―¡Cerrad las verjas! ―ordena Dylan.
Ni me imagino por qué no están cerradas ya, pero doy gracias porque nadie nos haya dejado fuera. Y cuando Jordan tira de una de las verjas metálicas que cubren la entrada completa le ayudo. El chirrido me sobresalta y me parece tan fuera de lugar que casi me río y todo. Cojo aire un par de veces, eso sí. Y luego hago más fuerza.
Los zombis llegan cuando aún la estamos empujando. Dylan dispara a un par y luego acaba de cerrar con nosotros. Se chocan contra la barrera, como si no la viesen. Trevor aparece con una cadena de algún lugar y rodean la verja para que no puedan abrirla, aunque no creo que los zombis puedan... ¿No?
Prefiero no conocer la respuesta.
―¿Y ahora? ―pregunta Jordan, secándose las manos en el pantalón mientras da un paso atrás.
Los zombis caen de las escaleras sin mucho estilo o se chocan contra las rejas como si no las vieran. Estiran los brazos hacia nosotros, tratando de agarrarnos.
―No lo sé. A ver si podemos avanzar. Quizá podamos aprovechar que estamos aquí para salir por la fracción militar ―sugiere Dylan, mientras se salta el torno de entrada al metro. Línea uno.
―Será una vuelta larga, la línea uno va en la dirección a las viviendas ―les digo, tras ver el mapa brevemente.
No he montado suficiente en metro como para diferenciarlas. Sé que una está en la zona más cercana al laboratorio, y es la uno. Da la vuelta de forma inversa, si tenemos en cuenta los números que decoran las fracciones. Es circular, así que no sabría decir dónde empieza. La línea dos está en el lado exterior y va en la dirección contraria. Son de una sola vía. A veces ha habido un tren roto o un atropello y se ha liado una buena. Se ha hablado muchas veces de ampliarlas, pero nunca se ha llegado a hacer.
―Leslie, cielo, no hay trenes, podemos caminar en la dirección que queramos ―me dice Jordan.
Me pongo roja y me siento idiota. Vale, eso tiene mucho sentido. Supongo que entonces podemos ir en la dirección contraria.
―No me gusta saltarme las reglas ―bromeo, con un encogimiento de hombros.
Al menos Dylan me dedica una sonrisa. Una pequeña, pero una sonrisa, a fin de cuentas. Luego me ayuda a saltar el torno. Apoya las manos en mis caderas y me sigue sosteniendo un momento cuando llego a su lado.
―¿Estás bien? ―murmura.
―En shock o curada de espanto ―reconozco―. Creo que lo primero.
―Te necesito fuerte, Ele.
―Tenemos que seguir, antes de que nos encuentren ―dice Trevor.
Dylan entrelaza sus dedos con los míos, pero pasamos juntos por el vestíbulo del metro. Es un espacio amplio, con una oficina que permanece cerrada y muchos bancos de aspecto incómodo. Supongo que para cuando a los viajeros los toca esperar, o reclamar. Más allá hay una escalera, que en algún momento fue mecánica, pero que está parada y desciende hasta el andén. Este es un espacio amplio, pero despejado, y bajo un bordillo están las vías.
―¿Lista? ―me pregunta Dylan, tras descender juntos las escaleras.
Asiento, pero un mal presentimiento se ha alojado en mi columna. No nos queda más remedio que bajar. Aquí no hay más salida que la que hemos dejado atrás. Es esto o volver por dónde los zombis. Pero el mal presentimiento no me deja en paz.
Dylan tiene que soltarme la mano para saltar y yo me siento en el bordillo para no hacerme daño. Me llega hasta un poco más arriba de la cintura. No me apetece saltar, de verdad que no. Así que me siento y me dejo caer. Él me sujeta la mano de nuevo para ayudarme.
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La Contención - *COMPLETA* ☑️
Science FictionLeslie vive en la Contención «la ciudad donde nunca pasa nada» hasta que suena una alarma y todo cambia. *** La Contención es una ciudad octogonal separada en fracciones. Cada una de estar fracciones contiene una parte fundamental de la ciudad (vivi...