Interludio

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No me van a dar el premio a amiga del año, porque he mentido a Leslie y encima me he escapado sin saber si está bien o esa fiebre significa que le pasa algo

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No me van a dar el premio a amiga del año, porque he mentido a Leslie y encima me he escapado sin saber si está bien o esa fiebre significa que le pasa algo. Pero necesito ver a Barnett, lo necesito más que nada en el mundo. El grandullón comparte habitación conmigo, está en el suelo, yo me he quedado en la cama.

Cuando bajo de esta, me pongo las botas y me cuelgo la mochila me mira. Sabe lo que pretendo. Es imposible que no lo sepa si estoy recogiendo mis cosas. Me mira fijamente mientras me pongo de pie y voy hacia la puerta. Espero que en cualquier momento trate de pararme. A fin de cuentas, se supone que está vigilándome él. Sin embargo, cuando mis dedos sujetan el pomo de la puerta, cierra los ojos.

No entiendo por qué no me delata, pero no voy a quejarme. Salgo del dormitorio y luego de la casa, sin hacer ruido. Por suerte, años escapándome de casa cuando mis padres dormían me han hecho muy sigilosa. Así que salgo despacio, muy despacio, pero sin frenar.

Tengo que encontrar a Barnett. Luego, cuando sepa que está bien, volveré con Leslie.

Durante este mes he estado segura de que Barnett estaba muerto, que el cadáver que encontramos en la torre de vigilancia era él. Por eso me he quedado obedientemente en mi casa, sola, con dos militares acampados en el jardín día y noche. Sabiendo lo que hay fuera debería dar gracias por la protección que mis padres me han puesto, pero no me siento agradecida. ¿Por qué no están conmigo? ¿Por qué me han dejado sola?

Me he pasado el mes llorando, vomitando, mirando las plantas del jardín marchitarse a través de la ventana. Obviamente no hay regadío, cuando apenas tenemos agua para nosotros y sin la luz del sol... Era algo obvio que pasaría, pero mi madre siempre ha sido algo obsesa de la botánica y ha cuidado su jardín mejor que a mí desde que tengo uso de razón.

Ahora, pensándolo fríamente, ese marchitar del jardín quizá era un reflejo de lo que estaba pasando en la ciudad. Nos marchitamos, morimos. Se acabó. Sé que fuera las cosas no están mal. Bueno, no lo sé, pero estoy segura de ello. No es posible que todo esté igual de mal, porque si lo estuviera, no nos pondrían imágenes falsas sacadas de películas. He grabado las retrasmisiones de la presidenta y las he comparado con imágenes de películas, porque me eran familiares y he encontrado muchísimas.

Ha sido una tarea absurda y titánica, pero al menos me ha tenido entretenida. Apenas he dormido este mes. No soy capaz de conciliar el suelo. Cada vez que cerraba los ojos veía ese cadáver... El que yo creía que era Barnett.

Solo con pensarlo me doblo por la mitad y vomito sobre un jardín. Los setos que separan los bloques de edificios de las aceras siguen verdes y grandes. Lo que me hace pensar que no tienen nada de naturales. Tampoco parecen de plástico, pero sé que no han estado regando y se mantienen vivos. El césped tras estos, sin embargo, está marrón y pisoteado.

La idea de que uno de esos seres putrefactos haya pisado el mismo camino que yo, o pueda estar cerca, me provoca una nueva oleada de nauseas. Pero no puedo parar.

La Contención - *COMPLETA* ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora