Astria despertó sobresaltada, su habitación estaba comenzando recién a recibir los primeros rayos del sol. Aturdida lentamente se sentó en su cama hallándose sola.
Le dolía el cuerpo, y sus piernas se sentían débiles. Observó detenidamente todo su entorno y encontró al intruso que la había dejado así.
Burak estaba en el borde de la ventana mientras fumaba un puro, el olor a menta limón había llenado el lugar. No era pesado ni fuerte, sino un olor suave y bastante agradable. Ella lo observó unos segundos recordando lo que había ocurrido la noche anterior, se miró y se encontró completamente desnuda bajo las sábanas de su cama.
Burak sintió su presencia con rapidez.
—Buenos días —susurró bajando de la ventana, apagó el puro y se acercó a ella. Se había puesto los pantalones y la túnica cubrió parte de su espalda dejando a la vista sus pectorales y abdomen.
Astria rápidamente se cubrió el cuerpo al verle. Él se rio de ella encontrando que aquello era muy tierno.
—Traerán comida, así que espero que puedas desayunar conmigo —dijo apoyando sus manos en los bordes de la cama y se acercó a ella con sus hermosos orbes dorados fijos en sus ojos.
Astria se aterró con solo escucharlo, eso significaba que sus damas ya sabían todo lo que había ocurrido. No sabía quién le había tocado el turno de anoche, pero sin duda una de ellas estuvo escuchando todo detrás de la puerta. Burak pareció adivinar lo que ella había pensado y sentándose cerca le tocó la mejilla con sus dedos haciéndole cariño con ellos.
—Ayer no hubo guardias, ni una persona cerca de tu habitación. —Él ya había hecho todo para que no se divulgara lo que habían hecho. No quería entregarle al reino esperanzas de una reina, no aún.
—Gracias, por favor voltéate —dijo avergonzada, pero Burak la miró con más determinación.
—¿Después de anoche es necesario?
—¿Señor? He traído la comida —dijo Amy tocando la puerta.
Astria se tragó la vergüenza cubriéndose aún con más mantas. El rey se aproximó a la puerta y la abrió sin dudar. La dama de compañía de Astria, entró con su rostro mirando el suelo y fue directamente a dejar la comida en la mesa.
—¿Necesitan algo más? —preguntó ella levantando la mirada hacia el rey, ignoró por completo a Astria. Burak la miró de forma amenazadora y le contestó.
—Solo lo que te pedí ayer.
—Sí su majestad, será un verdadero honor —dijo bajando su cabeza y marchó fuera.
Burak levantó la bandeja y la llevó dónde Astria. Sentándose en el borde de la cama le ofreció un tazón de avena con frutas de estación, también tenía huevos revueltos, panecillos tostados, junto con una taza de leche caliente de oveja y un vaso de jugo natural. Ella, mientras él ponía las cosas en la cama, se vistió rápidamente con una túnica que cubría todo su cuerpo.
—No sueles comer tanto, pero de verdad ansío que comas bien y recuperes tus energías —dijo no en forma de petición, más bien sonó como una orden.
—¿Perdonaras a los Luther? —preguntó Astria, pero Burak agarrando una cucharada de avena se la metió a la boca quedando con las mejillas infladas.
—Sí te contesto que no, ¿sentirás que lo que hicimos anoche no valió nada?
Astria balbuceo un poco, hasta que lentamente trago la comida que había llenado sus mejillas.
—De verdad lo siento —dijo Astria. Burak al escucharla se abalanzó y la agarró de la mandíbula besándola con fuerza. Su lengua volvió a hacerse camino en su interior hasta que la soltó y la miró con sus ojos brillantes.
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Desde los ojos de una Estrella.
Lupi mannariSiendo la hija no reconocida de un gran rey, Astria ha sido denigrada toda su vida encerrada en uno de los castillos del reino, donde la soledad había convivido constantemente con ella. Una chica alegre e inocente, con una particularidad única que n...