Ella olvidó lo peligroso que todo podía resultar y sin medirse se volteó a mirarle. Burak la miraba con total afecto y ella notó que su mirada no era la misma, desde los primeros días que lo había conocido. Mientras lo hacía, agarró con sus dos manos el rostro de él hasta juntarlos con sus labios. Sus labios se tocaron, se rozaron cálidamente, él metió suavemente su lengua al mismo tiempo que con sus brazos rodeaba su cintura. Después de deslizarse por el interior de su boca, la retiro despacio terminando de chuparle el labio inferior de ella.
Burak dejó de besarla, pero Astria lo volvió a buscar, un deseo ardiente la había gobernado y sin medir consecuencias comenzó a despertar a la bestia.
Burak no dudó en responderle, besándola apasionadamente. Astria abrazó su cuerpo sin separarse de él, el fuego en su estómago se avivó y deseo más, entonces Burak soltó palabras que la hicieron estremecerse.
—Mejorarás más rápido si lo hacemos —dijo mientras le manosea la espalda y los glúteos.
—Mi cuerpo...
—Lo sé perfectamente.
—Quiero hacerlo —dijo firmemente mientras intentó empujar a Burak hacia la cama, pero el hombre no dio ni un paso atrás, aunque ella empujara con todas sus fuerzas, no lo haría moverse.
Burak había recordado las palabras de Sam, podía hacerlo con ella, pero debía ser muy cuidadoso.
—Si hubiera heredado más sangre animal de mi padre, estarías en problemas —dijo mientras le levantaba el vestido y se lo iba sacando sobre su cabeza.
Astria no se sentía bien con su cuerpo, así que en cuanto vio que los ojos de Burak se posaban en ella, trató de cubrirse.
—Ya te lo he dicho, eres hermosa —dijo volviendo a besarla.
Burak la dejó en la cama mientras se sacó las prendas superiores sin sacarle los ojos de encima.
En cuanto Astria le vio la cicatriz del cuerpo, un fuerte dolor de cabeza clavo su cien. Una imagen se plasmó en su mirada, la muerte del rey, rebanándolo con una espada y su llanto desgarradores, cubrió sus oídos.
—Espera —dijo tapándose los oídos—. Hay algo que no te he dicho.
—Soy todo oídos —dijo él subiéndose en la cama y besándole el rostro la empujó hasta que ella quedó acostada.
—Hay algo malo Burak, yo no recuerdo bien, pero sé que algo pasará si te quedas conmigo.
—¿Eres una vidente? Estoy seguro de que no —dijo mirándola desde arriba mientras tomaba las manos de ella y las dejaba a su costado.
—Morirás yo... yo te haré daño.
—Astria, ¿de verdad te preocupa que puedas dañarme por estar contigo?, ¿con qué lo harías, con tus manos?
¿Por qué las palabras de Burak se escuchaban como si fuera real? Cuando ella lo pensó lo creyó cierto, era capaz, pero ahora que él lo decía parecía que realmente era imposible que él muriera por sus propias manos y su cuerpo débil.
—Algo pasa conmigo Burak —dijo sintiendo como aquel sentimiento cambiaba a uno negativo y un nudo en su garganta comenzó a aprisionarla.
—Tranquila, mírame —dijo haciéndole cariño en su mejilla—. No puedes hacerme nada, pero si estás preocupada hablaré con Sam y veremos si realmente hay algo malo en ti. Ahora, ayudemos a qué tu nuevo poder salga a la luz.
—¿Qué? —preguntó ella sin entender, pero Burak se acercó más a ella y comenzó a besarle el cuello y tocarle los senos.
—¿No querías esto en un principio?
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Desde los ojos de una Estrella.
Hombres LoboSiendo la hija no reconocida de un gran rey, Astria ha sido denigrada toda su vida encerrada en uno de los castillos del reino, donde la soledad había convivido constantemente con ella. Una chica alegre e inocente, con una particularidad única que n...