FALLEN [SAGA CAIDOS #1]

EXTRA #1:Cierta oscuridad es necesaria para ver las estrellas

3 Meses después del Epilogo:

Alissa:

-Respira.

-Gracias por recordármelo.

-Necesitas calmarte.

- ¡Decirme que respire no hace que me calme, Theo!

- ¡De acuerdo me callo!

Cierro los ojos con fuerza.

-Dios, creo que voy a vomitar- pongo mis manos en mis rodillas.

Theo aparece a mi lado y me sostiene sin titubear, su mano sube y baja por mi espalda en un movimiento tranquilizador, en cualquier otro momento habría funcionado para calmar mi ansiedad pero no ahora. Había llegado hace dos días, los cuales pase encerrada en el baño vomitando hasta el alma, y no, no estoy embarazada. Theo tuvo la misma preocupación cuando no pude comer nada y aun así vomite, y siendo honesta yo también me preocupe así que me hice una prueba de embarazo, fue solo un susto. Realmente no estamos ni remotamente listos para eso, primero que nada solo tenemos 3 meses de estar saliendo, francamente aun no supero el incidente del verano pasado, incluso si lo estuviésemos sigo viviendo el Chicago y Theo está viajando mucho últimamente, para agregar.

Me enderezo.

-Acabemos con esto de una vez.

No me atrevo a pensarlo demasiado. Sabia quien esperaba a mi llegada. He tenido meses para prepararme física y mentalmente para esto, aun así no fue suficiente.

- ¿Lista?

-No- admito-, pero tengo que estarlo.

El rostro de Theo muestra una mueca. Él sabe más que nadie lo mucho que odio esta situación, me había abrazado cuando las pesadillas volvieron, casi me rogo que no viniera. Pero esto es algo que tengo que hacer, para por fin enterrar mi pasado.

-Aun podemos irnos- susurra.

Peino mi cabello hacia atrás.

-No- exhalo-, sabe que estoy aquí.

-Estaré a tu lado todo el tiempo, ¿De acuerdo? Una palabra y nos vamos.

Asiento dejando que ver mi nerviosismo. No más secretos. No con él.

Alzo mi barbilla y coloco mi máscara favorita. La máscara de la mujer fría y cruel que solía pretender ser. Las puertas se abren a la par, Theo me guiña un ojo. Él también iba a portar su máscara. Arrogante y poderoso. Hombro con hombro, Theo camina conmigo, y al final del pasillo ver al hombre esposado sonriendo con malicia, pero su cara se desfigura al verme. Y al hombre junto a mí.

Como si no hubiera sido más que una mota de polvo en mi vida. Miro con frialdad al hombre que hace ocho años me había violado. El hijo de puta me mira con una sonrisa en tus asquerosos labios, en su rostro tiene algunas cicatrices, cortesía mía de cuando intente escapar, cuando me guiño un ojo, tuve que clavar mis uñas en mis palmas para no correr hasta él y terminar el trabajo de esa noche.

Theo pone su mano sobre la mía, guiándome hasta unos asientos vacíos. No objeto y ni siquiera me tomo la molestia de mirarlo.

-Bien, podemos empezar- exhala el juez.

Comienza por nombrar todas sus acusaciones, todas empeorando conforme avanza. Desde orinar ebrio en una patrulla de un policía, hasta violar a una estudiante en la universidad de Columbia. Theo nunca dejo mi mano, incluso me dio un apretón de vez en cuando, pase mi pulgar por el dorso de su mano en un gesto de agradecimiento, sé que tenía muchas, demasiadas cosas que hacer, aunque no me lo quiera decir Theo es un hombre bastante ocupado, lo sé, mi trabajo para mi es algo abrumador, no puedo pensar si quiera como es el suyo. Sin embargo, siempre hace tiempo para nosotros, al igual que yo, hoy por ejemplo se ha tomado el día libre para venir conmigo, a pesar de mis protestas.