FALLEN [SAGA CAIDOS #1]

Capitulo 25

Apenas había llegado al primer beso entre los protagonistas en uno de los libros que había encontrado en mi habitación cuando escucho a alguien bajar las escaleras.

-Feliz víspera de navidad, Supernova.

-Hola- cierro mi libro- ¿Y Ada?

Issac exhala una risa.

-Sería un milagro verla despierta antes de la diez en un día festivo.

Pongo mis pies en el suelo para dejarlo sentarse.

- ¿Cómo estás? - pregunta suavemente.

-Aún estoy determinando que sentir desde que llegamos.

- ¿Has dormido?

-Algo.

Después de mi excursión al baño no volví a cerrar los ojos. Mi entretenimiento fue terminar con los últimos preparativos de mi viaje en unos días. No me importo si alguien la escucho bajar en la madrugada con mis auriculares escuchando las típicas canciones que toda adolescente adora. Con la música abrazando mis oídos me limite a simplemente existir por unos minutos.

- ¿Has sabido algo de Walker?

-No creo que acepte, es demasiado amable como para negárselo en el momento.

- ¿Estamos hablando del mismo Theodore Walker, cierto?

El sonido de unos pasos en la escalera nuevamente interrumpe la conversación.

-Buen día- saluda Elizabeth educadamente.

-Buen día- responde Issac.

- ¿Ya han desayunado? - nos pregunta-Tus padres no deben tardar en bajar y Jayce está en una llamada entonces ya que estas despierta...

-De hecho estaba por ir al pueblo por unas cosas para mi viaje, pero Issac puede ayudarte- pongo mi mano en el hombro de mi amigo.

- ¿Quién va a hacer qué? - Issac abre demasiado los ojos, le doy un codazo en las costillas-Quiero decir; claro, solo iré a despertar a Adhara.

Se levanta y se escabulle a las escaleras. Cierro el libro en mis manos, lo dejo en una mesa cercana y camino hacia la entrada para ponerme mi abrigo.

-Quería saber si nos ayudarías a hacer la cena de esta noche- dice Elizabeth juntando sus manos-Podríamos usar unas manos extra...

-No lo creo.

No necesitaba un ritual lleno de miradas incomodas y preguntas pobres para aligerar el ambiente. Incluso con Ada presente no creo poder soportarlo. Aunque preferiría embriagarme hasta la inconciencia no puedo, ¿qué clase de persona se embriaga frente a sus padres? Pero también está la idea de lanzarme de cara hacia la nieve.

De acuerdo, no, eso no.

- Alissa, tal vez esto no sea de mi incumbencia...

-Si así lo creen entonces no te metas.

-¿Por qué los tratas así? - sé a qué se refiere pero decido hacerme la estúpida.

- ¿Cómo los trato, Elizabeth, dime?

-Con rencor y frialdad, son tu familia, ellos...

Lo que me faltaba, otra que quiere meterse. ¿Por qué todos quieren meterse en mi relación con mi familia? Creo que ya es mucho el hecho de que ya este aquí ¿o no?

-Si no tengo esta conversación con ellos, mucho menos la tendré contigo.

-Yo también soy parte de esta familia ¿sabes?

-Ciertamente eres mas parte de ella que yo.

-Porque tú lo has decidido.

Mi paciencia de desborda.

-Tú no sabes nada, Elizabeth, y sabes que, si no me hubiera ido, esto a lo que llamas familia, estaría con uno de sus miembros seis metros bajo tierra.

Su rostro pierde color.

-Perdona- pellizco el puente de mi nariz cerrando los ojos.

-Ellos te extrañan- susurra.

Abro la puerta y ambas nos estremecemos por el aire helado. Doy un paso afuera cuando respondo:

-No, no lo hacen- cierro la puerta.

{...}

Salgo de la farmacia del pueblo sin mucha prisa. Termino de enviar un mensaje a Ada que me está preguntando donde carajos estoy. Dentro de la farmacia supe que la mujer detrás de la caja registradora me había reconocido por que evito hacer todo tipo de contacto conmigo, luego el típico grupo de mujeres adultas en la cafetería cruzando la calle susurrando y mirándome con desaprobación.

Después preguntan por qué no he venido en años.

Finjo que no noto sus miradas juzgadoras. Aunque quisiera mandarlos al carajo, no lo hago, ya que lo que menos necesitan mis padres es volver a eso.

- ¿Alissa? ¿Alissa Gallagher? - escucho una voz masculina detrás de mí. Un hombre de más o menos mi edad se acerca a mí con intenciones de abrazarme pero doy dos pasos atrás, el extraño se da cuenta y baja sus brazos.

- ¿Te conozco?

- ¿Neil St. Clair? - lo dice con indignación- fuimos juntos a la preparatoria.

-Cierto...-No recuerdo a este hombre.

-Valla, creo que no te había visto en diez años, te...te vez muy bien, supe que te va muy bien en la cuidad.

-Hago lo que puedo.

St. Clair parece estar decidido en seguir con esta conversación.

-Me encontré con tu madre hace unos días, dijo que vendrías por las fiestas- lleva sus manos a sus bolsillos.

-Claro que lo hizo- le doy la más hipócrita de mis sonrisas- Si me disculpas tengo cosas que hacer.

-Oh, claro, claro- empiezo a caminar- Escucha, deberíamos salir uno de estos días, a los de la preparatoria les gustara verte.

-Estoy ocupada y solo estaré aquí dos días más, gracias por el ofrecimiento pero no.

Lo dejo con las palabras en la garganta y me apresuro a casa de mis padres antes de que caiga más nieve y me sea imposible volver. Aunque no seria la peor idea...

¿Prefieres quedarte en el pueblo?

De acuerdo no.