10| FIESTA PARTE I

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MARSHALL

Papá me mandó un mensaje en el cual tenía que estar a medio día en el restaurante que frecuentamos, "Almuerzo familiar" fue el motivo por el cual nos citó, aunque yo creo que ya vio la noticia y quiere explicaciones.

Seamos sinceros ¿Quién no las quiere? Yo muero por saber que hay entre el hombre elegante y Jared.

Le pedí a Drake que me dejara en la oficina de papá, cuando teníamos todo listo y estábamos cerca.

Al llegar al último piso me encontré con que Greta, estaba en su puesto de recepcionista, y se estaba delineando uno de sus ojos.

Me acerqué lentamente y estaba tan concentrada en crear una línea perfecta, que no pude contenerme y grite su nombre, lo cual causo que se asustara y creara un una línea muy fea y larga.

No lo soporte y estalle en carcajadas.

—Marshall— lanzó un chillido el cual me causo mucha gracia. —No te rías Marsh, tú no eres el único con derecho a tener un almuerzo familiar, mi esposa pasara por mí, eres un malnacido— de su gran bolso saco una crema y comenzó a retirarse su maquillaje.

Sí escuchabas o veías el comportamiento de Greta, era fácil deducir que ella en secundaria o la preparatoria había sido la capitana de porristas o la más popular, sí, era muy cliché encapsularla, pero cuando le pregunté, había tenido razón. Toda ella gritaba popular cliché.

—Ya, me calmo— trate de controlar mi respiración —¿Se encuentra papá? — ella me miro con los ojos achinados y una maquiavélica sonrisa.

—Si, ahí viene— volteé a ver en la dirección que señaló y efectivamente, venía caminando y su secretaria—pelirroja teñida— trataba de seguirle el paso anotando lo que papá le indicaba en su tablet.

La verdad es que papá se veía muy sexy... Demasiado.

—... Y posponla para el siguiente mes, yo iré personalmente— la chica asentía mientras tecleaba rápidamente.

—Hola, ¿listo para el desayuno? — pregunté mientras me acercaba a abrazarlo y darle un beso en la mejilla, aunque me tuve que colocar de puntitas para llegar y papá se tuvo que inclinar un poco.

—Si cariño, vamos— me devolvió el beso en la frente —Greta, puedes retirarte media hora antes de las doce, me llamo la secretaria de Luz, dijo que pasara por ti para un almuerzo importante— Greta sonrió como el gato de Alicia en el país de las maravillas.

—Gracias señor Abney, tengan un agradable día— Sonreí y antes de retirarnos por el ascensor le grité que no faltara a la fiesta de Jared, aunque papá me dijo que Luz y ella estaban en la lista de invitados.

Por cierto, Luz era su esposa, una mujer venezolana con porte serio e importante abogada, en realidad es socia con sus hermanos en el bufete de abogados más importante de la ciudad, y es quien ayuda a papá en la revisión de los contratos y esas cosas de la empresa.

—Te extrañé— sus labios impactaron los míos una vez que las puertas del elevador se cerraron, la ventaja de que papá sea el jefe es que tiene su propio elevador privado y nadie podía interrumpir en el descenso de los más de cuarenta pisos.

—Uhm, nos acabamos de ver en la mañana— susurré, o al menos traté, ya que sus labios impactaban vorazmente con los míos.

Con sus manos, que para nada eran tranquilas, me levantó de los muslos ocasionando que enrollara mis piernas en su cintura.

Segundos después sentí como mi espalda tocaba el metal del ascensor.

Abrí mis ojos unos segundos y observé de reojo que ya íbamos en el piso tres, por lo que nos obligamos a separarnos.

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