—¡Ah...! —Astria de un salto se sentó en la cama agarrándose el pecho.
—Hey, ¿estás bien? —La voz de Burak la trajo completamente a la realidad.
—Yo... —Agitada y transpirada, pensó en aquel sueño. Estaba tan vivido en su mente que lo repasó una y otra vez.
—¿Qué paso?, ¿mi madre te anda molestando otra vez? —dijo Burak acercándose a ella y le frotó los brazos para luego abrazarla.
—No, ella no... yo...
—¿Te sientes mal? —preguntó él mientras llevó sus manos a su barriga redonda y grande.
—Burak, escúchame algo —dijo ella agarrándole el rostro—. No estoy bien, no estaremos bien, la guerra... todos...
—Espera, tranquilízate un poco, vamos respira, ¿quieres agua?
—Burak —dijo ella apoyando su frente en el pecho de él. Su esposo se había sentado frente a ella. La habitación aún estaba a oscuras y el clima había comenzado a mejorar, dejando el frío a un lado.
—¿Mi reina? —dijo Amy tocando la puerta, había escuchado los gritos y sin dudarlo se acercó a la puerta tratando de escuchar. Había notado la voz ronca de Burak lo que hizo, que se tranquilizara para golpear y hablar de forma calmada.
—Todo está bien —contestó Burak mientras que Astria se fue tranquilizando.
Luego de unos minutos, ella se incorporó sentándose derecha y le miró. No podía creer que en el sueño no lo había recordado, solo se asustó cuando la pequeña hablo de él y recién todos sus sentimientos hacia este hombre que la miraba atento, salieron a la luz.
—Debes mandar cartas a las tribus y que todos mandes sus mejores soldados.
—¿Qué?
—Viene una guerra, lo vi con mis propios ojos, Átkozott va a caer, el reino completo será aniquilado.
—Astria, eso...
—¡ESCUCHAME! —gritó frunciendo el ceño.
Burak se sorprendió por su cambio repentino, pero no le dijo nada, volvió a guardar silencio con la tremenda calma que le proyectaba a su esposa. Claramente, Astria no estaba feliz que él, no la tomara con seriedad.
—Tú siempre dices que confié en ti, ahora vas a confiar en mí y me harás caso —dijo decidida—. Si no lo haces lo lamentarás.
—Uh... mi reina enojada se ve más atractiva.
—Burak.
—Bien, bien —dijo echándose para atrás y apoyando su cuerpo en sus manos—. Te escucho y hazlo con detalles —dijo acostándose hacia los pies de la cama, mirando el cielo.
Astria se sentó cerca de él y le relató todo. Anteriormente, Astria le había confesado a Burak lo que Hans podía haber hecho con ella, pero a Burak no le importó el hecho. Él estaba seguro de que el ser que estaba gestándose era del mismo, ya que su energía estaba allí, además, era fuerte como un Átkozott. Hans solo quería atormentarla, pero si por alguna razón eso de verdad había ocurrido, Burak disfrutaría mucho más cuando llegue la hora de su muerte.
Después de relatarle el sueño, Burak comenzó a tomarlo con más seriedad. Recordó las narraciones de Lucia, los sueños de ella también carecían de sentimiento y recuerdos. Pensando en eso, quizás Astria podía haber tenido una predicción.
Al día siguiente se reunió con el consejo. No iba a llevarle la contraria a su reina, después de que ella le contara con tanta determinación, ese sueño debía ser algo.
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Desde los ojos de una Estrella.
Kurt AdamSiendo la hija no reconocida de un gran rey, Astria ha sido denigrada toda su vida encerrada en uno de los castillos del reino, donde la soledad había convivido constantemente con ella. Una chica alegre e inocente, con una particularidad única que n...