No han querido contarnos cómo sabían que este piso concretamente, desde el que se ve el punto dónde hemos quedado casi de forma perfecta, estaba vacío y disponible. Pero entiendo que no quieran contarnos sus secretos.
Dylan ha insistido en que durmamos unas horas y, por la mañana, cuando la luz es un poco más clara, nos acerquemos a mirar. Según él, entonces hay menos zombis y menos militares, en consecuencia. Al parecer ambos están más activos de noche.
Me lo creo, hasta que dice que yo tengo que dormir en el sofá, de aspecto incómodo, en lugar de en la cama de matrimonio con Ginna, como ha sugerido ella. Luego, Dylan, asegura que él hará el primer turno y lo entiendo. Piensa que puedo estar enferma de verdad. Creo que tener fiebre es un síntoma antes de convertirte en zombi, a juzgar por la breve conversación que he oído entre ellos.
Así que ese chico amigable, sexi y salvaje va a mirar como duermo en un sofá de aspecto incómodo por si tiene que pegarme un tiro en la cabeza. La idea me provoca ganas de vomitar, pero finjo que me da igual y me tumbo en el sofá. Zero, todo lo grande y raro que parece, es al que se le ocurre traerme una almohada y una manta de un dormitorio. Le doy las gracias con voz temblorosa y luego aprieto los ojos hasta que me duelen, acurrucada en el sofá.
Tengo ganas de llorar por todo lo que está pasando. Empiezo a aceptar que mi padre seguramente esté muerto y también Bradley. Y sin mí, mi madre lo estará pronto. Pensé que esto era como uno de nuestros juegos, como cuando nos escapábamos a ver películas con Ginna. ¿Cómo iba a saber que era tan... real? Pero lo es. Y no volveré a ver a mi familia. Quizá el tipo sexi y salvaje me pegue un tiro en cuanto me duerma.
―Estarás bien ―me dice, sentándose en el suelo frente a mí. Apoya la espalda en el mueble de la televisión que no hemos encendido―. Yo no creo que estés infectada. Seguramente sea por la deshidratación, el estrés y el hambre. Deberías beber.
Saca una botella de su mochila y la hace rodar hasta mí. Estoy demasiado asustada como para dormir, pese a que me duele todo el cuerpo por el estrés y el cansancio. Me siento, envolviéndome en la manta, porque hace bastante frío, y bebo un poco de su agua.
―Más, Ele ―me ordena.
Le miro con una ceja alzada por el mote, pero bebo más y más. Ni me he dado cuenta de lo realmente sedienta que estaba. Asiente como si estuviera satisfecho cuando vuelvo a bajar la botella y me seco una gotita que me ha resbalado por la barbilla.
Y sé que no quiero dormirme sin más. Si es mi última noche en el mundo, mejor disfrutarla. Y no me dejarán irme a una discoteca, porque solo hay una y no funciona desde hace años, así que dudo que ahora esté abierta. Y ya, eso de que puedo transformarme en cualquier momento. Así que mi única opción de pasar una buena última noche es charlar con el misterioso desconocido.
Quito todos los cojines del sofá y los extiendo por el suelo. Me siento sobre uno de ellos y apoyo la espalda en otro. Le hago un gesto y se levanta de dónde está para sentarse a mi lado. No pone una distancia extraña como si me tuviera miedo, y no le culparía. A mí me daría un miedo de cojones que alguien se transformase en un monstruo a mi lado.
―¿Qué pasa en esta ciudad, Dylan? ―le pregunto.
Pone cara pensativa, como si no quisiera contármelo. Al final vuelve a rebuscar en su mochila y saca una lata que no tiene etiqueta.
―Es melocotón en almíbar. Una delicia que guardaba para... Bueno, no importa. Te vendrá bien. Come y te cuento.
Me abre la lata, sin darme ocasión a decirle que no es necesario, y me da una navaja pequeña para que pueda usar de tenedor.
―Solo si lo compartes conmigo ―le digo.
Se lo piensa un momento, pero acaba asintiendo. Me como el primer trozo y le dejo coger el siguiente. Lo hace sin rechistar. No tardamos en comernos la fruta. Es una lata pequeña, pero como ha dicho, es una delicia. Hace un mes que no como fruta, con lo que discutía antes con mi madre para no comerla, me sorprende lo mucho que la echaba de menos.
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La Contención - *COMPLETA* ☑️
Science FictionLeslie vive en la Contención «la ciudad donde nunca pasa nada» hasta que suena una alarma y todo cambia. *** La Contención es una ciudad octogonal separada en fracciones. Cada una de estar fracciones contiene una parte fundamental de la ciudad (vivi...