EXTRA #2: El hogar no tiene que ser un lugar

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El agua fría corre por mi garganta, mechones de cabello están pegados a mi cara por el sudor, abro la puerta del balcón y el aire frio de la ciudad me golpea la cara. A pesar de lo mucho que extraño mi apartamento en Nueva York, mi residencia aquí en Chicago no esta tan mal. Los colores crema hacen que parezca más amplio de lo que es.

Escucho mi teléfono vibrar sobre la mesa de la sala, camino sin prisa hasta allá. Sin leer el identificador respondo la llamada.

-Alissa Gallagher.

-Srta. Gallagher, que vergüenza molestarla tan temprano- escucho a mi gerente de producción.

Evito exhalar una risa, llevo despierta horas.

-No te preocupes, Millie, ¿Qué pasa?

-Pues vera, los proveedores ya han registrado su salida, estamos haciendo las cuentas y ellos aseguran que han traído la cantidad correcta pero el proveedor quiere hablar con usted.

- ¿Queres que vaya a la oficina ahora?

-Lamento molestarla en su día libre.

-No es molestia- la tranquilizo-, envía un auto a por mí, estaré allá en una hora.

-Si, señora.

Cuelgo.

El alivio se instala en mi pecho, aun no entiendo por que decido tomarme el día de hoy libre, lo ultimo que quiero es estar sentada con mis propios pensamientos.

Es difícil no sentirme indignada.

Nadie querría tener una conciencia así. 

Pues hoy se cumple un año de mi estancia en Chicago y tome el mando en la compañía. Aun puedo sentir el cosquilleo en mis manos cuando entre a mi oficina por primera vez, una combinación de emociones que solo había sentido una vez, la satisfacción en mi cuerpo cuando llegue de mi primer día como CEO, lo primero que hice fue tomar un baño para luego llamar a Theo y contarle todo de mi día.

Una sonrisa se instala en mi rostro, pero el nudo en mi garganta se tensa. Dios, lo extraño, demasiado, la ultima vez que lo vi fue en el cumpleaños de Issac, en donde bebi mucho pero recuerdo poco. Lo que si recuerdo fue a mi y a Ada sobre la mesa cantando a todo pulmón, si lo sé, nada apropiado, pero no había visto a mi cuarteto de las 3 am, han pasado meses desde mi ultima visita a Nueva York. He hablado con Ada casi diario, en videollamadas, o las tradicionales, con Issac colándose a la fuerza. Con Theo... han sido menos pero cada vez que hablamos por teléfono son horas y horas de estar con él.

Termino de ducharme, debería ser mi tiempo récord. Me duele el corazón, ya que no he podido hablar con el en estas semanas, si no estoy ocupada, el si lo esta o viceversa. Las primeras noches lo buscaba a mi lado en la cama, no era sorpresa la que llegaba cuando no lo encontraba si no decepción, a veces soñaba que llegaba en la madrugada y se recostaba a mi lado, y cuando despertaba creía que unos ojos azules me darían los buenos días.

Termino de vestirme, y hago una coleta con mi cabello. Cuando bajo a la recepción ya está el auto que Millie envió. Asiento en forma de saludo al conductor y me lleva hacia mi oficina. Las calles de la cuidad son bonitas, aquí también a veces esta repleto de gente furiosa.

-Felicidades- habla el conductor.

- ¿Perdona?

El hombre me mira a través del retrovisor.

-Supe que hoy es el aniversario de su llegada a la compañía, felicidades.

-Oh, gracias- sonrío con la boca cerrada.

FALLEN [SAGA CAIDOS #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora