El olor a menta limón se extendió por todo el lugar, Burak se había acabado una caja de ocho puros mientras esperaba la llegada de Cedric y la nueva tropa que habían enviado. Con toda la incertidumbre no podía quedarse de brazos cruzados en el castillo, así que con otro grupo traspasó los límites con Luther y se instaló en un campamento en las montañas boscosas.
En el medio de la noche el humo de su boca mostraba su humor, sentado en una gran piedra, visualizaba el castillo de Luther a sus pies.
—Señor —dijo Bruno llegando por detrás del. Burak no volteó, siguió echándose el puro a la boca.
—Hermano, tenemos noticias. El rey de Lomas ha estado aquí.
Burak al solo escuchar eso se detuvo y volteó lentamente con los ojos ardiendo. En cuanto lo hizo, Gina, que se había unido ese día al grupo de Bruno, agarró a un prisionero que habían traído y lo lanzó frente a los pies de su rey. Venía amordazado de manos y un saco de tela blanca le cubría la cabeza.
Burak volteó completamente su cuerpo sin dejar de estar sentado en la piedra y volvió a aspirar el puro con tranquilidad sin apuro alguno.
—Lo hemos traído, seguramente sabe lo que está ocurriendo.
El rey no tenía idea quien era, pero sabía perfectamente que su hermano no traería a cualquier persona. Bruno agarró el saco blanco de su cabeza lleno de tierra y lo levantó, dejando a la vista la cara del mismísimo rey de Luther, Jonathan.
Burak sonrió mientras miraba a su presa, no había esperado menos. Jonathan temblaba como un animal congelado con una manta en su boca. Bruno, con una sola señal de Burak, terminó de sacarle la manta que lo tenía mudo.
—Bu... Burak. —Fue lo primero que dijo Jonathan—. Yo no tengo nada que ver en esto—. El rostro del rey estaba un poco machacado junto con su ojo derecho hinchado. Los Átkozott habían sido gentiles, porque un solo golpe bien dado podría haberle roto el cráneo en dos, era una fortuna que se controlarán.
—Dime lo que sabes— dijo Burak con total relajación en su rostro.
—Fue Hans, él se ha llevado a la princesa Astria a Lomas.
—¿Cuándo fue eso?
—Hace casi un mes o un poco más.
—Lamento escuchar eso —dijo Burak y levantó una ceja. Bruno sacó rápidamente una daga.
—¡ESPERA! —gritó Jonathan—. También sé dónde están tus hombres— agregó tembloroso mientras se arrastraba más cerca del rey—. Los han llevado también a Lomas, el rey Hans pagó innumerables fortunas para que cazaran a todo Átkozott que pase por mis tierras, sus hombres se quedan junto a las murallas del este cada dos días y se van rotando.
No hacía falta preguntar que habían hecho con sus soldados, seguramente los venderían. Al ser hombres con sangre animal, su fuerza servía muchísimo para la construcción, y luchas ilegales. Eso, a Burak le enfermaba, era toda una lucha lograr obtener uno de sus hombres. Se preguntó ¿Cómo y qué técnicas ocuparon para atraparlos? Era más común que traficaran niños que no tenían la fuerza de un adulto, eran más domables en cierta manera y una pieza muy costosa.
—Haré un pacto contigo Jonathan —dijo el rey lanzando el puro al suelo y bajándose de la piedra. Al llegar frente al rey, Jonathan, se hincó y lo observó de cerca con una mirada con pupilas contraídas.
—¿Un-un pacto? —tartamudeo.
—Sí, pero primero corroboraré la veracidad de tus palabras —dijo mirando a sus hombres. Luego de decir una frase en otro idioma, sus soldados se esfumaron con rapidez, quedando solo Gina para custodiar al pobre rey de Luther.
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Desde los ojos de una Estrella.
Hombres LoboSiendo la hija no reconocida de un gran rey, Astria ha sido denigrada toda su vida encerrada en uno de los castillos del reino, donde la soledad había convivido constantemente con ella. Una chica alegre e inocente, con una particularidad única que n...