El traje militar es una mierda. Podría ser una de esas pasadas de las películas que tienen reforzado de Kevlar, pero no. Es tela, bastante áspera además, me da algo de repelús tocarlo con la punta de los dedos, que es lo único que sobresale de los guantes de lana, así que dejo las manos quietas a los lados de mi cuerpo mientras desciendo delante de Dylan las larguísimas escaleras.
Al menos me he llevado un extra. El militar tenía un cinturón con un par de granadas, la pistola y un cuchillo, además de la radio. Y mola ir en plan profesional y no con el cuchillo pegado a la bota. El cual perdí con Trevor, por cierto, aunque sigo llevando mi bota, porque las del militar me quedaban enormes. ¿Qué clase de pies tenía ese hombre que era igual de alto que una chica adolescente?
Da igual.
También llevo la medalla de atletismo bajo la camiseta de manga corta, que apesta a sudor de ese tío y que se ve un poco bajo la chaqueta de camuflaje gris, y el bote de pastillas, del que he vuelto a tomarme dos, en el bolsillo trasero. Ya solo me quedan media docena, así que tenemos que estar fuera antes de que se me acaben.
Dylan me ha ayudado a esconder todo el pelo posible bajo la gorra, que llevo muy calada para que no se me vean los ojos.
Soy nuestra mejor oportunidad. Y esa idea acojona bastante. Cojo aire y lo suelto despacio en cuanto llego abajo. Mi hermano me mira desesperado. De pronto me parece ese crío que a los quince parecía que tenía cinco. Un llorón quejica de cuidado. Me sonríe con pena y me envuelve entre sus brazos, que no se parecen ni de coña a los de un crío. ¡Menuda fuerza de oso! Le doy un par de golpecitos en la espalda y luego me separo.
―Prefiero pasar de despedidas. Saldrá bien ―les digo, mirando a mi hermano, a Jota, a Dylan y, finalmente, a Keanu, que se ha quedado a un lado, apoyado en la pared―. Saldremos de aquí, todos. Yo abriré la puerta. Esperad a que los militares entren y entonces correr hacia la puerta. Nos largaremos de aquí.
Aprieto un segundo la mano de Dylan y luego salgo por la puerta que ya han desbloqueado. Estamos cerca de la salida de la ciudad, aunque nunca la he visto en persona. ¿No es rarísimo que nunca haya visto cómo se sale de mi ciudad?
Los focos aquí están encendidos, parece que no quieren que nada se escape. La fracción es rara, diferente a las demás. Los edificios son bajos y muy largos. Algunos no tienen ventanas, otros tienen rejas en estas. Además, son feos de narices, de hormigón, sin pintar ni nada. Las calles son muy anchas, y despejadas. Supongo que incluso el tanque pasará sin problema.
Hasta que no doy tres pasos dentro de la fracción no veo lo que está jodidamente mal aquí. Sobre todos los tejados, agazapados como pájaros esperando su momento, hay zombis. Están ahí, simplemente mirando. De hecho, me doy cuenta de que están, pese a que se les ve perfectamente, cuando se mueven ligeramente siguiendo mi movimiento. ¡Me miran! Están ahí, formando una mancha putrefacta de gente muerta, mirando cada cosa que pasa en este lugar. Esperando su turno. Ni siquiera se molestan en atacarme.
Es aterrador, tanto que creo que por eso no lo he procesado del primer vistazo. Esta vez ni siquiera los he detectado por el olor. Me centro en la carretera que tengo delante y trato de olvidarme de los monstruosos seres. Ya no sé si se merecen el título de «zombis», esto es algo mucho más grande y aterrador que eso.
El camino por el que voy me lleva hasta la puerta, como esperaba. Es enorme. Tendrá al menos cuatro o cinco pisos de altura y de ancho... Quizá quepan dos tanques uno al lado del otro sin problema. A cada lado de la puerta metálica, que parece que se abre por la mitad deslizándose, hay una especie de garita bastante grande.
¿Tengo que usar la llave en una de ellas? ¿En cuál? Quedan unos cinco minutos para las seis, que es a la hora que había que abrir, pero no tengo ni idea de qué hacer. La idea era improvisar, pero me quedo bloqueada junto a la garita que tengo más cerca, sin tener ni idea de qué hacer.
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La Contención - *COMPLETA* ☑️
Science FictionLeslie vive en la Contención «la ciudad donde nunca pasa nada» hasta que suena una alarma y todo cambia. *** La Contención es una ciudad octogonal separada en fracciones. Cada una de estar fracciones contiene una parte fundamental de la ciudad (vivi...