No he soltado la mano de Dylan desde que nos hemos encontrado en los pasadizos. Y él no ha soltado la mía. No creo que ninguno de los dos queramos volver a separarnos. Tiene un tiro en el hombro. Trevor le dio. Pero no es grave, dice que la bala salió y se ha hecho un vendaje.
Me ha preguntado por Trevor. Yo me he limitado a decirle que está muerto. Lo he hecho con la boca seca y las palabras se me han atascado en la garganta. Cuando lo he dicho no he visto a ese Trevor psicópata que me ha perseguido por el centro comercial. No. Cuando he dicho que está muerto, cuando he pronunciado su nombre, en mi cabeza ha aparecido una imagen muy diferente: Trevor sentado en clase, con los rayos de sol golpeando con timidez sus ojos y una sonrisa perezosa cargada de amor.
Sé que Trevor me quiso. Igual que yo le amé a él con toda mi alma. Y esta ciudad me lo ha quitado. Me lo ha quitado casi todo.
Apenas puedo creerme que me haya devuelto a Bradley. Pero cuando miro su espalda ancha, sus hombros enormes, su cabeza rapada y la seguridad con la que anda, tampoco estoy segura de que sea Bradley. Lo fue. En algún momento lo fue. Pero ya no queda nada de mi hermanito. Es... otro experimento más. Como Keanu.
―Esto es como pasarse un videojuego con un cheto ―bromea Bradley de pronto. Nos mira, como si esperase que reaccionásemos, pero no tengo ni idea de qué dice―. Ya sabéis, subirte el dinero o el daño de las armas o... ¿Nunca habéis jugado a un videojuego o qué? ―resopla y no puedo evitar reírme por su decepción.
―A mí me ha hecho gracia ―asegura Keanu con tono conciliador.
―Gracias, tío... ―Bradley resopla, pero me dirige una sonrisa rápida―. Es que hemos bajado la dificultad a la ciudad yendo con ayuda ―bromea de nuevo, señalando a Keanu.
Y en eso estoy de acuerdo con él.
No sé el tiempo que pasamos andando, pero no nos topamos con zombis. En un par de ocasiones salimos de la muralla y caminamos por una de las fracciones. Estoy a punto de vomitar cuando pasamos junto a una de las fábricas de reciclaje que huele a mil demonios muertos. Pero la mayor parte del trayecto la hacemos por el interior de la muralla y es tan fácil...
―Esa es la fracción uno, la militar ―nos dice Keanu de golpe, señalando una puerta ante nosotros que permanece cerrada con una barra de metal―. Y la salida de la ciudad.
―¿Qué hay al otro lado? ―le pregunto, porque ninguno nos atrevemos a movernos.
Keanu se encoge ligeramente de hombros. Tiene que saberlo, ¿no? Parece que no quiere decirlo.
Desvió la vista por el pasillo de la muralla. La escalera que sube a la cúpula está un par de metros por delante. Y poco más que ver. Los grandes tubos de ventilación están demasiado arriba como para que los vea sin la linterna. Y Bradley es el único que lleva la suya encendida. Hemos pensando que lo mejor era no destacar más de lo necesario.
―Podemos mirar desde arriba ―sugiero, señalando la escalera con un gesto―. Quizá veamos algo.
Lo dudo, porque quedan sobre la cúpula, pero no perdemos nada por intentarlo. Dylan se ofrece a subir conmigo. Me apetece más bien poco tener que recorrer todas esas escaleras otra vez, pero necesito comprobarlo. Así que voy delante.
El pie empieza a dolerme más o menos cuando llegamos a la mitad de la escalera. Y se empieza a volver insoportable cuando llego a los escalones más altos. Sin embargo, antes de que pueda plantearme tomarme otra pastilla, me encuentro con una pistola apuntándome a la cara.
La puerta al final de las escaleras estaba abierta y hay un militar dentro. ¿Cómo tenía que saber que aquí quedaban militares? La última vez que subimos a una de las torres estaba vacía. Me cuesta desviar la mirada del cañón de la pistola que me apunta a la frente para ver a quien está detrás.
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La Contención - *COMPLETA* ☑️
Science FictionLeslie vive en la Contención «la ciudad donde nunca pasa nada» hasta que suena una alarma y todo cambia. *** La Contención es una ciudad octogonal separada en fracciones. Cada una de estar fracciones contiene una parte fundamental de la ciudad (vivi...