco minutos Sunnie. —ronroneo.

Sunoo estaba contento, a pesar de haber pasado por una gran caída en su vida, el alfa le había ayudado a afrontarlo, tendiéndole sus manos para que se levantara. Aunque no todo había concluido, debía decirle a Sunghoon sobre los recientes mensajes que solían llegar al departamento, aquellos que se deslizaba bajo la puerta cuando su hyung no estaba. Debía hacer comentario de eso, esos mensajes eran escalofriantes, y de su padre.

—Hyung...

—Sunnie —suspiró—, déjame acurrucarme junto a ti solo un momento. —puchereó.

—Pero Hyung tengo que alistarme —sonrió y volvió a esconderse en el cuello de su alfa.—, Jungwon hyung me ha invitado a salir.

—¿A salir? —interrogó— Tal vez tengas que llevarte una de mis tarjetas, no creo que Heeseung le haya devuelto.

—Hyung, a Jungwon le encanta salir de compras ¿verdad?

—Sí.

—¿Usted cree que siga enojado por lo del centro comercial? aquella vez que ustedes llegaron al patio de comidas...

Sunghoon rió internamente pues él había perdonado al omega por un simple helado, pareció que más enojado estaba Sunoo que él por arruinarlo.

—Heeseung es de esos alfas posesivos, él cuida mucho a Jungwon —articuló, él tampoco se quedaba atrás, aunque no es de esas personas que van derramando amor y vomitando arcoiris, sabía que si algo es suyo -como Sunoo su omega-, no dejaría que nadie se le acerque ni que le haga daño.

—Hyung usted no se queda muy lejos. —rió, tratando de despegarse del alfa en modo de broma, pero a cambio quedo más apretado en sus brazos— ¿lo ve Hyung? en este preciso momento no me deja ir a alistarme.

—Es mentira... solo te estoy reteniendo para que te quedes a mi lado.

—Alfa mentiroso.

—Omega hermoso.

La puerta se abrió, el alfa rodó los ojos sabiendo que tenía que cambiar la clave del departamento y decírselo a Sunoo, este en cambio se sobresaltó un poco y se escondió más para evitar ver la cara del mayor.

—¡No te muevas Sunghoon! —Jungwon sacó su celular y tomó varias fotos— Buen material. —rió— Sunnie ya sé que estas ahí, vamos la tarde nos espera.

—Hyung...—habló haciendo que su aliento chocara contra la piel del cuello blanquecino del alfa.— me tengo que cambiar.

—Ve Sunoo. —lo soltó y este caminó más que avergonzado ganándose un guiño por parte del omega mayor. Dirigiéndose a su pieza para cambiarse.

—No creo que Heeseung te haya devuelto la tarjeta, Won. —escupió en tono de broma y se levantó.

—Lo hizo. —afirmó— De hecho, él es el castigado.

—¿Por qué? —sabía que los ataques de celos -especialmente de ese omega- no iban en vano.

—Es totalmente irónico. —gruñó.

—No me digas que es por su secretario, sabes que él es un beta de pene suelto, no le hagas caso. —rió.

—Lo sé, pero Seungie es...es...

—Jungwon, estoy listo.

Sunoo bajaba por las escaleras vestido totalmente hermoso a lo que Sunghoon se levantó con cuidado del sofá por el golpe, se acercó a él y le planteó un beso en la frente haciendo que el omega se sonroje.

—Won, lo quiero tal y como te lo estoy entregando, sin cambios ni nada ¿entendido?

—Como sea. —rodó los ojos.

—Adiós hyung nos vemos luego. —se despidió.

—Hasta luego cachorro...

¿Esto no parece una despedida verdad?

Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora