MARSHALL
El despertador sonó por segunda vez en lo que iba de la mañana. Eran las ocho y treinta, podía darme este lujo hoy, ya que tenía mi día libre.
Aunque tuviera que soportar a la hija de Lance.
Me dirigí rápidamente a la ducha y me cambié lo más... decente que pude, era algo informal, así que no estaba tan decente.
Tomé mi cartera y las llaves del auto, aunque dudaba que lograra escapar de los guardaespaldas de Lance.
Mike y Drake eran fáciles de manipular, ¿El problema?
Lance se los había llevado a ellos y me dejó con Kendall y Greg.
A los gemelos les dejo a Simon, este hombre tenía más guardaespaldas que el mismo presidente.
Bajé las escaleras y me encaminé a la cocina por una botella de agua, tenía sed y no sabía por qué.
—Solo sácalo a la luz, síguelos si es posible, pero antes de que termine febrero lo necesito...—
Esa era la voz de Charles, que en cuanto entre a la cocina, rápidamente calló.
—Buenos días Charles— asintió y sin más palabras, salió de la cocina con el celular en la mano.
Le reste importancia y me encamine al estacionamiento. Bajé del ascensor y antes de, siquiera, buscar con la mirada el auto que me gustaba, Kendall ya estaba a mi lado.
—La camioneta está por aquí señor— rodé los ojos y me encaminé a la camioneta. —¿A dónde señor? —pregunto Greg, que estaba al volante, mientras que Kendall se sentaba a mi lado.
—No me llamen señor— rodé los ojos y les entregué la dirección.
—Pues yo lo seguiré llamando señor, yo ya lo veo a usted con el jefe casados en unos años, usted también será mi jefe, tiene ese aire de pertenecer al linaje de los Gates— solté un bufido y negué mientras íbamos en el camino, no, no podía pelear con ellos, no era la primera vez que lo hacía y no era la primera vez que veía mi pérdida, casi media hora después ya nos encontrábamos frente a la casa.
Me encaminé al pórtico, era una casa... normal, creí que iba a ser una mansión, pero, era algo muy normal. Toqué la puerta dos veces, hasta que salió una señora de cabellera rubia.
—¿Sí? —
—Vengo por Julieth— dije mientras le ofrecía una sonrisa.
—Oh, creí que vendría su padre...—
—No, él está en un viaje, por eso vengo yo— asintió.
—Quisiera hablar un momento con usted... la verdad es que... me da mucha pena tener que decírselo, pero...— Lo pensó unos minutos, hasta que finalmente habló. —Ayer surgieron unos problemas, las chicas comenzaron a pelear, no sé con exactitud qué pasó, pero al parecer fue por algo que Julieth dijo y... de verdad lo siento, le hicieron una broma y le cortaron el ca...— antes de que terminara de hablar, una chica rubia salió de la casa con un bolso el cual me arrojó, si no fuera por mis buenos reflejos, no lo hubiera atrapado, seguido de eso, se subió rápidamente a la camioneta.
Y sí, le habían cortado el cabello.
Muy...
Extravagante.
—¿Eso fue una broma para usted? —mi ceño se frunció, no conocía a la hija de Lance, pero eso no era de Dios, el cabello era sagrado y a la pobre chica... para que les digo. —¿Qué edad tiene su hija y sus amigas? ¿Cinco? —la señora iba a contestar, pero no le deje. —Tienen catorce años, deben comportarse como tal, si Julieth quiere, habrá demanda, no y una mierda, ni siquiera se lo voy a preguntar, le recomiendo que este atenta mañana porque le llegara la notificación, porque eso— señalé a la camioneta— no es una broma, se llama bullying— me giré, pero antes de dar un paso hablé nuevamente —Y esos ojos, no son los de una chica divirtiéndose—
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SINNERS +18
RomanceMarshall era un chico extraordinario, Marshall con solo dieciséis años comenzó una relación con su padre que lo hizo convertirse en un pecador sin perdón, Marshall cuando quiso redimirse, la deuda llego, los pecadores tenían que pagar y el perdón se...