Las cosas se fueron calmando a medida que el día fue transcurriendo. Alice no tardó en ser rudamente castigada.
—¡Estás loca mujer! —le gritó Jonathan mientras daba un portazo a la puerta. Su rostro estaba hirviendo completamente rojo—. ¡Pudimos haber muerto por tu imprudencia!
—Lo lamento John— exclamó ella. El rey estuvo a punto golpearla en la cara, pero guardo cordura y un poco más calmado le pidió algo inusual.
—Acuéstate en la cama y levántate el vestido.
—¿Qué?
—Lo que has hecho merece ser castigado, así que acuéstate.
—John —repitió ella.
— ¡AHORA! No querrás que te haga cosas peores.
Ella obedeció sin volver a cuestionarlo e hizo lo que su esposo le ordenó. Se acostó en la cama y levantó sus vestiduras. Él la volteó dejándola con sus glúteos al aire y con la fina tela cubriendo su flor. Jonathan no era un mal hombre, aunque todos podrían haber hecho algo más con su mujer para castigarla, él solo se sentó a su lado y levantando su mano le dio unas buenas nalgadas como lo hacía un padre con sus hijos. Claro que la palma quedó marcada en su piel, tampoco podía ser tan suave, lo que había hecho su mujer casi le costaba la vida a toda su gente.
—No vuelvas a hacer eso —dijo dándole la última nalgada entre los sollozos de la joven reina—. Tendrás que ir y agradecerle a tu hermana que al parecer sabe cómo controlar a esa bestia, sino fuera por ella nada hubiera salido bien. No le reproches nada, lo que hizo, no todos podían haber hecho.
—Ella lo besó.
—Sí, y agradece que solo fue eso, ¿qué cosa más crees que podría hacer para que ahora podamos volver a nuestro hogar?
—Tengo que hablar con ella —dijo secándose sus lágrimas.
—Alice, ella lo hizo por ti así que no la juzgues, seguramente querrá explicarte lo que pasó.
—¿Y si ella ya ha estado con él?
—Será la próxima reina entonces ¿Sabes que los animales como ellos tienen solo una pareja en la vida? Solo cuando muere uno, recién buscan a otra.
—Pobre Astria, ella con mayor razón debe ir con nosotros.
—¿Después de lo que has hecho y lo que ella ha hecho?, ¿crees que el rey la dejara tan fácil? Trataré de arreglar esto, pero ya no te puedo asegurar que tu hermana salga de aquí con nosotros.
—No puedo dejarla. Él la destrozará, quizás ya lo ha hecho.
—Lo dudo, el animal esperará a que ella suba de peso para tomarla.
—¿Qué? Entonces por eso que ella está más rellena —dijo poniéndose de pie. Su piel trasera aún le ardía, así que se hizo la valiente mientras caminó a la entrada.
—Ve a buscarla, seguramente el rey me llamará y arreglaré esto —dijo mirándola con seriedad—. Alice, no te metas en problemas, te lo advierto.
—Sí mi rey.
Alice dejó la habitación que le habían dado para ellos. Encontró que no había guardias en sus puertas, solo en la escalera que daba para el primero piso era custodiada.
—Deseo ver a mi hermana —dijo parándose delante de ellos.
—El rey ordenó que no pueden dejar el Castillo, pero no dijo nada sobre caminar por él —dijo uno de sus guardias.
—Acompáñeme, yo la llevaré con la princesa Astria.
Astria se encontraba en su habitación, después de lo que había hecho estaba enloquecida. A pesar de eso, no le daba mayor importancia al significado de la moneda, en su mente solo pensaba en el beso que le había dado al rey delante de todos.
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Desde los ojos de una Estrella.
Hombres LoboSiendo la hija no reconocida de un gran rey, Astria ha sido denigrada toda su vida encerrada en uno de los castillos del reino, donde la soledad había convivido constantemente con ella. Una chica alegre e inocente, con una particularidad única que n...