Capítulo 9

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Olivia me está contando algo de una pesadilla que ha tenido, a lo que no estoy prestando mucha atención. Me llegan palabras sueltas. No sé qué de una noche de un mes (quizá eso no lo he oído bien), que yo cojeaba, un chico con tatuajes, disparos... Sin embargo, tengo la nariz metida en el papel de la solicitud de la tarjeta púrpura y estoy concentrada.

Nos han «castigado» en el recreo quedándonos en clase, así que estoy aprovechando para rellenarlo. No sé qué pasa fuera, han colocado unas carpas enormes en el patio y van llevando a las clases por turnos. Se ve desde nuestras ventanas, pero aparte de militares y algún médico vestido casi de astronauta, no vemos mucho más.

Yo sé que es suficiente para mí. Primero la «rata» fugada del laboratorio y el estado de alarma, después los drogadictos en la farmacia, el cadáver del militar (que prefiero pensar que no era Barnett, aunque no lo sé). Ayer, martes, Simon no apareció por clase y hoy, miércoles, tampoco lo ha hecho Ginna. Ninguno de los dos responde al teléfono, ni nada. Keanu dice que ha ido a buscar a Simon a su casa y que no le ha abierto nadie. No hemos podido pasar a ver a Ginna, porque el día anterior vino y no nos esperábamos que fuera a faltar. Ayer no dijo nada...

Está dolida, claro. Teme que el militar fuera su novio, es lógico. Ayer tenía ojeras y los ojos hinchados de llorar, pero no faltó. ¿Por qué hoy sí? No lo entiendo y estoy asustada. Solo pienso en irme lejos de la ciudad. Se lo he contado todo a Trevor, encerrados en el baño antes de la primera clase, entre susurros aterrados. Y él me ha dado la razón, dice que debo intentar sacar a mi familia de aquí. Me gustaría que hiciese lo mismo, pero sé que no lo hará. Cree que tiene que estar aquí para encontrar a su padre y yo querría ayudarle, pero no lo aguanto más.

No he dormido apenas desde el lunes, cada vez que cierro los ojos veo a ese militar... He estado vomitando, encontrándome mal por esas imágenes. Lloro cada dos por tres... La situación es muy fuerte y estoy al borde de un ataque de nervios. Solo quiero huir lejos. Ni siquiera sé si me servirá de algo conseguir la tarjeta púrpura, pero lo intentaré. Si me la dan, trataré de convencer a mis padres para salir. Y si no quieren... Tengo que sacar a Bradley al menos de esta locura, porque aquí, en la ciudad que nunca pasa nada, está pasando algo y es muy grave.

―¿Me ayudas, Andrew? ―pido a mi amigo, interrumpiendo a Olivia y girándome hacia él que está sentado detrás.

―Claro. ¿Estás bien?

Asiento un par de veces y muevo la silla para ponerle los papeles delante y enseñarle los dos recortes para que falsifique la firma de mis padres. Los he sacado de las notas del trimestre anterior. Supongo que son suficiente para que Andrew las copie. Es muy bueno con eso. Dibuja bien y se le da bien copiar trazos y firmas.

―¿Crees que te van a dar la tarjeta púrpura ahora? ―me pregunta Keanu, que está sentado junto a Andrew jugando con una pelotita de tenis.

―No pierdo nada por intentarlo ―replico mirándole un poco mal sin pretenderlo―. Deberíamos irnos todos. Aquí pasa algo.

―Por eso precisamente. ¿Crees que querrán que salga gente de la ciudad justo ahora que pasa algo?

―No es como si antes nos dejasen salir ―bufa Trevor.

―Entonces ¿por qué me has animado a hacerlo? ―pregunto de mal humor, desviando la vista de Andrew hacia él.

Trevor mira a Olivia como si fuera a salvarle de responder.

―Quiero que estés a salvo, Les, si puedes salir de la ciudad me parece bien ―me dice, pero no me mira.

―Y una mierda. Me has animado porque sabes que no nos dejarán irnos ―le señalo, cada vez más enfadada.

La Contención - *COMPLETA* ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora