Capítulo 4

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Pese a las palabras de Barnett, Trevor no me deja sola. Corremos hacia mi casa, en silencio, pálidos y asustados. Olivia nos hace un gesto de despedida con cierta tristeza y se va hacia el lado contrario. Yo no consigo ni tragar saliva y corremos entre las calles oscuras, asegurándonos de quedarnos cerca de los edificios para que nos protejan con sus sombras. Las calles están menos alumbradas de lo normal, la mayoría de farolas están apagadas...

Me quedo parada debajo de una, extrañada. ¿Por qué están apagadas las farolas? Nunca he visto la ciudad tan oscura. Miro hacia el cielo, pero no hay luna, ni estrellas... Algo en todo esto me pone la piel de gallina y casi grito cuando Trevor me sujeta de la mano y tira de mí.

―¿No te parece que huele raro? ―le pregunto en un susurro, mientras otea la calle asomándose por una esquina, como una especie de espía.

Esa película nos ha afectado más de lo que voy a reconocer. Incluso sin alarma roja, el toque de queda hubiera entrado en vigor cosa de una hora atrás, pero, aun así, todo está demasiado tranquilo, silencioso. Vuelvo a quedarme un par de pasos rezagada y Trevor esta vez no me sujeta la mano.

―No huelo nada, Leslie. Vamos.

―Precisamente. Ha dejado de nevar y de llover y no huele a nada...

―Joder, menudo momento para ponerte metafísica ―se queja, está asustado―. Vamos, por favor.

Asiento y vuelvo a moverme. Tenemos que parar y escondernos entre unos jardines cuando una patrulla pasa por delante. ¿Cómo nos han detectado? Hemos dejado las pulseras en casa. Tal vez alguien se la ha llevado sin darse cuenta, debe ser eso. Me convenzo de ello, porque da menos miedo...

La patrulla pasa y Trevor sale corriendo. Yo vuelvo a quedarme atrás. Solo hay una farola a unos cinco metros de mí, por eso tardo en ver la capa blancuzca que cubre las hojas verdes del jardín. Es como si fuera espuma, pero no hay ni rastro de la nieve de esta mañana. Extiendo la mano para tocarla, cuando una sirena me hace alzar la cabeza.

La patrulla se ha dado la vuelta y Trevor me está esperando en la otra acera. Le ven. Un militar baja del vehículo, el otro acelera. Mi novio sale corriendo entre los edificios y yo me tapo la boca para no gritar. Sé que es estúpido tratar de ayudarle. Trevor es muy rápido y conoce bien las calles. Seguro que puede darles esquinazo. Yo tengo que moverme. Estaban rondándonos, saben dónde estamos. ¿Cómo? Ni idea, pero me aterra.

No puedo ir por donde ellos, porque si se dan la vuelta me descubrirán. El miedo me paraliza treinta segundos enteros. Luego me viene a la cabeza las enseñanzas de mi padre para relajarme. De pequeña a veces me daban ataques de ansiedad. Creo que nunca he llevado bien vivir en un lugar tan cerrado y cuadriculado. Me enseñó a respirar, a relajarme y a buscar una salida. Y se me ocurre.

La farmacia está a un par de calles, en la dirección contraria. Será mucho más fácil llegar allí. Llevo las llaves con las de mi casa, en el bolsillo, como siempre. Las aprieto brevemente y salgo corriendo, tras comprobar que la patrulla no ha dado conmigo. Han desaparecido por la calle de enfrente...

El corazón me late con fuerza en el pecho, tanto que me duele. No se me da mal correr, estoy en el equipo de atletismo. Una vez gané una medalla por encima de toda la gente de mi edad. Soy bastante inútil con el deporte en general, pero no corriendo. Y no paro. No soy capaz de escuchar si vienen más patrullas, los coches son silenciosos, pero si dan la sirena podría oírlos. Sin embargo, no oigo nada, y no sé si es que no vienen o que la sangre en mis oídos hace demasiada presión.

Meto la llave en la cerradura, con las manos tan temblorosas que me cuesta dos intentos girarla. Se me resbala por el metal, la puerta está durísima. Se lo he dicho a mi padre mil veces, pero cambiar las malditas sillas del comedor era más importante. Abro procurando no hacer ruido y cierro de nuevo tras de mí, echando la llave. Suspiro aliviada cuando lo consigo y me apoyo en la puerta un minuto entero. Tragando saliva con dificultad.

La Contención - *COMPLETA* ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora