Capítulo 58.- Charlas incómodas

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Astria se sentía el centro del mundo, todos estaban pendientes de ella. Que se sintiera gusta, que estuviera tranquila, alimentada y cómoda.

Luego las fiestas comenzaron. Las mujeres se reunieron en un gran salón lleno de almohadas, mantas y colchones disperso por todo el suelo. Había flores por doquier y los sirvientes traían bandejas de comidas y bebidas.

Gina apareció sonriente junto con las mujeres que eran soldados. Vestidas cada una con hermosos vestidos sueltos, dejaron de lado todo lo que era metal y cuero.

Astria una vez más se quedó sorprendida mirándola hasta que se sentó a su lado.

—¿Qué? —dijo Gina agarrando un dulce y echándoselo a la boca—. No crea usted que solo soy un soldado.

—No, pero es primera vez que te veo con vestidos —dijo Astria tímidamente.

—Es que usted mi hermosa dama no ha visto a Gina fuera de su trabajo —dijo Cleo acercándose con vasos y dejándolos en el suelo frente a Astria.

—Burak le gusta el trabajo —soltó Gina sacando un vaso.

— ¿Cuántos días a la semana te da descanso?

—Uno.

—¿Uno? —Astria rápidamente lo encontró excesivo—. Pero trabajas todo el día e incluso algunas noches.

—Sí, me debería quejar, ¿cierto?

—Cuando sea la reina hablaré con mi rey sobre eso.

Gina se detuvo al escucharla, bajó lentamente el vaso de su boca y la miró con ojos ansiosos.

—¿De verdad?

—Lo intentaré.

—No cantaré victoria, convencer a Burak de que sus decisiones con sus soldados están mal no le caerá muy bien.

—¿En serio? Pero, yo creo que un soldado bien descansado será más útil cuando realmente lo necesite.

—Alégrate Gina —dijo Amy que estaba sentada al otro lado de Astria—. Quizás puedas pasar la primera luna de primavera esta vez aquí.

—Gina —dijo Astria mirándola con más atención— ¿Tú también quieres..., la luna llena tú...?

—¿Embarazarme? —dijo ella riéndose—. Con mi esposo lo hemos intentado.

—¡¿Esposo?!, ¿tienes pareja y como no me habías dicho?

—Mi trabajo no puede interferir con mi vida personal.

—Pero Gina, tú sabes mucho de mí, tú fuiste quien me contó lo de la luna llena de primavera.

—¿Luna llena de primavera? —dijo una mujer sentada más lejos, pero que había escuchado esa palabra y con sus ojos emocionados miró a Astria.

Las risitas de todas salieron como un gran volcán en erupción al escuchar esas palabras. El tema se puso en la mesa y todas comenzaron a dar comentarios y experiencias de aquellos días. Las mujeres eran ruidosas, pero con este tema, todas guardaron silencio mientras una que otra hablaba. Astria no pudo aguantar sentir vergüenza con las cosas que se contaban, ya que se narraba para que ella misma supiera de aquel día, sin que supieran que Astria ya conocía por experiencia propia lo que era.

—Gina, tú tienes que estar en esta primavera —dijo una y otra continuó.

—Amy. —Astria se acercó a su oído y le preguntó el motivo de porque todas sabían que Gina deseaba ese día.

—Gina es una de los soldados personales de su majestad y no es sencillo que ese día dejen sus puestos. Todos saben que ella vuelve al día siguiente para estar con su esposo, pero hasta el día de hoy no ha quedado preñada. En luna llena de primavera, aquí son las soldados mujeres quienes resguardan en castillo.

Desde los ojos de una Estrella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora