Los días pasaron entre reuniones. Astria no volvió a ver a Burak desde la bienvenida y tampoco podía darse el lujo de pasear libremente por los jardines, ya que un montón de papeles se le había juntado en el escritorio. De vez en cuando podía sentir el olor del puro del rey que entraba por su ventana, pero cada vez que se asomaban no lo encontraba.
Al no verlo, comenzó a pensar que se sentía extraña. ¿Desde cuándo que vivía pensando en él? Preguntándose constantemente si él estaría viéndola en algún lugar. No podía dejarse llevar por sus sentimientos, aún quedaba tanto que hacer, tanto que planear. Esperanzada, ansiaba que los tratados de paz con todas las tierras resultarán bien.
Los sirvientes y los soldados fueron aumentados en todos lados. Astria, por primera vez, tuvo a sirvientes que le traían cosas y se quedaban con ella en Lomas. Se sintió extraña, pero, aun así, volvía a sentirse sola.
Cuando llegó el día de la penúltima reunión, le fue avisada que sería una reunión pacífica y relajada, así que podría estar presente junto a la ex reina.
Se vistió con un vestido amarillo cuando un sirviente llegó con una caja. Catherine, que había llegado hace poco a esperarla para ir juntas, la miró con picardía.
—Princesa Astria, el rey Hans desea que se ponga esto— dijo el sirviente entrando y dejando la caja en la cama. Astria se sentó en el borde de ella y tomó en sus manos la caja.
—¿Qué es? —preguntó Catherine en voz baja mientras miraba con curiosidad.
Astria solo le regaló una sonrisa. Encima de la caja venían dos rosas con un color vivido y resplandeciente. Abrió lentamente la caja, descubriendo así lo que contenía su interior. Venía un hermoso vestido celeste con una ceda de color plata. Seguramente Hans quería demostrar su dominio y autoridad incluso hacia su hermana. Astria rápidamente se imaginó que Hans se presentaría con el mismo color de vestimenta. Era lamentable ya que la intención de provocar a uno de los invitados, era esta. Sin duda el almuerzo no sería acogedor.
Astria se giró dándole la espalda a Catherine. La mujer rápidamente sacó el vestido y lo puso en la cama para poder analizarlo de mejor manera. Por otro lado, Astria intentó ignorar el regalo, alzó la mirada a su velador y entre unos libros había un pequeño papelito doblado.
"¿Estás bien? Lamento, no poder verte, no te olvides de alimentarte bien"
Astria lo leyó y lo escondió rápidamente en su ropa ¿En qué momento Burak había entrado a su habitación a dejar la nota o habrá sido Gina? Disimuladamente, mirando hacia atrás, se aseguró de que Catherine no la haya visto y lo volvió a leer. Se dio cuenta de que jamás había visto la letra de Burak, era hermosa y un tanto curva, sin duda era una sutil nota que él había enviado.
—¿Qué pasa? —preguntó Catherine.
Consiente que Catherine la estaba observando, trató de disimular su sonrisa y su emoción, pero fue demasiado tarde.
—Debes cambiarte, creo que tú también entiendes que significa esto —dijo Catherine haciendo evidente que el almuerzo no sería para nada agradable.
—Sí, no quiero tener problemas —dijo poniéndose de pie y desatando los amarres de su vestido amarillo—. ¿Cuándo será el día? —preguntó Astria refiriéndose a los planes que tenían con el pequeño.
—Después de los tratados de paz. Mi pequeño se hace más grande y pronto la gente sospechará.
—¿Tu familia...?
—Tienen todo listo, esperan nuestro aviso. La poción se venderá la otra semana, está vez iré yo. —Astria respiró aliviada de escuchar lo último. Después de su experiencia, odiaría volver a tener que arriesgarse para obtener nuevamente la posición.
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Desde los ojos de una Estrella.
Loup-garouSiendo la hija no reconocida de un gran rey, Astria ha sido denigrada toda su vida encerrada en uno de los castillos del reino, donde la soledad había convivido constantemente con ella. Una chica alegre e inocente, con una particularidad única que n...