Astria salió de la habitación pensando en la historia terrible que había vivido Átkozott, pensaba que ellos siempre habían sido pacíficos y convividos en paz. Jamás pensó que por el miedo a un niño todo se volvería patas para arriba.
¿Cómo sabían que Burak había salido así de tranquilo por su genética?, ¿podría haber sido solo el hecho de haber perdido a su madre delante de sus ojos que lo volvió así?
— Astria —dijo la voz de una mujer. Ella volteó y junto a ella se dio cuenta de que la reina Madre la observaba de atrás.
—Reina Cerdina —dijo ella bajando su cabeza.
—Es un gusto verte, ¿vas a algún lugar?
—Iba a mi habitación, ¿necesitas que le ayude en algo?
—Podrías caminar conmigo. Ya que no hemos tenido tiempo de hablar y de conocernos —dijo la reina acercándose más a ella con un caminar sumamente elegante. Llevaba puesto un vestido de seda rojo intenso con hermosas decoraciones de oro— ¿Qué ha dicho Sam?, ¿puedes salir al jardín?
—Lamento que mi salud no sea buena, quizás para usted sea más un estorbo que una buena compañía.
—Para nada mujer, te veo mejor desde que llegaste. —La reina, sin esperar respuesta, agarró el brazo de ella y lo puso sobre el suyo. Astria no tuvo más opción que caminar a su lado—. Burak no dejó que nadie te molestará la primera vez que llegaste, así qué, no tuve la oportunidad de verte, pero ahora estás aquí y no irás a ningún lado, pienso que sería bueno relacionarnos.
—Me gusta la idea, siempre me ha gustado conocer a más personas del grupo cercano al rey.
—Dejemos las formalidades, puede ser rey de todo el reino, pero para mí aún es mi hijo, así que llámalo por su nombre, conozco la cercanía que tienen ustedes dos.
—Entiendo.
—¿Te han comentado lo movido que se pondrá el castillo está semana y la próxima?
—Sí, algo sé —dijo bajando su voz. La llegada de posibles futuras reinas estaba en marcha.
—Burak puede ver a cualquier mujer, pero estoy segura de que la única reina que saldrá de toda esa pérdida de tiempo serás tú.
Mientras caminaron por los pasillos hacia el jardín, Astria evitó la mirada de todos, aunque más de algún guardia la observó sonriéndole. Era también extraño ver a ambas juntas, incluso Cedric que entrenaba a los soldados más jóvenes volteó a mirarles.
La reina madre le hablo sobre los preparativos, le contó que Burak se había enfadado y negado a aceptar lo que se haría, pero los hombres del templo se opusieron. Al fin y a cuántas, era importante estar en amistad con los ancianos, ya que mucha gente creía en ellos y en las cosas que predecían por sus estudios de la madre Luna. Burak, ya había hecho tratos con ellos y la amistad debía perdurar por la estabilidad del propio reino. Solo un error grave haría que las cosas cambiaran.
—Vendrán a verte un día de estos.
—¿Tengo que estar a solas con ellos?
—Claro que no, seguramente estará Cedric o Bruno para cuidarte.
Astria se sintió incómoda, saber que tendría que estar con personas que apenas conocía y que la estudiarían sin poder negarse. Comprendió que si quería ser reina era algo que no podía evitar. Por otro lado, pensó que sería bueno que su declaración y proposición debiera ser algo especial y que cualquiera que sea su respuesta nada cambiaría hasta que pasará dos meses.
Cerdina le contó cómo sería todo, pero evito claramente el hecho de que Burak iba a tener que controlarse con ella, pero si le dijo que Burak estaría un poco desaparecido.
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Desde los ojos de una Estrella.
Kurt AdamSiendo la hija no reconocida de un gran rey, Astria ha sido denigrada toda su vida encerrada en uno de los castillos del reino, donde la soledad había convivido constantemente con ella. Una chica alegre e inocente, con una particularidad única que n...