El rey Altrice se había enamorado de la última dama Blanca que había existido. La madre de Burak había sido una de las más poderosas estrellas que había llegado a la tierra. Muchas otras también se habían desposado con un Átkozott, pero ninguna con uno que en su sangre ya tenía el poder de mover cosas.
Los ancianos del templo refutaron mucho de aquel matrimonio, podían crear un hombre que sobrepasara su propio control. Un animal que no pudiera tener razón de empatía y terrible sería para todos, que heredará los poderes de ambos padres. Las damas Blancas no traspasaban genes como para que sus hijos salieran con alguno de sus poderes, pero en el caso de los reyes eso talvez si fuera posible.
Se cuestionó mucho tiempo aquello. En el castillo, trataron a toda costa de convencer al rey que cuando la reina cayera en cinta, el niño debía ser sacrificado.
También intentaron que el rey pudiera hacer una ley, dónde solo él al intentar tener descendencia pudiera tener otra mujer. Altrice, estaba furioso con lo último, Lucía, la última dama Blanca era su mujer, su amor. Estaba completamente enamorado de ella y ella de él.
Negándose a hacer caso a los ancianos del templo, siguió con su vida marital ignorando la presión que ejercían sobre el castillo.
La noticia de que la reina estaba en cinta fue caótica, no podían dañar a la dama Blanca, era muy apreciada por ellos, pero la sangre de bestias que recorrían por sus venas seguía alterándolos con miedo de esa criatura que comenzaba a gestarse.
Átkozott se dividió en tres partes, unos que deseaban ignorar el hecho de que la reina pudiera gestar una bestia sin control, otro que aceptaban al bebé con la esperanza que al criarlo siempre fuera en un buen camino y los últimos que a toda costa querían que el niño fuera sacrificado. El primer grupo, con el permiso del rey, marcharon de la capital, he hicieron una tribu, no querían involucrarse. Los segundos se quedaron y los terceros también marcharon por orden del rey, pero no abandonaron las esperanzas que tenían. Ellos salvarían al mundo de un ser que no era naturalmente concebido y junto con hechiceros pudieron predecir un futuro devastador.
Paso el tiempo, el amor de ambos reyes era muy bien visto en el reino, ellos no dudaban en mostrar su romance. Altrice, era muy atento y cariñoso con ella, siempre la trató como una deidad donde él era afortunado.
Lucía, se encargó de mandar a traer las verduras de afuera y las hizo crecer sin problemas en tierra que en su momento no era fértil. El reino complacido por sus actos siempre le entregaban regalos o ropas tejidas para el futuro príncipe
Su nacimiento fue tranquilo, el pequeño nació con los sutiles ojos de los Átkozott, pero eran más brillantes, como dos orbes recién pulidos. Su piel también fue herencia de su padre y hasta los cinco años nada dio cuentas de que el niño tenía rasgos de su madre. Aun así, Lucia no quería tener más conflictos con los hombres del templo y acordó que Altrice debía tener hijos con su dama de compañía Cerdina para dejar descendencia. Aquella mujer se negó en un principio, ya que respetaba mucho a su reina, pero después de un tiempo su señora terminó de convencerla a ella y a su esposo.
Cuando entró casi a los seis años, la luz de la luna no lo afectaba como a todos los demás, asegurando con eso que el niño si había heredado los poderes de su padre. Lamentablemente, en una luna llena todos se dieron cuenta de que Lucia si había dado herencia al niño. Inquieto, incontrolable animal, no escuchaba, no entendía. Fue travieso, y sumamente enérgico, que cada vez que llegaba la luna llena los sirvientes corrían por todo el castillo toda la noche tratando de mantenerlo tranquilo. Burak no dormía esa noche, se llenaba de energía y se alimentaba de ella haciendo del castillo una noche bastante ruidosa. Sus ojos dejaban su hermoso color natural y se iban tiñendo del color de su madre. Con dudas de cómo sería la mezcla de ambos padres, Burak solo fue distinto un día al mes. Así que el reino aprendió a vivir con eso, la pequeña bestia incontrolable solo salía en luna llena.
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Desde los ojos de una Estrella.
Kurt AdamSiendo la hija no reconocida de un gran rey, Astria ha sido denigrada toda su vida encerrada en uno de los castillos del reino, donde la soledad había convivido constantemente con ella. Una chica alegre e inocente, con una particularidad única que n...