Hasta el domingo no nos dicen que podemos volver a la normalidad. Bueno, nos dicen que al día siguiente podemos volver a clase, el trabajo y todo eso. Mis padres no tienen ni idea de que me largué de casa y no me he atrevido a contarles nada. El sábado por la mañana, al despertar, tuve la sensación de que todo había sido una mala pesadilla, así que decidí fingir que era así.
El lunes vuelvo a la rutina, pero en cuanto me encuentro con Trevor y Olivia, que están con los demás charlando sobre lo del sábado, les hago un gesto para que sepan que quiero hablar con ellos. No podemos saltarnos las clases, porque avisarán a nuestros padres, pero en el descanso nos disculpamos de los demás, con una excusa bastante mala, y nos vamos a hablar a solas a un parque que hay poco más allá del instituto.
Les cuento todo. Lo de la farmacia, lo de Dylan, bueno, me callo lo del beso, no sé muy bien por qué. Estoy de los nervios y me tiemblan las manos según hablo. Contar que me besó no me parece relevante, pero, a la vez, es algo que quiero guardar para mí. Ginna nos ha dicho que no sabe nada de Barnett y también está histérica. Algo pasó, eso está claro. No fue solo una mala pesadilla.
―Debiste largarte a avisar a los militares en cuanto le viste ―me regaña Trevor cuando acabo de hablar―. Por suerte ya habrán matado a esos cerdos...
―¡Trevor! ―le regaño frustrada.
Yo también lo he pensado, si nos han dejado salir, ¿es porque ya los han encontrado? Dylan y sus amigos estarán, en el mejor de los casos, encerrados de nuevo. Pero ¿y si los han matado? Trato de convencerme de que no es así. Que hay otra explicación a todo esto.
―Te dije que tenían gente en el laboratorio, Les ―me dice Olivia, con gesto pensativo―. ¿Crees que mi padre seguirá vivo...?
―No sé, Liv, quizá sí. ―Trato de no sonar muy negativa, pero no sé qué creer.
Nunca he pensado que de verdad hubiera gente «detenida» o «atrapada», mucho menos secuestrada. ¿Cómo voy a saber si de verdad alguien puede estar bien después de algo así?
―Fue una temeridad, Leslie ―sigue Trevor―. Si los militares se enteran de que los has ayudado... ¿En qué estabas pensando?
―Sinceramente, no estaba yo para pensar ―le digo molesta―. No creí que dijera la verdad y estaba herido, ¿qué querías que hiciera?
―¡Avisar a los militares para que le rematarán! Tú misma has dicho que te amenazó con un cuchillo...
―¡Estaba asustado! ―le defiendo, aunque no sé bien por qué.
Solo quería contarles a ellos dos lo que había pasado, no esperaba que se pusieran en mi contra. Creí que me entenderían sin más, que podríamos horrorizarnos juntos, no que tendría que justificar por qué salvé la vida de alguien al que le habían pegado un tiro.
―¡Porque era un delincuente! ¿Es que no tienes ni una idea buena? ―me grita cabreado y yo me cabreo más.
―¡¿Tú qué sabes de él?! No estabas ahí.
―Por suerte para él, porque yo hubiera avisado a los militares.
―Vale ya, chicos ―se mete Olivia, poniendo paz enseguida―. Quizá ese chico diga la verdad, Trevor. Tal vez haya más gente como mi padre en ese laboratorio y ellos puedan ayudarlos. Gracias por curarle, Leslie.
―Os habéis vuelto locas, las dos ―asegura Trevor, cubriéndose la cara con las manos.
―¿Y si tu padre también está en el laboratorio, Trev? ―le pregunto con prudencia―. ¿No querrías que alguien le ayudase?
―Sí, pero no a costa de tu seguridad, Leslie, no seas tonta.
Tira de mi mano y me rodea con sus brazos, con tanta fuerza que me asfixia un poco. Yo solo puedo soltar una carcajada y dejarme aplastar. Prefiero esa reacción a la anterior. Solo está preocupado por mí, y de eso no tengo queja.
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La Contención - *COMPLETA* ☑️
Science FictionLeslie vive en la Contención «la ciudad donde nunca pasa nada» hasta que suena una alarma y todo cambia. *** La Contención es una ciudad octogonal separada en fracciones. Cada una de estar fracciones contiene una parte fundamental de la ciudad (vivi...