Capitulo 26: Lo amargo

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Actualización de los lunes

Pequeña observación

Hace un tiempo hice una dinámica donde por número de votos y comentarios actualizaría un capítulo adicional pero siguen las lecturas pero apenas votos y comentarios. Ya he mencionado anteriormente que tengo dos trabajos más estudio a tiempo completo enfermería más aun así me hago un hueco de tres horas diarias para escribir ( es lo que me toma escribir un solo capítulo) yo no estoy monetizando por escribir, no recibo pago alguno y el tiempo es escaso para mi. Realmente tengo muchos proyectos futuros en mente y lo que me motiva a continuarlos y seguir en esta plataforma es sus votos y comentarios. De esa forma me impulso a sacar tiempo para escribir y saber qué hay gente que gusta de lo que escribo. Cuesta solo un cuarto de segundo votar y menos de un minuto comentar 🙂.

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Salvatore Bianco

Días después

— Aquí tiene el reporte de la tarjeta de crédito que me pido está mañana licenciado.

Mi asistente dejó los papeles sobre el escritorio y no se porque sentí que en esos papeles encontraría cosas que no me gustarían o no lograría entender del todo. Aitana estaba rara, apenas podía tocarla, ya no dormía en casa y según ella así era mejor hasta que Mariana pudiera venir con nosotros. Aunque ella no me lo decía, comenzó a tomar nuevamente y de vez en cuando se empastillaba quedando o atontada o iracunda. Con las manos algo temblorosas agarré el estado de cuenta y comencé a leerlo sin dar muchos rodeos.

Estado de cuenta, mes de noviembre.


Issue date: 11/21/20
Wyndham hotel room charge #invoice 123789 €634.09
Issue date: 11/23/20
Drugstore charge #invoice 134997 €45.00
Issue date: 12/01/20
Bar service #990837 €125.75

Habían al menos ocho transacciones de farmacias y bares y tres de un hotel en el centro de Madrid. No era un tipo de ponerme celoso por cualquier cosa, de hecho fue la primera vez que sentí celos, que sentí ira y enojo. Llame al servicio al cliente de la tarjeta de crédito para intentar saber si se podía acceder a más detalle de la compra que se realizó en las farmacias. Eran cantidades grandes, y que hasta cierto punto me parecieron absurdas. Había comprado dosis de Triazolam y eso sí comenzó a inquietarme. ¿para qué quería sedantes? No quería ir a buscarla con la cabeza caliente. Más bien quería respirar y no pensar en lo peor. Pero luego veía los gastos de alcohol en bares y seguido de noches de hotel y simplemente me hicieron pensar lo peor. Le marqué al móvil pero no contestaba. Me ganó el enojo y sin pensarlo dos veces manejé hasta la casa de Alicia. Toqué la puerta pero nadie respondía aunque se escuchaba música a todo volumen y el coche de Aitana estaba fuera aparcado. Volví a tocar la puerta esta vez aún más insistente y ella después de unos minutos abrió la puerta quedándose algo espantada al verme. Estaba claramente borracha y algo distraída.

— ¿Qué haces aquí?

— Tenemos que hablar

— Mira si vienes a hacer el lío porque tomé te puedes ir.

Intentó cerrar la puerta pero rápidamente se lo impedí. Agarré la botella que tenía en la mano y agarrándola del brazo la llevé a rastras hasta la sala de estar sentándola en el sofá.

— Hablo en serio

— ¿Qué quieres? Te dije que quería estar sola

— ¿Para tomar? ¿Para seguir mintiéndome y verme la cara de imbécil? Puedo amarte pero eso tampoco me ciega y hace tiempo estás actuando de manera extraña.

Comenzó a reírse de manera burlona y de manera desinteresada respondió.

— ¿Tomar te parece extraño de mi parte? Soy una alcohólica y el papel de sentido o defraudado no te va. Sabes muy bien quien soy, mi error ha sido intentar de ser quien no soy.

Sin Amanecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora