Justin Bieber

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Me dí vuelta con la nerviosidad a flor de piel.


-¿A Justin Bieber?- preguntó Diego a punto de estallar en carcajadas- ¿es enserio?-.


Observé a Jorge que estaba conteniendo la risa también.


Debía vengarme.


-No Diego, de hecho, le mencioné tu gran... graaaaan atractivo- dije sin descaro notando como la expresión de Jorge se transformaba en una mezcla de enojo y celos.


Mi profesor sonrió satisfecho.


-Gracias, Martina, tu también eres muy atractiva- miró a Jorge como intentando no parecer fuera de lugar- tienes suerte, amigo.


Jorge arqueó una ceja y me miró expectante.


-Oh si, la tiene- me acerqué a él y pasé mi brazo por su cintura.


El besó mi frente y me estrechó contra él, en un abrazo más posesivo que protector.


Franchesca llegó con una maleta enorme y la observé atenta.


-Bien, aquí tienes todo lo necesario- dijo dejando la maleta a mis pies.


-¿Ni siquiera puedo hacer mi maleta yo sola?- pregunté haciéndome la ofendida.


Ella me guiñó un ojo y supe que algún plan se traía entre manos.


-¿Tienen algún plan?- cuestionó Diego y al instante se sonrojó- me refiero a que... digo... ¿quieren que vayamos a cenar todos juntos?-.


Me reí y Jorge deslizó con total naturalidad su mano hacia mi trasero.


Arqueé una ceja y me aparté de él.


-Lo siento, Diego, ahora estoy... estamos- me corregí- muy cansados. ¿Qué les parece mañana?-.


-Genial, más te vale llegues temprano a tus clases Martina- me advirtió mi amiga- Jorge, no hagas que se retrase-.


-No, claro que no- dijo mi "novio", pícaro.


-Bien, supongo que eso es todo- suspiré retórica.


Fran se acercó a mi, y me abrazó casi estrangulándome.


-Te voy a extrañar demasiado- hundió su rostro en la curva de mi cuello.


-Estaré aquí todos los días- susurré casi advirtiéndola- no te librarás de mi tan fácil.


Ella rió.


Nos despedimos de Diego y Franchesca, y nos fuimos hacia el apartamento de Jorge.


El viaje transcurrió totalmente en silencio.




-¿En realidad estas cansada?- preguntó Jorge perspicaz.


Me reí en respuesta.


-Créeme que no- susurré acercándome a él.


El dejó la maleta en el pasillo principal y me estrechó en sus brazos para luego plantar un profundo beso en mi boca.


Sus labios me parecían dulces, pero se iban tornando exigentes a medida que pasaban los minutos.


Sus manos descendieron lentamente desde mi espalda hasta mi zona lumbar y me apretaron contra su cuerpo.


Pude sentir su gran amigo contra mi vientre. Gemí cuando sus manos se deslizaron con rapidez debajo de mi camiseta.


-Cuánto extrañaba esto- jadeé cuando mordió mi cuello.


-Vamos a la cama- murmuró con la excitación proyectada en sus ojos.


Me tomó sobre su hombro y comencé a reírme mientras subía la escalera rápidamente.


Abrió la puerta de su habitación y con agilidad me soltó sobre la cama.


-Qué sutil- dije sarcástica y reímos.


Me empujó para que quedara acostada y al instante se acostó sobre mi.


Pasé mis brazos detrás de su cuello y lo atraje aun más hacia mis labios.


El pulso me rugía detrás de los oídos, y sentía la piel arder con cada roce.


Gemí ahogadamente cuando Jorge quitó mi camiseta y comenzó a dejar un camino de ardientes besos desde mi cuello hasta el vientre.

¿Quien Te Crees? (Jortini) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora