-Vamos Martina- me llamó Facu- te la pierdes, Blanco. Te la pierdes-.
Jorge rió y Facu me condujo hacia la pista de baile nuevamente.
Su mano se acomodó en mi espalda, y la mía en su hombro.
-¿Cómo te la estas pasando?- pregunté luego de unos minutos para romper el hielo.
-De maravilla, ¿y tú?- dijo algo distraído. Parecía estar buscando a alguien.
-Genial. ¿Esperas a alguien?-.
No quise entrometerme, pero no quería hacerlo quedar mal en caso de que esperara a alguna chica.
-No, para nada- me contestó aun desvíando la vista de mí.
Seguimos bailando pero yo estaba algo extrañada.
Facu sólo miraba escépticamente a nuestro alrededor, y en ocaciones confundía los pasos provocando fuertes pisotones de parte de ambos.
De repente, sonrió prestándome más atención de la que me había prestado desde que habíamos empezado a bailar.
-¿Vamos a beber algo?- preguntó tomándome de la mano- necesito algo para energizarme- dijo animado y fingí una sonrisa.
"Como si te hubieras esforzado mucho"- pensé.
-Vamos-.
Caminamos hacia una mesa dónde se encontraba el delicado delivery.
Una increíble variedad de bebidas alcoholicas estaban esparcidas en diferentes copas de cristal a lo largo de toda la mesa.
-¿Hay whisky?- preguntó Facu tanteando los olores.
-Sí, pero está en la recepción, déjame que voy a buscarlo-.
-Te acompaño- se ofreció con una sonrisa.
Cruzamos el camino de arboles con lucecitas hasta la entrada trasera de la recepción.
Al entrar, nos dirigimos inmediatamente hacia el salón principal dónde encontré a una de las meseras llena de bandejas.
-Señorita, ¿sabe dónde puedo encontrar las bebidas alcoholicas?- le pregunté.
-A lo largo del pasillo, la última sala. Allí están los refrigerios, incluyendo las bebidas- sonrió.
Facu me miró y luego a la mesera.
-Oh, déjame que te ayude- le dijo a la joven cargada de bandejas que sonrió agradecida. Tomó dos bandejas con aperitivos y luego me miró- vuelvo en un segundo- me entregó una sonrisa fugaz y siguió por el mismo camino por el que habíamos venido.
Seguí las instrucciones de la mesera y me dirigí hacia el final del pasillo, dónde -con mucho esfuerzo- logré abrir la puerta. Saqué un par de botellas de whisky y salí de allí.
Cuando estaba por volver a salir rumbo al parque, se me ocurrió traer hielos y caminé de nuevo y con cuidado hacia el salón principal.
La imagen que ví, me dejó impactada, y con él corazón totalmente hecho trizas.
Una lágrima se deslizó por mi rostro con lentitud mientras yo no podía quitar los ojos de la escena.
-Martina, ya regresé...- dijo Facu parando en seco a mis espaldas.
Al percatarse de nuestra presencia, Jorge y Caroline interrumpieron su fogoso beso.
Suspiré afligida intentando contener el llanto que presentía estaba a punto de atacarme.
-Martina, se que se ve mal, pero no es lo que parece- dijo Jorge acercándose a mi con expresión desconcertada.
A sus espaldas, Caroline parecía sonreír.
Ahogué un sollozo y entrecerré los ojos.
-¿Se ve mal?- pregunté atónita- yo no lo veo mal, sólo estabas besándola- dije con sarcasmo.
-Te juro cielo, ¡yo no la he besado!- se le quebró la voz cuando me tomaba de los hombros.
Tragué saliva pesadamente y una lágrima escurridiza se deslizó por mi mejilla.
-¿Cuántas veces planeas que me crea esa mentira?- dije en un susurro.
¿Cómo en un par de segundos todo se puede ir a la mierda? ¿Cómo es que sólo basta con un hecho para que se arruine lo que creías duraría para siempre? No sentí la rabia que sentía la primera vez que me había alejado de Jorge, si no... vacío.
¿Entonces el no cambió? - se preguntaba patéticamente mi mente como para recordarme con sutileza el error que yo había cometido. No, claro que él no había cambiado.
Ésto no era como en las películas; él protagonista jamás cambiaría y aprendería de sus errores.
Lo último que recuerdo de aquella noche es haber estado hasta la mañana siguiente en brazos de Francesca llorando desconsoladamente, luego de haberme marchado de la fiesta. Sin despedidas ni reproches.
Siempre fría como el hielo. Como solía ser antes de que Jorge entrara en mi vida.
¿Cómo poder volver a amar después de ésto? Esperen un momento... ¿amar? El amor es pura basura comercial que te enloquece y hace que quedes en estado vegetal.
El amor no existe; sólo es cariño que puede esfumarse y perderse tan rápido como una aguja en un pajar.
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