MARSHALL
Al subir a la habitación, dejé las fresas en la mesita y de manera nerviosa comencé a quitarme los zapatos, segundos después entró Alec, escuché como cerró la puerta con el seguro y después sentí sus manos correr por mi cintura.
Me giré y busqué sus labios para saciar las ganas de besarlo que tenía.
—¿No querías ver una película? —preguntó.
—Creo que, si me dan a elegir entre ver una película y cumplir tu fantasía sexual, ya sabes cual elegiré—
Después de eso, todo fue tan rápido, la forma en cómo actuábamos como desesperados y sin dejar de besarnos nos quitábamos la ropa. Hasta que quedamos sólo con bóxer.
—Cierra tus ojos— hice lo que me pidió y segundos después sentí que amarraba algo en mis ojos.
Me recostó lentamente en la cama y me quitó lo último que me quedaba. Abrió un poco mis piernas y dura te segundos solo escuché que se movía por la habitación, hasta que sentí como en mi boca y en algunas partes de mi cuerpo era colocada una fresa con chocolate.
Minutos después, sentí sus dedos rozar desde mis labios, mi clavícula, mi pezón izquierdo, mi cadera, mis piernas, hasta llegar a mi entrada estrecha, la cual fue invadida por uno de sus dedos.
—No te muevas mucho, porque tiraras las fresas— respiré profundo y traté de acostumbrarme a la intromisión en mí.
Cuando tenía dos dedos dentro de mí y mis gemidos eran callados por la fresa de mi boca, sentí como papá recorría con su lengua las partes cercanas en donde estaban las fresas, hasta llegar a ellas y comerlas, además de dar pequeños mordiscos en donde se encontraban. Fresa por fresa fue consumiendo y por cada beso o mordisco que daba, mi cuerpo palpitaba.
—¿Estas listo? —lo escuché susurrar cerca de mi oído, asentí ya que la fresa de mi boca era la única que permanecía.
Sentí su miembro entrar por mi lubricada y dilatada entrada, y por más que quería gemir no podía. Lentamente fue adentrándose y cuando llegó al final, sentí como besaba mis labios y me quitaba la fresa de mi boca al mismo tiempo que comenzaba con su vaivén, lo que hizo que un gemido escapara de mi boca y después otro y seguido de otros que fueron callados por los labios de papá.
—Eres hermoso— susurró mientras me tomaba en sus manos y girábamos de tal forma que yo quedaba arriba.
Me quité lo que cubría mis ojos, que en realidad era la corbata, la mordí mientras con una mano me sostenía de su pecho, bajando lentamente y volviendo a subir, comenzando así con un sube baja que comenzó lento pero que al paso de los minutos fue aumentando provocando que cuando mi orgasmo llegará, manchara el abdomen de papá y cuando él llegó, sentí como sus manos se acercaron con más fuerza a mis caderas tardando de profundizar más la penetración, como si eso fuera posible.
Me dejé caer en el pecho de papá y cuando salió lentamente sentí como algo escurría entre mis piernas.
—¡Estúpido, no utilizaste condón! —mi cara estaba más que roja, porque era la primera vez que lo hacíamos sin condón.
—Es que ya no tenía— sus manos me abrazaron fuertemente y me dio un beso en la cabeza.
—Pero apenas compraste una caja— le susurré.
—Solo traía veinte, no me fijé, creí que era de cien— mi cara se puso caliente. Rayos, ¿Tantas veces lo habíamos hecho en estas casi dos semanas?
Gracias a sus caricias en mi espalda, me dormí rápidamente con una sonrisa estúpida en mi rostro.
...
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SINNERS +18
RomanceMarshall era un chico extraordinario, Marshall con solo dieciséis años comenzó una relación con su padre que lo hizo convertirse en un pecador sin perdón, Marshall cuando quiso redimirse, la deuda llego, los pecadores tenían que pagar y el perdón se...