Capitulo 11: La conciencia carcome

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Actualización de los lunes (atrasada porque ando enferma 🤧)

Aitana Sorní

La noche fue pésima, de hecho la peor que pasaba en mucho tiempo. No pude dormir, la culpa me estaba consumiendo y no podía dejar de pensar en el dolor que le causé a Salvatore al destrozarle el corazón de la forma en que lo hice. Era la única forma de que me dejara de buscar, de que me dejara de amar y creo que lo había conseguido. Ahora lo demás, creo que era más fácil cuando al destruirlo a él, lo hice conmigo misma. Me senté frente a la mesa y el desayuno me pareció insulso. Soriana me conocía lo suficiente como para darse cuenta que algo ocurría, algo digamos fuera de lo normal. Tomando un sorbo de su zumo de naranja comentó.

— Ha llamado un hombre hace un rato. Dice llamarse Marcos Castillo, tiene algo que decirte. ¿Se puede saber quien es ese hombre?

— No es importante

— Pensé que me tenías confianza

Arquee la ceja

— La tengo, pero también te conozco y tus valores moralistas solo entorpecen en los planes que tengo.

— ¿Que vas a hacer?

— Esa noche, esa noche en la que esos cinco hombres me violaron, no pude mover un solo músculo de mi cuerpo, no pude hablar, mucho menos gritar pero mis ojos seguían ahí intactos mirando..., observando lo que le hacían a mi cuerpo. Logré ver un tatuaje en uno de esos hombres, un tatuaje que había visto antes, un tatuaje que me dio esperanzas para saber quien me jodio la vida y sobre todo por que.

— ¿En que cambia el que sepas quien hizo eso Aitana? Solo te amargas más y no conseguirás nada.

— Tal vez lo mires así porque no fue a ti a quien violaron, a quien le metieron estacas o escupieron en el suelo mientras agonizaba de dolor. No me importa lo que pienses, lo haré y punto. Marcos Castillo es digamos que un detective con una manera "especial" de ejercer su trabajo. Le he pagado bastante y al parecer, eso ha dado resultados. No me esperes para cenar, tengo el día ocupado.

Me levanté de la mesa y no había cosa que no quisiera más en ese momento que ir a ver a Castillo y que me diera noticias de las cuales pudiera actuar rápidamente. Fui a verlo a su piso en el centro, no era de tener oficinas y no era conocido por su trabajo intachable. Y es que era eso precisamente lo que necesitaba, un tipo sin escrúpulos o sentimientos moralistas para hacer lo que le había encargado. Antes tenía miedo de enfrentarme con mi pasado, de descubrir quienes eran esos hombres; también debo admitir que en un principio lo único que tenía en mente era matarlos pero luego de vivir lo suficiente, de sentir el infierno día tras día, me convencí de que había una forma más efectiva de hacer sufrir a una persona sin necesidad de matarla. Bastaba con conocer eso que más querían, lo que más anhelaban esos hijos de puta para simplemente quitárselos y hacer que vivieran con eso el resto de sus días. Llegue al piso de Marcos y al verme con un rostro algo preocupado pero al mismo tiempo decidido comentó.

— No pensé verte tan pronto en Madrid

— Ya ves..., puedo dar muchas sorpresas. Qué es eso que tienes que decirme.

— Este último mes ha rendido bastantes frutos. — Me dio una carpeta y aclarando la garganta continuó — Fue difícil, tuve que recurrir a métodos poco ortodoxos pero funcionó. Logré ponerle rostro a esos cinco hombres que tanto deseas ver caer. Tal vez estos nombres sean conocidos para ti.

— A estas alturas..., poco o nada me importa.

— Bien, en esa carpeta tienes toda la vida y obra de esos tipos. El tipo del tatuaje es Rodrigo Cisneros. Es hijo de un banquero muy importante de Madrid. Estudia finanzas y en sus ratos libres le gusta pagar prostitutas para hacer orgías en cualquiera de sus mansiones. Bastó con un par de ostias para que dijera los nombres de los demás. Sail Bustamante, hijo de un importante magnate dedicado a las comunicaciones, suele gastarse el dinero en jaleos y lo único que le importa en la vida es su reputación. Adrián Vallesteros, un periodista en ascenso que al parecer tiene mucha ambición por crecer dentro de su profesión. Damián Henríquez, No es muy importante si hablamos de apellidos o posición social pero ha sabido ganarse una cantidad considerable de dinero estafando a mujeres ricas con su encanto y físico de modelo de revista. Y por último, Fernando Fiorella. Es el hijo de uno de los políticos más influyentes del país. Su padre es Francisco Fiorella, un político que además de ser influyente, domina el mercado hotelero en España. Actualmente estudia en la universidad...

Sin Amanecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora