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—Hyung, prométeme no decir nada... Jungwon hyung dijo que lo mantuviera en secreto. —suplicó.

—Lo hare sí...—lo pensó un rato—... me das un beso. —rió al ver la cara de su cachorro todo sonrojado— que dices..

Sunoo pareció sonrojarse más, ya habían pasado este tipo de cosas, pero la realidad era que iba a besar, no ha ser besado.

Se apegó un poco más al alfa que lo miraba fijamente.

—Lo haré si usted cierra los ojos. —haciendo reír a Sunghoon y cerró sus ojos esperando que llegué su preciado beso.

Sunoo parecía estar más que nervioso, a medida que se iba acercando podía sentir la respiración de su alfa. Llegando a rozar sus labios con los del omega. Sunghoon agarró de manera suave los cachetes del contrario y profundizó el beso.

A medida que sus bocas se mantenían unidas, en su entorno pareció llegar el calor. Sunghoon llegó a tocar con su lengua los labios contrarios, pidiendo así permiso.

Sunoo sintió caer de espaldas en el sofá, su corazón estaba más que acelerado y en su estómago parecía que en vez de tener mariposas, tenía un zoológico con animales locos.

Sentir la suave lengua de su Hyung pedir permiso, no hizo más que abrir su boca intentando agarrar aire cosa que aprovechó Sunghoon.

Una gran batalla de lengua se hizo presente en la boca de Sunoo. La lengua de su hyung parecía recorrer toda su cavidad bucal tomándose un par de jadeos por parte de ambos.

—Hyung...—avanzó a pronunciar, el calor se hizo insoportable y la tensión del beso se intensificó.

—Cachorro —pronunció dejando un beso adicional, corto pero rico—, te amo.

Dejando y dando por finalizado el beso, Sunghoon pareció tener una imagen preciosa ante sus ojos. Sunoo totalmente sonrojado y respirando con irregularidad, la camisa mal colocada que por alguna razón terminó así, y el sudor pareció hacer acto de presencia también.

—Te amo. —volvió a decir.

Esta vez fue Sunoo quién tomó la iniciativa se aferró al cuello del alfa y volvió a retomar el beso, llevando su peso hasta quedar encima del alfa.

Sí. Se había quedado con las ganas, justo cuando tenía la intención de que sus sucias manos tocaran el abdomen del alfa que quedaba a la vista este se había ya retirado de su boca dejando a medias todo.

Parecía un poco torpe, pero se podía decir que eso le estaba gustando al alfa, aferrando y llevando sus manos a las traviesas caderas del menor para que se mantuvieran quietas. Dejaba suaves caricias en esa zona, mientras sentía que su cabello era acariciado y el beso intensificado.

Cuando todo terminó, la vergüenza del omega apareció rompiendo el ambiente.

Sunoo no hizo más que darse cuenta de lo atrevido que había sido. Y se hundió en el cuello del alfa, haciendo reír al mayor.

—Eso fue increíble. —llevó una de sus manos a la espalda y comenzó a dejar suaves caricias.

No quería que lo viera de una manera espantosa como lo que pasó, y tampoco quería que lo hiciera por obligación y todo lo alegre que había sido su cachorro se esfumara por completo, pero si se daba esta clase de encuentros trataría de dar lo mejor. Para ir conociendo que sí y que no le gustaba Sunoo en estas situaciones.

Quedaron así un rato, el omega bien escondido en el cuello del alfa y éste dando leves caricias en la espalda del menor.

Llegar hasta el punto de sentir una respiración tranquila dando a conocer que se había dormido.

Vio en el final del sofá la manta la cual se había cubierto hace horas atrás, la agarró con los dedos de sus pies y con ayuda de una de sus manos, se arroparon.

No quería que nada más pase, había olvidado por completo todo de la empresa y del instituto. Dando como ultimo un ceño fruncido por parte del alfa.

El menor no había asistido más al instituto y como sus conocimientos daban la idea que el menor estuviera cursando su último año. Y él... estaba allí de adorno. Debía hacer algo para que el menor vuelva y termine, no se había atrasado mucho y bien podía ayudar, podía ser útil.

Parece que de mucho pensar, terminó por caer él dormido también.

꒰ ・ ・ ・ ꒱

El departamento estaba a oscuras, lo único que iluminaba en la sala de estar eran las luces de los carros y demás edificios.

El primero en despertar fue Sunoo, el hambre lo estaba comiendo vivo cuando trató de dar la vuelta y levantarse, los brazos del alfa no le permitieron, lo tenían tan sujetos a su cuerpo, que tal vez el alfa pensaba que se escapará.

Las cosas iban de maravilla, había conocido gente muy buena, primero estaba su Hyung, después la pareja del pequeño estudiante... Riki y el omega en estado Jungwon, y su alfa Heeseung. Iba todo de maravilla.

Pero sabía que aún lo estaban cazando, su padre era capaz de todo, incluso temía que le haga algo a su Hyung. Debía de hablar sobre aquellas notas, que le dejaban y todas aquellas terminaban con un "te amo hijo". Daba escalofríos.

El leve sonido del móvil de Sunghoon le quitó de sus pensamientos.

Como pudo se liberó del abrazo de oso que le mantenía calientito.

"Mamá"

—¿Será que lo despierto? puede ser urgente.

Buzón...

—Sabes que odio que me mandes a buzón Sunghoon, pero lo que más rabia me da es que no me hayas confirmado de tu pareja. ¿Suran está aquí? Porqué no le diste la dirección de tu departamento. ¿Sabes? Será mejor que te muevas con todo sobre tus planes de alianza de la empresa y tu boda. Te llamo más tarde.

—¿Boda? ¿hyung jugó conmigo?...

Sabía que lo bueno no dura para siempre.

No quiero que juegues con mis sentimientos. En verdad te amo.

«La felicidad es lo primero que te quitan, y no es por haberla cuidado, es porque nada es perfecto.»

Ayúdame park sunghoon. ‹𝟹 Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora