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—Sunoo-ah, bienvenido de nuevo, Sunghoon llamó diciendo que pasara por ti cuando la sesión termine y que irán a comer al lugar donde trabaja tu Hyung —expresó contenta la doctora.

El omega simplemente asintió, no quería estar allí con aquella beta que quería sacarle la verdad de lo que pasó aquel día en el elevador con su padre. No quería que aquella verdad se escape de sus labios, estaba bien en casa de Sunghoon junto a todos. Solo tenía que fingir que eso jamás sucedió.

Una jodida máscara no es siempre lo mejor.

Tan solo recordar lo que su padre había hecho con él, le daba sensaciones incontrolables, empezando a balbucear barbaridades y algunas cosas concurrentes.

—¿Sunoo-ah? ¿Estás bien cariño? —preguntó preocupada la doctora.

—Papá viene a por mí —habló en un susurro muy metido en sus pensamientos— Papá viene por mí —repitió.

—¿Que? no cariño ahora estás a salvo.

—¡Mi padre me lo dijo! él... ¡vendrá a por mí! —gritó.

La desesperación se hizo evidente, Sunoo se tapaba los oídos y negaba constantemente. Las imágenes eran escenas rápidas que pasaba por su mente y le hacía recordar cómo había sido maltratado y abusado.

Como su padre le había encerrado en el elevador, arrancado sus prendas sin piedad, ser tocado por todas partes hasta tal punto de sentir asco por sí mismo, como lo había dañado física y mentalmente, como su padre había mordido reclamándole como suyo y como su lobo lo había rechazado hasta tal punto de no querer salir del escondite y no creer ser capaz de cuidar de su descendencia por ser un omega inútil.

Era el viéndose a sí mismo.

Las lágrimas no tardaron en asomarse, el lazo reflejaba la angustia que sentía el alfa en mínimas raciones, cuando Sunoo había comenzado a derramar lágrimas saladas por sus bellos ojos. Y como apareció Sunghoon de un momento a otro en aquella habitación donde su omega lloraba desconsoladamente y se tapaba los oídos para evitar que aquellas palabras llegaran a causarle más daño del que ya tenía.

Lo abrazó pasando por alto a la doctora que parecía anotar todo el comportamiento de Sunoo; con su rostro reflejando angustia y el corazón rompiéndose con cada caricia que daba su alfa para poder reparar lo roto.

—Ya cariño, ya estoy aquí. —calmó.— No te preocupes estará todo bien. —lo tomó en brazos para que así Sunoo se pudiese calmar con el olor de Sunghoon.— ¿Mejor? —el omega asintió aun cuando de sus mejillas se deslizaban gotas en pequeñas cantidades.

—P-papá...

El omega aun luchaba con aquel tema, debía contárselo a su alfa, ya no podía seguir soportando y hacer como si nada hubiera pasado.

El alfa se sentó en la silla frente al escritorio de la beta, que estaba pendiente de las diferentes reacciones de ambos.

—Alfa... m-mi papá v-vendrá por mí... —repitió.

Sunghoon miró a la Doctora, quien simplemente asintió y terminó por decir algo que dejó realmente preocupado al alfa.

—Esto es serio Señor Sunghoon, tal vez Sunoo ya había recibido alguna advertencia antes de todo esto.

La Doctora hizo un ademán para que se retiraran, Sunghoon salió con Sunoo en brazos haciendo que la recepcionista le ayudase con el servicio de estacionamiento y que su auto ya esté en la entrada.

Cuando llegaron ya a la Villa de departamentos y a su piso, Sunoo ya se había calmado por completo, sus ojos estaban irritados y rojos. Pisando el piso del departamento les llegó el acogedor calor hogareño.

—Sunnie...

Nada más que eso pudo formular, el omega salió corriendo, tapando su boca en dirección al baño para desechar lo poco que había comido en el desayuno.

Sunghoon acarició su espalda mientras que Sunoo seguía inclinado en el retrete vomitando.

—Tranquilo Sunnie, todo estará bien cariño.

Las náuseas pasaron después de algunos momentos y Sunoo se limpió, para llegar a la cama siendo ayudado por Sunghoon quien solo le dedicaba miradas llenas de comprensión.

—¿Te sientes mal? —Preguntó Sunghoon, mientras tomaba una muda de ropa más cómoda y ayudaba a Sunoo a ponerse. El omega no dijo nada, solo se recostó en la cama matrimonial siendo mimado por su alfa.— ¿Desde cuándo empezaste a vomitar Sunnie?

—Hyung... no es lo que piensa.

—Lo sé, solo me preocupo.

—Lo siento.

—Pronto pasará y todo estará bien.

La mañana pasó rápido, Sunghoon se deshizo de su móvil, así que Heeseung estará ocupado como el segundo jefe de la compañía.

A Sunoo los mareos constantes le habían azotado desde unos días atrás, nada en particular, pero era verdad que él no estaba devolviendo la comida.

El fuerte sonido que provenía de la cocina despertó a Sunghoon de manera brutal, Sunoo no estaba a su lado y podía decirse que ya era hora de la cena, pero aquel sonido no solo despertó nerviosismo por lo que bajó hasta la cocina encontrándose los vidrios rotos proveniente del vaso y algo de aquel liquido carmesí en tono rojo proveniente del omega que estaba en el piso.

—¡Sunoo!

Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora