Capítulo 15

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No hablamos. Nos mantenemos cerca, pegados a los edificios y semiagachados. Paranoicos. O quizá no es paranoia. Si te persiguen de verdad debe tener otro nombre, ¿no?

No sé si alguno respiramos en el espacio que nos separa de la farmacia. A lo que no nos atrevemos es a hablar. No pronunciamos ni una palabra. El silencio es pesado, aterrador. Ni siquiera se oyen ruidos provenientes de las casas, aunque no es tan tarde, no son más de las diez y media (probablemente porque no llevo móvil ni reloj). Tampoco oímos motores, ni ruedas sobre el asfalto, por suerte. Aunque, en realidad, los coches de los militares pueden ser muy silenciosos cuando quieren, así que no podemos descartar que anden cerca o que en cualquier esquina nos los encontremos de frente.

Me desvío a un par de calles de la farmacia y todos me siguen. No quiero entrar por la puerta principal que está entre edificios, así que voy por la trasera y nadie me cuestiona. Olivia se aferra a mis dedos cuando pisamos el parque al que da el almacén de la farmacia. No lo entiendo, hasta que veo a un tipo de lejos. Apenas le distingo recortado contra unas luces de emergencia de un edificio. Está muy oscuro todo, demasiado, pero hay pequeñas bombillas amarillentas aquí y allí que supongo que son para ayudar a los militares a orientarse.

El tipo está parado delante de una de estas luces y nos mira, o eso me parece. No hace nada más. No se mueve, no habla, no busca nada. Solo está ahí, plantado, con la vista fija en nosotros. No le veo el rostro, porque la luz incide desde su espalda y no se distingue nada más que... ¿una capucha? ¿Es el mismo tipo de debajo de la ventana de casa? Me cuesta respirar y tengo que soltarme de Olivia para poder correr inclinada hacia la puerta. Si no estuviera aterrada, suspiraría de alivio al ver la puerta azul.

Rebusco las llaves en mi bolsillo, pero Andrew que ha llegado justo detrás de mí empuja el metal y este cede sin problema. Han roto la puerta. Me hace un gesto que entiendo. Es peligroso entrar si alguien la ha asaltado. Pueden haber sido los militares, o alguien como Dylan, puede que incluso algo peor, en lo que no quiero pensar.

Me descuelgo la mochila del hombro y saco la pistola. Andrew es el único que la ve y me mira con los ojos muy abiertos. Necesito comprobar si mi padre está bien. Se supone que está aquí, pero si alguien ha reventado la cerradura... Le paso la mochila a Olivia, que entonces ve también la pistola. Agita la cabeza, con los ojos muy abiertos.

Shhh ―le pido muy bajito, porque me parece que va a decir algo―. Déjame la linterna y esperad aquí.

No me cuestionan. Supongo que demasiado impresionados con la situación. O con la pistola. No podría disparar a nadie, estoy segura, pero al menos si alguien sigue dentro de la farmacia, un yonki o un loco, podré asustarle lo suficiente para poder correr fuera de nuevo. Empujo aún más el metal y entro.

Enciendo la linterna cuando cruzo los muros fríos del almacén. Reviso alrededor sin moverme de la puerta, y alzando la pistola sobre la linterna como hacen en las películas. Las altas estanterías metálicas, que llegaban hasta el techo de tres metros de altura, están arrasadas. Han tirado todo y han vaciado la gran mayoría. Diría que no han dejado ni los pañales en paz. Pero entre el caos no veo a nadie. Avanzo despacio, comprobando ambos lados. Pero nadie se oculta entre las sombras.

Suspiro aliviada. Al llegar a la puerta que separa el almacén de la farmacia me doy cuenta de que sigue cerrada con llave. Guardo la pistola en la cintura del pantalón y saco las llaves. La luz oscila cuando muevo la mano y produce sombras aterradoras en la pared. Estoy cagada de miedo. Esto no es como cuando Ginna, Olivia y yo nos colamos en el centro comercial una noche, a vivir un sueño infantil estúpido. Los militares aparecieron una media hora después del cierre, cuando estábamos zampándonos una montaña de chuches. Corrimos, pero nos pillaron y nos pusieron un mes a limpiar las calles. Esto es real, mortal, aterrador.

La Contención - *COMPLETA* ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora