—Bu-Burak —dijo ella. Creía que estaba muerto igual que los otros, pero cuando se puso de pie lentamente una luz salió del brazo izquierdo de él brillando levemente. El poderoso hechizo fue activado y el cuerpo del rey comenzó a curarse.
—Astria —susurró mientras se sentaba con dificultad.
—¿Estás vivo? —dijo ella al mismo tiempo que comenzaba a llorar. Había estado a punto de romper el pacto y se sentía sucia. Los hombres ya no la tocaban, pero aun así ella sentía sus manos recorrer su cuerpo—. ¿Qué paso? ¿Es-estás bien?
—Mi rey —dijo Bruno detrás de un árbol.
—Ve a ver a Gina, yo estoy bien.
En el medio de la noche Burak se puso de pie y miró atentamente una presa que le llamaba desde el interior. Había permanecido aferrado a su conciencia, pero aquel rayo debilito su ser.
—Yo... —dijo acercándose a ella— ¿Estás bien?
—Sí, no he roto el pacto.
—Oh Astria, olvídalo, solo, me alegra que estés bien —dijo llegando a ella. La miró de pies a cabeza buscando sangre, pero no la encontró, ella solo estaba sucia sin heridas.
—Tus ojos, ¿por qué tienen ese color? —dijo ella secándose las lágrimas.
—Hay luna llena, y tu luz —dijo sacándole el cabello del hombro y dejándolo caer en su espalda—. Es irresistible.
Esa misma frase la escucho más de una vez hace unos segundos por los soldados. Su luz era peligrosa, más, creía que estaría a salvo junto al rey. Él ya la había visto media desnuda y brillando, pero no había mostrado interés en ella
¿Por qué hoy era distinto, era por la luna? ¿Y cómo es que él sobrevivió?
—No, Burak, tú no —volvió a llamarle y el rey escuchando su nombre la agarró del cuello sin apretarla, pero la sostuvo allí junto al árbol.
—No sabes nada —susurró mirándola— lo difícil que es una noche como esta.
—Mi rey. —La voz de su hechicero resonó como eco por todo el bosque.
Astria estaba asustada, sabía que el pacto haría que ella se entregará al hombre que en este momento la miraba con ojos celestes, pero no quería que su experiencia sea tan desagradable. Miró al rey sin hacer nada, él no la lastimaba, pero si la tenía sin escapatoria. Se miraron unos segundos hasta que el rey sacó su mano de su cuello y la subió a su mejilla acercándolo a él. Ella cerro los ojos y él la besó bruscamente. Más que un beso, fue una succión de su alma.
Burak se separó de ella ingiriendo una vez más un núcleo de luz. El brillo de Astria disminuyó con ese acto, pero Burak no se detuvo. La rodeó con sus brazos y la apegó a él mientras una vez más la besó. Astria se sintió asustada, jamás había besado a un hombre, su cuerpo rápidamente comenzó a reaccionar a él, sintiéndose ansiosa. Su corazón latía con fuerza junto con un cosquilleo en su estómago que no entendía. Asustada trató de separarse, pero Burak no se movió.
Él estaba siendo controlado por sus instintos y estaba dispuesto a devorarla no solo sexualmente sino también literalmente, hasta la última pizca de luz que ella tenía. La debilidad de sus poderes y su cuerpo herido instintivamente su supervivencia era ella.
—No Burak —. Ella volvía a llamarlo.
—Di mi nombre —dijo y su mano derecha bajó a los muslos desnudos de ella.
—¡No! —Forcejeó con él. Tenía miedo no solo por lo que él estaba haciendo sino también porque era peligroso. Ella no sabía que el ejército del rey había salido victorioso—. Deténgase— le rogó. Su respiración agitada ya no le daba tregua a su corazón y comenzó a sentirse mareada—. ¡Que te detengas!
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Desde los ojos de una Estrella.
Manusia SerigalaSiendo la hija no reconocida de un gran rey, Astria ha sido denigrada toda su vida encerrada en uno de los castillos del reino, donde la soledad había convivido constantemente con ella. Una chica alegre e inocente, con una particularidad única que n...