Capitulo 51: Un nuevo ¿comienzo?

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Hola!

Disculpen por la tardanza pero perdí mi celular en un parque de Disney y hasta ahora me mandaron uno de repuesto 😟.

No he visto que voten ni comenten para nuevo capítulo y como ya mencioné el último libro va a depender de cuánto demuestren interés porque no es fácil para mi sacar tiempo ya que tengo dos trabajos de día y de noche y además estudio y pues lo único que pido es algo que no les cuesta nada.

Pd: falta el epílogo 😊

Gracias!!!

****

Aitana Sorni

Miraba a Sofía jugar con sus juguetes mientras yo estaba tumbada en el sofá con la mente ida y el corazón roto. Mientras yo estaba cuidando de mi hermana, el amor de mi vida se estaba casando con otra. Ese día creo que mi vida terminaría, o al menos esa parte de mi en la que aún el amor le hacía tener esperanzas. Ahora solo me restaba ser la marquesa de Villena; salir en revistas de sociales y asistir a eventos de la realeza y la élite. Ahora solo sería una figura, una estatuilla ante la sociedad que simbolizaba "nobleza" pero nada más, alguien que llevaba un título pero que no tenía motivos para sonreír genuinamente. Sofía me miró con sus ojitos saltones, su sonrisa inocente y esa vocecita angelical que balbuceaba "Atanaaa" por todos lados me encogía el corazón de emoción pero también de tristeza porque jamás podría experimentar tal cosa con un hijo. Ahora mucho menos que no solo perdí la posibilidad de ser madre, sino que también la de ser feliz. Alguien comenzó a tocar el timbre desesperadamente. Los escoltas que estaban parados como dos postes inmóviles a cada costado de la puerta la abrieron para ver de quien se trataba y no pude quedar más impactada como aquel día. En la puerta estaba Renata vestida de novia con un enorme vestido que apena cabía por la puerta. Llevaba el maquillaje algo corrido, los suficiente para dejar ver que estaba llorando. No entendía nada, en ese momento se supone que estuviera yéndose de luna de miel pero no, estaba frente a mí mirándome en trance, con una mirada que jamás olvidaré. Era la mirada más triste, más apagada y desgarradora que había sido testigo.

— ¿Qué haces aquí? se supone que estes casándote ahora mismo.

— ¿Podemos hablar? No te quitaré mucho tiempo y la verdad..., tiempo es lo menos que tengo ahora mismo.

— Estoy algo ocupada, ahora no...

— Por favor

Abrí la puerta dejándola pasar aún en trance. No entendía nada, no entendía cómo era que tenía frente a mí a Renata. Dejé a Sofía jugando con sus juguetes y al regresar a la sala de estar aún estupefacta por lo bizarro de la situación pregunté.

— ¿Qué ha pasado? Porque estás aquí y no de Luna de miel con Salvatore.

— No me he casado. Realmente he conocido a muy pocas personas en el mundo que tengan la bondad de sacrificar su felicidad por ver a alguien más serlo. He sido más que egoísta, ilusa todo este tiempo. Solo he sido yo quien ha estado enamorada de Salvatore, nunca fui correspondida y tuve que estar frente un altar, mirando como el hombre que amo solo tenía tristeza en sus ojos. 

Renata bajó la mirada y pude ver cómo aunque intentó esconderlo, de sus ojos salió una lágrima. Me sentí rara, tenía el corazón a millón y solo me preguntaba dónde estaba Salvatore si ella estaba frente a mi vestida de novia diciendo que no se había casado. Ella después de quedarse callada algo pensativa con las palabras entrecortadas y dolidas comentó.

— Una vez fuiste hasta mi casa, tocaste a mi puerta y pediste hablar conmigo. Me pediste que lo hiciera feliz por ti, recuerdo que dijiste que no estabas preparada, que no eras capaz de hacerlo feliz pero sabes, basto con querer vivir una mentira para darme cuenta que la única mujer que podría hacer feliz a Salvatore eres tu. No se si yo hubiera tenido tus mismos cojones, no sé si hubiese sido capaz de ir hasta donde la mujer que ama el hombre del que estoy enamorada y contarle todo lo que me dijiste ese día.

Sin Amanecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora