Capítulo desbloqueado 🙂🙂Salvatore Bianco
— ¿Estás bien?
— Si, si lo estoy.
— Desde ayer estás extraño
Me volteé terminando de arreglar el nudo de mi corbata y Renata no dejaba de mirarme con interrogación. No estaba seguro de que esto funcionaría pero ya estaba metido por completo.
— Ideas tuyas quizá
— Es por la foto de la revista...
— ¿Qué tiene que ver eso?
Renata sonrió tenue
— Tienes miedo de que ella lo vea y sepa que estás conmigo.
— Es probable que ya lo haya visto. ¿Todo sigue igual no? Entonces no tiene caso hablar de eso.
Renata asintió con la cabeza y más que enojo, sentí frustración. No era posible que no pudiera follar, besar a una mujer sin sentir culpa o remordimiento. Había hecho el ridículo totalmente con ella la noche anterior. Renata se acercó a mí y abrazándome por la espalda susurró.
— No te culpes tanto. Estoy bien, en serio.
— Lo siento
— ¿Qué sientes?
— No creo que esto funcione Renata
— ¿Lo dices porque no tuvimos sexo anoche? Si es por eso es por lo menos que te debes de preocupar. No tengo apuro por tener sexo. Me complacen otras cosas al estar a tu lado.
Me quedé callado pero sintiéndome como un gilipollas. Era obvio que si se sintió mal, era más que obvio que la había dejado con las ganas pero era precisamente esa paciencia y empatía que ella tenía conmigo lo que me hacía sentir igual a una mierda. Llevaba toda la mañana conmigo y creo que todo esto de los vinos y demás le aburría pero aún así estaba ahí intentando levantarme el ánimo y hacerme sonreír. Era una de las cosas que más disfrutaba de ella, la paz que lograba darme cada vez que estaba cerca de mi. Tocaron la puerta y mi asistente anunció a Alicia. Me quedé en trance, ¿Alicia? Era la última persona que esperaba recibir en la oficina. Al entrar y ver a Renata su rostro fue de desagrado total. Intenté presentársela pero ella rápidamente me detuvo.
— Sé quien es..., de hecho todo España lo sabe. Tienes un minuto o será que estás muy entretenido.
— No, claro que puedo atenderte. Dime, que se te ofrece.
— ¿Será qué es mucho pedir hablar a solas?
Miré a Renata y apenado le pedí que se fuera. Esperé a escuchar la puerta cerrarse para levantarme de la silla y mirar a Alicia con enojo e indigno. ¿Quién se creía que era para tratarla así?
— ¿Se puede saber qué coño te pasa? Has sido grosera con Renata.
— Me importa cinco tú Renata. Eres un descarado, el "amor" que decías sentir por mi hija se te olvidó con la primera modelito que se te aparece.
— ¿No deberías estar cambiando pañales y mamelucos?
— ¡No me cambies el jodido tema!
Con fastidio azoté el escritorio
— Sabes, tienes razón. Vamos a hablar del tema entonces. ¿Descarado yo? ¿Descarado por intentar seguir con mi vida? ¿Por intentar no pensar en qué coño hice mal para que tú hija me dejara de la forma que hizo? O más bien descarada tu hija que le importó una mierda mis sentimientos y se largó sabrá Dios a donde y no tuvo los ovarios para decirme de frente que no me ama. Me hizo hacer el ridículo, me hizo enamorarme de ella para luego tirarme como si fuera algo inservible. ¿Sabes cómo me siento? Me siento como un imbécil que se dejó enredar por una mocosa trece años menor que yo y eso..., eso me da vergüenza. Ahora solo intento seguir con mi vida sea con Renata o con quien sea. Ni tú ni nadie tiene derecho alguno de juzgarme.
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Sin Amanecer
RomanceTras la decisión de irse lejos y cortar con todo su pasado implicando renunciar a Salvatore y a la posibilidad de superar sus demonios, Aitana comienza una nueva "vida" en Francia donde superficialmente todo parece irle bien al menos profesionalment...