Capitulo 51

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Una vez la perfección y la realidad hicieron una promesa entre ellas al mismo tiempo que la luna y el mar se unían en el horizonte...

Despierto sola en la cama, el lado en donde Theo había dormido seguía tibio, las cortinas fueron cerradas, giro sobre mi espalda para volver a cerrar los ojos con la decepción en mi estómago. Me cubro la cabeza con la sabana sumiéndome en la oscuridad.

-Buenos días a ti también.

Bajo un poco la sabana, Theo esta recargado con la pared con la misma ropa de la noche anterior, pero aun no se ha puesto su camisa.

- ¿Qué hora es?

-Las 7:20 am.

Gruño.

- ¿Cuál es tu problema? - me acomodo nuevamente en la cama y llego la sabana por encima de mi cabeza.

-Es la vida de un director ejecutivo, tu asistente llamo diciendo que te han citado en la cede de Nueva York.

-Creí que ser tu propio jefe implica poder dormir más- murmuro sobre la almohada.

-Tal vez en algún día pero no hoy.

Me siento de mala gana en la cama, cubriéndome con la sabana ya que sigo desnuda. Una sonrisa de satisfacción cruza el rostro de Theo.

- ¿Podrías pásame mi ropa, por favor? - pregunto con la vergüenza escrita en toda mi cara.

Theo alcanza mi maleta y la pone sobre la cama, saco lo primero que encuentro. Unos pantalones azules de mezclilla y una blusa de un color entre rojo y violeta. Con una mano me sigo cubriendo con la sabana.

- ¿Podrías no actuar como si no te hubiera visto desnuda miles de veces?

La sangre corre por mis mejillas.

-No han sido miles de veces- reclamo-, y segundo es un caso diferente ¿De acuerdo? Este no es un momento en el que quiero me veas, no me gusta como me veo en las mañanas.

Theo tira de la sabana dejándola caer al mismo tiempo que me atrae hacia él. Mis senos hacen contacto con su pecho y voy a decir que siento algo de frio. Posa una mano en mi espalda baja.

-A mi me encanta- susurra dándome un corto beso en los labios.

Sin entender que acaba de pasar me suelta y rápidamente tomo mi ropa para encerrarme en le baño.

Lo primero que hago es verme en el espejo. Las pequeñas marcas por mi pecho llaman mi atención.

- ¡Maldito hijo de puta! - grito con la intención de que me escuchara.

Escucho una risa del otro lado de la puerta. Me había visto, se merece totalmente el titulo de el Rey de los Imbéciles.


{...}


Después de vestirme, doy un repaso a mi rostro. Que la verdad no esta tan mal, las marcas bajo mis ojos no son tan notorias como otros días, mi cabello si es un desastre pero lo arreglo fácilmente. Salgo del baño de la misma manera que entre, rápidamente, guardo mis cosas en la maneta.

Hago un escaneo a toda la habitación para asegurarme no olvidar nada, muerdo una uña arrugando mis cejas.

¿Dónde está mi teléfono? ¿Mi ropa interior de anoche? Madre mía ¿Esa es mi blusa sobre la televisión? ¿Y mis zapatos sobre el sofá?

FALLEN [SAGA CAIDOS #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora